EE UU

Trump sí, Trump no: el partido se divide sobre su candidatura

Los republicanos empiezan a ver al magnate como un lastre para ganar las elecciones presidenciales

El ex presidente Donald Trump anunciará esta noche su decisión
El ex presidente Donald Trump anunciará esta noche su decisiónAndrew HarnikAgencia AP

El último escaño, el número 218, el más ansiado de todos para alcanzar la mayoría de los 435 asientos de la Cámara de Representantes, se hacía esperar más de una semana para los republicanos tras su frustrada marea roja en el Congreso, para alivio de los demócratas.

A dos años de la toma de posesión del actual presidente de Estados Unidos, la Administración Biden sale reforzada de esta lucha bipartidista sin precedentes cuya victoria, por tradición, estaba destinada a liderar el Partido Republicano. Las encuestas también apuntaban a la formación política conservadora como la gran vencedora.

Pero, nada más lejos de la realidad, estas elecciones de mitad de mandato han dejado a los republicanos gravemente heridos, con una grieta difícil de acortar a tiempo para la próxima cita electoral. El 4 de noviembre de 2024. Dos años que suenan a toda una eternidad en términos políticos, pero la campaña electoral de la carrera hacia la Casa Blanca ya ha comenzado.

Y es que, el ex presidente Donald Trump, temeroso de que los recientes resultados de las Midterms perjudiquen sus aspiraciones políticas, no quiso esperar a conocer el recuento final de los votos para anunciar su candidatura oficial a la presidencia de Estados Unidos. Una semana exacta después, la noche de este martes, Trump tenía todo preparado desde Mar-a-Lago, su residencia en Florida, para hacer “un anuncio muy grande”.

Será la tercera carrera de Trump hacia la Casa Blanca, después de haber ganado las presidenciales de 2016 contra la demócrata Hillary Clinton y perder su reelección en las de 2020. Aunque, tal y como apuntan ya voces críticas entre los conservadores, pueden ser también las terceras que pierda.

La hija menor del ex presidente republicano, Tiffany Trump, se casó el pasado fin de semana en la residencia familiar de Palm Beach, y su padre aprovechó para pedir a la familia que prolongaran su estancia unos días más para estar presentes en la “gran fiesta” de su regreso. Días de preparación logística para el gran espectáculo televisado, en la línea de Trump, en prime time (21:00 hora local), con gran expectación mediática.

Volver a la Casa Blanca. Es la máxima aspiración del ex presidente Trump desde que se vio obligado a abandonarla al perder la reelección en 2020. Joe Biden tomó posesión del cargo el 20 de enero de 2021 ante un gran ambiente de crispación social, una reciente herida abierta del histórico asalto al Capitolio y continuadas acusaciones falsas de fraude electoral, que se han ido replicado desde entonces por todo el país a través de cientos de candidatos republicanos durante la campaña de las elecciones legislativas. Una decisión que ha terminando siendo contraproducente para la gran mayoría. La última de ellas: Katie Lake.

La polémica candidata a gobernadora de Arizona perdía frente su rival demócrata pocas horas antes de que Trump anunciase su candidatura oficial. El ex presidente republicano volvía a perder credibilidad entre sus propias filas al confirmarse la victoria de la demócrata Katie Hobbs como nueva gobernador de Arizona. La que hasta ahora ha sido fiscal general del estado conseguía, la noche del lunes, derrotar a una de las candidatas más controvertidas de las Midterms, apoyada por Donald Trump y difusora de la teoría de fraude electoral.

Aunque magnate se empeñe en alardear, apoderándose de más de 200 victorias republicanas de estas Midterms, la estrategia trumpista ha resultado fallida para miembros del partido, que empiezan a manifestar públicamente su malestar tras los malos resultados de estas elecciones legislativas y, como consecuencia, abren la puerta a que otros candidatos con mejores opciones que el neoyorkino puedan competir.

Aunque Trump no quiere competencia y, de hecho, ya ha advertido con sutiles amenazas que cualquiera que pretenda hacerle sombra pagará las consecuencia. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, su ex vicepresidente Mike Pence o el gobernador de Virginia, Glenn Youngkin, tienen todas las papeletas.

“Eso será para que otros lo decidan”, respondió Mike Pence durante una entrevista televisada esta semana a la pregunta de si cree que puede vencer al ex presidente republicano. “Creo que los estadounidenses quieren ver a un líder nacional que sepa mostrar compasión y generosidad de espíritu”, anticipó el vicepresidente, añadiendo: “Creo que tendremos mejores opciones en el futuro”.

Nunca antes el que fue vicepresidente de Trump durante los cuatro años de mandato se había mostrado tan reacio. “Es hora de reconstruir el Partido Republicano”, declaró todavía más tajante el senador conservador por Misuri, Josh Hawley. “Necesitamos un partido más enfocado en trabajar en la gente que en Wall Street, más centrado en nuestra cultura que en las guerras extranjeras”, recalcó el republicano. Otros, como Chris Christie, lo califican de “perdedor”.

Los pronósticos de Trump al afirmar “Vamos a ganar tanto que estaremos cansados de ganar” no podían haber sido más desacertados. Aún así, sus asesores son optimistas. Creen que, entradas las primarias republicanas y más allá del fracaso de estas elecciones intermedias, la candidatura del ex presidente inyectará una nueva dosis de entusiasmo entre sus seguidores, impulsando también los ánimos de un partido republicano desmoralizado.

Superado el prolongado recuento de votos de algunos estados en estas Midterms, todavía a la espera del resultado final, la atención de esta resaca electoral empieza a dirigirse sin pausa hacia las presidenciales de 2024. Georgia irá a segunda vuelta el próximo 6 de diciembre para elegir senador, aunque los demócratas ya no dependen de ese asiento de la Cámara Alta porque cuentan con la mayoría necesaria confirmada a su favor.