Testimonio

“Adoro a Merkel”: el selfie que cambió la vida de un refugiado sirio

Anas Modamani explica a LA RAZÓN el espaldarazo que supuso su breve encuentro con la canciller tras llegar a Alemania huyendo de la guerra siria

Ana Modamani, refugiado sirio, se hace una foto con Angela Merkel en 2015
Ana Modamani, refugiado sirio, se hace una foto con Angela Merkel en 2015ReutersReuters

El gesto deAngela Merkel,que se acercó a un centro de acogida de refugiados en 2015 y se dejó fotografiar sonriente en un selfie con un joven sirio cambió la vida de éste último y es el símbolo del breve verano de la cogida alemán. El joven Anas Modamani, que ahora tiene 25 años y entonces tan solo tenía 19, hizo la foto sin saber de quién se trataba. La foto que hicieron los fotógrafos presentes de dicho selfie dio la vuelta al mundo. La dama de hierro europea, que había impuesto la austeridad a capa y espada al sur de Europa, mostraba una cara desconocida hasta el momento, incluso en contra de parte de su propio partido, y permitía la entrada en el país de cientos de miles de refugiados, en su mayoría provenientes de la guerra civil siria.

Modamani dice hoy: “Ich liebe Merkel!”, que significa “adoro a Merkel”, mientras almuerza en un restaurante italiano de su elección. Había huido de su país para no ser enrolado en el ejército y tener que participar en los combates. Varios amigos y familiares habían perdido ya la vida en el conflicto. En un alemán con algún error pero perfectamente comprensible explica a LA RAZÓN que hoy estudia Economía de la Comunicación en Berlín, en el quinto semestre, y trabaja los fines de semana en un supermercado. Vive con su novia y, en su tiempo libre, forma parte de los bomberos voluntarios. Las prácticas las está realizando en la televisión pública local de Berlín y Brandenburgo, la rbb. Ahí es donde le gustaría trabajar cuando termine sus estudios y donde, entretanto, está grabando una serie de videos muy cortos sobre su historia, una especie de diario.

La canciller “fue muy exitosa como dirigente y contribuyó de forma muy positiva a la integración, al contrario de lo que otros dirigentes hicieron en aquel entonces”, explica Modamani, que es de naturaleza alegre y optimista. Ante el comentario de que el gobierno de la canciller también endureció poco después las leyes de asilo y ha estado, como el resto de países de Europa, subvencionando a regímenes como el libio o el marroquí para mantener a personas como él fuera de Europa, no entra al trapo. “No hay nadie perfecto”, dice, “Alemania a mí no me cerró las puertas y en aquel momento fue lo correcto”.

Anas no solo realiza estudios relacionados con medios de comunicación, sino que ha tenido lo que podría denominarse un Máster de prácticas. No solo porque le han entrevistado en prácticamente todos los medios alemanes y algunos extranjeros, sino porque ha sentido en sus propias carnes lo que supone el estar expuesto a ellos. Ha recibido amenazas y se divulgó un bulo por Facebook en el que aseguraban que era un terrorista que había cometido un atentado en Francia. Modamani llevó a Facebook a juicio por no borrar dichas informaciones, pero el gigante digital ganó el juicio.

La ida de la canciller despierta sentimientos encontrados en Modamani. Por una parte, no quiere que se marche y está preocupado por las decisiones que pueda tomar el próximo gobierno parta con la inmigración y, en concreto, con los refugiados sirios. Por otro lado, asegura que “suena mejor que lo de ahora, sobre todo en relación a conseguir la nacionalidad, ya que quieren hacer el proceso más sencillo”.

Ese es uno de los objetivos del joven sirio, que explica a este diario porqué cree que uno de cada dos refugiados llegados en 2015 no ha conseguido un empleo aún y que los críticos de Merkel echan a la cara a la canciller saliente: los principales problemas, explica, serían el idioma y las calificaciones necesarias para los diferentes puestos. “Muchas personas de más de 40 aprenden más despacio y por desgracia ya no hay tanta ayuda voluntaria como cuando yo llegué”. Para Modamani, que se ha integrado a la perfección, dicho proceso de adaptación “requiere de las dos partes” y una de ambas estaría fallando, sin concretar cuál, en su marcado tono diplomático.

“Alemania tiene muy buena fama en los países árabes”, asegura, mientras se muestra preocupado porque Dinamarca ha comenzado a deportar a refugiados sirios. “El país no es un lugar seguro”, explica, “la situación allí es demasiado peligrosa”. Por otro lado, preguntado sobre la política de su país, Modamani cree que en este momento no hay una alternativa a Bachar al Asad. “Yo simplemente estoy agradecido de no haber muerto y de haber conseguido llegar aquí”. Su historia tiene también la impronta de un capítulo de la historia de la primera canciller alemana que dirigió el país durante 16 años y que él asegura que cambió su vida.