Encuentro virtual

Xi le advierte al “viejo amigo” Biden que Taiwán es una línea roja para China

El presidente de EE UU y su homólogo chino hablan de comercio, derechos humanos y de cómo evitar una nueva Guerra Fría en un encuentro virtual de tres horas

Evitar el conflicto, “crear salvaguardias comunes para evitar juicios y malentendidos” y definir los términos de la competencia entre sus dos países . Estos fueron los retos de la reunión, por videoconferencia, que tuvo lugar el lunes por la noche (martes por la mañana en Pekín) entre el presidente estadounidenseJoe Biden y su homólogo chino Xi Jinping, la tercera desde la toma de posesión del demócrata.

La diplomacia de alto nivel contó con un toque de informalidad. En su discurso de apertura Xi se mostró alegre de ver a su homólogo, al que calificó de “viejo amigo”, y señaló que ambos países deberían reforzar su comunicación y cooperación para resolver los retos a los que se enfrentan.

“Estoy dispuesto a trabajar con ustedes. Los dos grandes navíos, chinos y estadounidenses, deben avanzar juntos contra el viento y no pueden dar bandazos, estancarse o colisionar”, expresó el presidente chino. Biden habría preferido reunirse con Xi en persona, pero el líder chino no ha salido de su país desde el inicio de la pandemia de coronavirus. La Casa Blanca planteó la idea de una reunión virtual como la mejor opción para que ambos pudieran mantener un diálogo sobre una amplia gama de tensiones que azotan la relación.

Los dos líderes se conocen bien, ya que viajaron juntos cuando ambos eran vicepresidentes. Esta camaradería venía de aquel momento en el que el vicepresidente visitó China en 2013. Sin embargo, a día de hoy, se ha enfriado ahora que ambos son jefes de Estado.

Ocho años, dos elecciones presidenciales en Estados Unidos y una pandemia mundial después, Biden y Xi se han reencontrado para celebrar la que quizás sea su cumbre más importante hasta la fecha, en un momento en que ambos líderes se enfrentan a situaciones políticas complicadas cada uno en su país y a una rivalidad cada vez mayor, que está derivando en comparaciones con una nueva Guerra Fría. Las relaciones entre ambas superpotencias han sido tensas desde antes de que Biden llegara a la presidencia, con crecientes tensiones sobre Taiwán, angustia política sobre los orígenes de Covid y una serie de aranceles que han frustrado los vínculos económicos entre otros.

Estos temas formaban parte del gran desafío del encuentro virtual, donde ambos dirigentes hablaron durante más de tres horas, si bien la conversación se tradujo en un juego de palabras a través de un lenguaje diplomático donde es difícil determinar si al final se hicieron algunos progresos.

El gobierno de Biden alberga múltiples preocupaciones sobre China, que van desde la persecución de los uigures hasta la prolongada frustración con las prácticas económicas del país asiático. Por otro lado Estados Unidos se ha mostrado muy alarmado por la situación en torno a Taiwán, con el aumento de los aviones de guerra chinos en la zona de identificación de defensa aérea de la isla.

“La cuestión de Taiwán concierne a la soberanía y la integridad territorial de China, así como a sus intereses fundamentales “, aseguró el lunes el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Zhao Lijian. “Es el asunto más importante y sensible en las relaciones entre Pekín y Washington”.

Por ello el Presidente de EEUU añadió que los dos líderes deben asegurarse de que su relación no derive en un conflicto abierto, en particular mediante el establecimiento de salvaguardias. También prometió debatir sobre los derechos humanos y el área Indo-Pacífica.

Por su parte, Xi reclamó que ambos países deben “respetarse mutuamente, coexistir en paz y perseguir una cooperación en la que todos salgan ganando”, en un mantra que, según los críticos, equivale a dejar que China lleve a cabo políticas controvertidas, como la represión de los uigures o la del movimiento prodemocrático en Hong Kong.

“Se necesita una relación sólida y estable para avanzar en el desarrollo respectivo de nuestros dos países y para salvaguardar un entorno internacional pacífico, incluyendo la búsqueda de respuestas eficaces a los desafíos globales como el cambio climático y la pandemia de Covid”, añadió Xi.

“Pekin está dispuesto a dialogar sobre cuestiones de derechos humanos sobre la base del respeto mutuo, pero no está a favor de utilizar el mencionado derecho para interferir en los asuntos internos de otros países”, aseguró el martes el presidente chino. Este defendió que el pueblo puede juzgar si una nación es democrática o no, y que lo que es antidemocrático en sí mismo es excluir a otras sólo por sus diferentes formas de alcanzar la democracia.

Dado que Pekín acogerá los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero y que se espera que los líderes del Partido Comunista aprueben que su jefe de Estado ejerza un tercer mandato de cinco años como presidente el año que viene -algo sin precedentes en la historia reciente de China-, es posible que el líder chino busque estabilizar la relaciones con Estados Unidos a corto plazo.

La reunión también ha brindado a Biden y a Xi la oportunidad de demostrar su buena voluntad al anunciar su disposición a trabajar juntos en una serie de asuntos tan espinosos como la seguridad geopolítica regional y mundial. Los avances de Estados Unidos en cuestiones clave -como frenar el programa de desarrollo de misiles balísticos de Corea del Norte y hacer que Irán vuelva a cumplir el acuerdo internacional sobre su programa nuclear- dependen de que China aplique su influencia diplomática y económica.