Urnas

Italia mide el desgaste del populismo del M5E en las urnas

Los italianos renuevan más de mil alcaldías, entre ellas la de Roma, donde los sondeos pronostican la derrota del Movimiento 5 Estrellas en un ensayo de las generales de 2023

Un hombre deposito su voto en una urna de un colegio electoral de Roma
Un hombre deposito su voto en una urna de un colegio electoral de RomaCecilia FabianoAP

Las urnas abrieron este domingo y se cerrarán este lunes en más de mil localidades italianas para renovar a sus alcaldes, incluidos nueve ayuntamientos comisariados por infiltración mafiosa. También se vota en Calabria, donde la presidenta falleció un mes después de ganar las elecciones regionales celebradas hace un año. Pero todas las miradas están puestas en las grandes urbes, Roma, Milán, Nápoles, Bolonia y Turín, aunque lo más probable es que en estas ciudades sea necesario un segundo turno el 17 y 18 de octubre si ningún candidato supera el 50% de los votos en la primera vuelta.

Se trata de las primeras elecciones en Italia con Mario Draghi al frente del Gobierno. El expresidente del Banco Central Europeo ha conseguido rebajar la crispación y silenciar el debate político, que parece haber resucitado sólo en las últimas semanas. Los sondeos anticipan que el centroizquierda repetirá en Nápoles, Bolonia y Milán. En la capital de Lombardía el actual alcalde, Giuseppe Sala, parte con tanta ventaja que es posible que sea reelegido ya este mismo lunes.

Para el centroderecha, que aspira a gobernar unido el país cuando se celebren las generales en 2023, los comicios pondrán a prueba la estabilidad de la coalición después de los últimos enfrentamientos entre los socios (Liga, Hermanos de Italia y Forza Italia) y los escándalos que han sacudido al ‘gurú’ de Matteo Salvini y al partido de Giorgia Meloni, al que la Fiscalía de Milán investiga por presunta financiación irregular.

El Movimiento Cinco Estrellas da por perdidos sus dos bastiones, Roma y Turín. En esta última, la alcaldesa ‘grillina’ ni siquiera se presenta a la reelección. Pero es en la capital donde el exprimer ministro y actual líder del partido, Giuseppe Conte, se juega su futuro político, sobre todo después de la batalla con el fundador, Beppe Grillo.

El Covid ha silenciado en parte la campaña electoral, pero no ha podido esconder los problemas estructurales que sufre la capital del país. Desde hace semanas, una manada de jabalíes pasea tranquilamente por las calles de Roma. Existen imágenes de los animales atravesando la comercial Via Trionfale y husmeando en los cubos de basura del residencial barrio de Prati, a las puertas del Vaticano. La situación ha terminado por hartar a los romanos, que esperan que el próximo regidor recupere el antiguo esplendor de la Ciudad Eterna.

“Roma nunca ha sido una ciudad limpia y ordenada, pero en los últimos años la situación ha degenerado”, lamenta Giovanna, que denuncia cómo los desechos se acumulan en los contenedores situados en la puerta de su casa en el barrio de San Giovanni. Cada día los romanos producen más de 4.000 toneladas de residuos. El destino de al menos la mitad era Malagrotta, el vertedero más grande de Europa, equivalente a 343 campos de fútbol y situado a 20 kilómetros del centro. Pero la falta de alternativas a su cierre en 2013 y el agujero en los balances de la empresa municipal que los gestiona ha hundido a la ciudad en su propia basura.

La problemática gestión de los residuos urbanos, agravada en los últimos meses por los enfrentamientos entre el ayuntamiento y la región, obligó este verano a intervenir a Nápoles, que anunció que se hará cargo de 150 toneladas diarias de basura ‘romana’. Un bofetón para el orgullo de la capital.

En 2008 el periodista Massimiliano Tonelli lanzó un exitoso blog en Internet -’Roma da asco’, se llamaba- donde invitaba a sus vecinos a desahogarse por “el abandono de la ciudad más bella del mundo”, a la que comparaba con Beirut o Calcuta. Una década después, con una alcaldesa del M5E desde hace cinco años, los romanos tienen la sensación de que la situación no ha mejorado.

“El viento está cambiando, este es el momento”, dijo Virginia Raggi la noche en la que se convirtió en la primera mujer al frente del Ayuntamiento de Roma. Pero las buenas intenciones de esta abogada de 43 años no han sido suficientes para frenar la degradación de la ciudad. Exponente del ala dura del M5E, que se dividió ante la decisión de apoyarla para un segundo mandato, Raggi se presenta a la reelección, pero los sondeos la sitúan por detrás de Roberto Michetti, un abogado prácticamente desconocido representante del centroderecha y de Roberto Gualtieri, exministro de Economía durante el segundo mandato de Giuseppe Conte, a quien el PD eligió para no quemar a otros candidatos con mayor proyección.

La derrota de la actual regidora ‘grillina’ podría poner más piedras en el camino de Conte, cuyo proyecto para liderar el partido no termina de arrancar. Según los analistas, es probable que después de la primera vuelta, el M5E repita a nivel local la coalición que le llevó a gobernar el país con los socialdemócratas del PD, una decisión que abrió una fractura en el partido que todavía no ha cicatrizado.

Los comicios serán un termómetro que permitirá a los partidos medir los apoyos antes de la elección en febrero de 2022 del sustituto de Sergio Mattarella como presidente de la República. Una batalla para la que ya se están preparando, sobre todo después de conocer que el actual jefe del Estado está buscando piso en Roma y no tiene intención de prorrogar su mandato. Una decisión –aún no oficial-- que podría precipitar la llegada de Draghi al Palacio del Quirinal y adelantar la convocatoria de elecciones generales.