Elecciones

Netanyahu acaricia la vuelta al poder en Israel con el 84% del escrutinio

El partido Likud lidera el recuento y podría formar gobierno junto a Sionismo Religioso y a los dos partidos ultraortodoxos al tener la mayoría absoluta en el nuevo Parlamento

El ex primer ministro israelí Benjamín Netanyahu lidera el recuento en Israel con más del 84% de votos escrutados, y por ahora mantiene una mayoría para crear gobierno con su bloque de partidos socios de extrema derecha y ultraortodoxos. Es el resultado que están dejando las quintas elecciones de Israel en menos de cuatro años. Si la tendencia se confirma, el Likud de Beniamin Netanyahu sumaría 30 escaños, y junto al “Sionismo Religioso” y los dos partidos ultraortodoxos, lograría sumar 62, uno más de los requeridos para armar coalición. Su rival, el centrista Yair Lapid, se quedaría con 22 escaños, y su bloque sumaría 54. Según

Una de las incógnitas de la jornada electoral era comprobar si la fatiga mermaría la participación. Pasadas las dos de la tarde, un 38,9% del electorado ya acudió a las urnas, en el porcentaje más alto registrado desde 1999.Ante unos sondeos que nuevamente apuntaban un empate técnico entre los bloques de derecha y centroizquierda, la pelea de los partidos se centró en los votantes indecisos. Un solo diputado podría decantar la balanza, en unos comicios declarados nuevamente como “definitivos para el destino del pueblo de Israel”. En total, unos 6.800.000 israelíes con derecho a voto pudieron acudir a una de las 12.000 urnas repartidas por todo el territorio.

Con una campaña electoral vaciada de contenido y repleta de mensajes aterrorizantes, los breves videos en redes sociales cobraron ayer especial protagonismo. El más experimentado es Netanyahu, quien nuevamente azuzó el temor a una movilización baja entre las bases del Likud. “Me dirijo en especial a nuestros votantes, pero también al resto de israelíes. Ya os dije que estoy algo preocupado, pero con la ayuda de Dios, con la ayuda de la gente que nos escucha, espero que terminemos el día con una sonrisa”, comentó junto a su mujer en el colegio electoral de Jerusalén. Mostrando fotos de centros de votación repletos de “izquierdistas” en Tel Aviv y otros de bastiones del Likud vacíos, urgió a los suyos a esforzarse para “desplazar a Lapid y Abbas”, en referencia al socio árabe islamista que aupó el “gobierno del cambio”.

Sondeos electorales Israel
Sondeos electorales IsraelAntonio Cruz

El actual premier en funciones, Yair Lapid, se dio un baño de masas en Tel Aviv tras acudir pronto a la urna. Acompañado de su mujer, fue vitoreado entre gritos de “vinimos a cambiar las cosas”. En los últimos suspiros, el líder de Yesh Atid reivindicó su obra de gobierno durante los escasos cuatro meses que dirigió el país, y pidió la confianza de los israelíes para poder continuar cuatro años más en el cargo. “Salid a votar, estas elecciones fijarán el destino del país y de nuestros niños. Esto va de mirar al futuro, o volver al pasado”, dijo ante el hipotético retorno de “Bibi”.

El diputado ultraderechista Itamar Ben Gvir, número dos del “Sionismo Religioso”, captó mucha expectación. Con las encuestas colocando a la formación como tercera fuerza política, sus adversarios alertaron de un posible nuevo gobierno con ministros abiertamente racistas y homofóbicos.En un mercado del sureño poblado de Sderot, fue aclamado por los presentes. “Vinimos a recordarle a nuestros enemigos quién manda aquí”, arrancó. Su promesa estrella es la deportación de “árabes terroristas” y “traidores izquierdistas” si asume una cartera de peso, como justicia o seguridad interna (policía). “Puedo sentir vuestro gran apoyo”, presumió antes de confirmarse su buen resultado. La retirada del ex premier Naftali Bennett y la extinción de su partido Yamina (derecha nacionalista), explican el transfer de voto a los ultras. Alejado de la contienda política, Bennett votó y vaticinó que “dejaremos atrás los eslóganes y el odio que nos divide, y con la ayuda de Dios lograremos un gobierno de unidad amplio”.

Desde las facciones minoritarias de izquierda, la obsesión era asegurar el porcentaje de voto mínimo (3,25%) para entrar a la Knesset, y así no desperdiciar votos del bloque de Lapid. Merav Michaeli, del laboristra Avodá, exigió “que nadie caiga en el desespero, podemos ganar”. Zehava Galon, de Meretz, incidió en su eslogan de campaña: “estas son las primeras elecciones en que decidimos entre democracia o kahanismo”, dijo en referencia a la ideología extremista que inspira a Ben Gvir. “Estamos ante una situación de emergencia”, recordó respecto a las serias posibilidades de no lograr acceder al parlamento.

Megáfono en mano, Ayman Odeh, de la lista árabe Jadash-Ta’al, paseó por la ciudad mixta de Haifa para evitar la catástrofe. La baja participación árabe, que amenazaba con eliminar a alguna de las tres facciones, beneficiaría al bloque de Netanyahu. “Sé que estáis cansados, pero esto es una guerra por nuestra casa”, advirtió. Los resultados definitivos se conocerán entre el miércoles y el jueves, aunque la formación del nuevo ejecutivo tomará varias semanas.