Filibusterismo

Primer revés de Biden en su batalla por la reforma del voto

Un senador demócrata, una analista hispana y una votante explican a LA RAZÓN lo que está en juego para Estados Unidos

Martin Luther King III, el hijo mayor del fallecido activista de los derechos civiles Martin Luther King Jr., su hija Yolanda Renee King y su esposa Arndrea Waters King asisten a una manifestación para presionar por el derecho al voto en Phoenix, Arizona
Martin Luther King III, el hijo mayor del fallecido activista de los derechos civiles Martin Luther King Jr., su hija Yolanda Renee King y su esposa Arndrea Waters King asisten a una manifestación para presionar por el derecho al voto en Phoenix, ArizonaCARLOS BARRIAREUTERS

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, prometió durante la contienda de 2020 reforzar las protecciones del voto, pero su campaña a favor de sendas medidas electorales se ha topado con una férrea oposición en el Partido Republicano y divisiones dentro de sus propias filas en torno a eliminar una regla en el Senado que pone freno a esas iniciativas.

Las medidas reforzarían la “Ley del Derecho al Voto de 1965″ y servirían de contrapeso a leyes que adoptaron el año pasado cerca de una veintena de gobiernos estatales republicanos y que, según los demócratas, restringen el acceso a las urnas y deprimen el voto de las minorías.

En el Senado, los demócratas impulsan el “Acta de Libertad del Voto” que, entre otros elementos, prohíbe la supresión del voto y reforma el sistema de financiación de campañas, y el “Acta de Avance del Derecho al Voto John Lewis”, que combate la discriminación en las urnas. Esa medida lleva el nombre del fallecido congresista demócrata por Georgia e icono del movimiento de los derechos civiles en la década de 1960.

La idea de los demócratas es arrancar el debate y voto de las medidas tan pronto como el próximo martes, aunque éstas no tienen vía libre para su aprobación.

El jueves pasado, la Cámara de Representantes aprobó, sobre líneas partidistas, una iniciativa que permite la inscripción de votantes el propio día electoral; establece un día feriado para el sufragio; facilita el voto por correo, e incorpora elementos de la medida en honor a Lewis. Pero ésta también afronta trabas en el Senado.

El debate se produce en un año de elecciones de mitad de mandato en las que los demócratas corren el riesgo de perder el control de una o ambas cámaras del Congreso.

Por ello, Biden ha liderado una intensa campaña de persuasión a favor de estas medidas, primero con un combativo discurso en Atlanta (Georgia), en el que urgió “proteger el corazón y alma” de EE UU, y luego con sendas reuniones en privado con senadores demócratas.

En declaraciones a LA RAZÓN, el senador demócrata por Georgia, Jon Ossoff, explicó que el Senado tiene “una obligación histórica de proteger el sagrado derecho al voto y resguardar la integridad de las elecciones estadounidenses” frente a esfuerzos de aliados del ex presidente, Donald Trump, de socavar las elecciones.

Por segundo año consecutivo, líderes estatales republicanos en Georgia prevén promover una ley que prohíba el uso de buzones para la recolección de papeletas de votación, entre otras restricciones.

Por su parte, la analista Vanessa Cárdenas argumentó que EE. UU. atraviesa “una grave crisis democrática”, y las iniciativas ayudarían a proteger el voto de las minorías.

“El Acta John Lewis es esencial para proteger ese voto… elimina obstáculos impuestos por los estados y permite supervisar las leyes electorales en estados con antecedentes de discriminación”, explicó.

Sin embargo, los republicanos han tachado las medidas de innecesarias. El senador por Florida,Marco Rubio, ha dicho a la cadena Fox News que “no hay esfuerzo amplio para suprimir el derecho al voto de las minorías en EE UU” y que los demócratas solo buscan una “toma federal” de las elecciones para hacerse con el poder en todos los niveles del gobierno.

La controversia del “filibuster”

La única opción de los demócratas es eliminar una arcaica figura parlamentaria en el Senado, conocida en inglés como “filibuster”, que permite al partido en la minoría bloquear el voto definitivo de leyes a las que se oponen.

El “filibuster” data de 1837 y ha sido usado por ambos partidos como herramienta obstruccionista. Para prevenir o superar ese bloqueo, las medidas requieren un mínimo de 60 votos, y los demócratas proponen reducirlo a 50, es decir, la mitad del número de senadores.

Biden, antiguo miembro del Senado durante 36 años, ha precisado que apoya eliminar el “filibuster” solo para aprobar la ley electoral.

Pero también ha sufrido un revés en estas lides ya que los senadores demócratas por Arizona, Kyrsten Sinema, y por Virginia Occidental, Joe Manchin, han rechazado eliminar el “filibuster”. El Senado está dividido entre 50 demócratas e igual cifra de republicanos, por lo que esa objeción prácticamente hundiría el esfuerzo reformista.

Sinema explicó que apoya las medidas pero no “acciones que agraven la enfermedad de la división subyacente que ha infectado a nuestro país”. El líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, aplaudió que, a su juicio, Sinema demostró “valentía” y “salvó al Senado como institución”.

“Si fallamos la primera vez, podemos volver e intentarlo una segunda vez. Esta vez hemos fallado”, lamentó Biden.

Ha sido una mala semana para Biden porque, además del estancamiento de la ley electoral, el Tribunal Supremo bloqueó una medida de su Gobierno que exige vacunas o pruebas del COVID-19 a los empleados del sector privado. Tampoco ha logrado avances en una nueva ley de gastos sociales por casi dos billones de dólares.

Más restricciones en las urnas

Argumentando que hubo fraude en 2020, diversos gobiernos estatales republicanos adoptaron el año pasado leyes que restringen el voto por correo o imponen más requisitos para el uso de cédulas de identidad. Aunque no hay pruebas de fraude, 18 legislaturas estatales republicanas prevén someter a voto este año al menos 150 leyes similares, según el Centro Brennan para la Justicia,.

La lucha por la equidad del derecho al voto ha tenido un tortuoso camino desde la fundación del país en el siglo XVIII, cuando solo los terratenientes blancos podían votar. Desde entonces, el derecho al voto para las mujeres y minorías ha registrado avances y retrocesos.

Judy Lerner, quien acaba de cumplir 100 años, ha votado en cada elección desde 1944 y recuerda su militancia en el movimiento pacifista y otras causas de la década de 1960. En entrevista con LA RAZÓN, subrayó la urgencia de proteger el derecho al sufragio.

Hay que protegerlo, no suprimirlo. A través del voto es que la gente puede asegurar que se atienden sus necesidades, que se hacen ajustes… el voto es una herramienta de empoderamiento, especialmente para las mujeres”, dijo Lerner.