Amenaza a la democracia

Alemania frustra un complot ultraderechista que planeaba asaltar el Parlamento

Detenidos 25 miembros del grupo extremista “Ciudadanos del Reich” que preparaban un golpe de Estado inspirado en el asalto al Capitolio en 2021

Se trata de la mayor operación policial en años contra la extrema derecha. Veinticinco personas, incluido un aristócrata, varios militares retirados y una ex diputada del partido xenófobo Alternativa para Alemania (AfD) fueron detenidas en la madrugada de este miércoles bajo sospecha de planear un atentado terrorista para derrocar el Estado alemán e imponer un nuevo Gobierno. Más de 3.000 agentes participaron en esta macrooperación que fue ejecutada, de forma simultánea, en once de los 16 Estados federales y cuyo objetivo, según la Fiscalía germana, eran 52 personas pertenecientes a los grupos denominados Ciudadanos del Reich (Reichsbürger, an alemán) -movimiento ultraderechista que no reconoce la soberanía de la actual Alemania, ni su Gobierno ni sus leyes- yQanon, todos ellos defensores de teorías conspirativas. Poco después, la ministra de Interior alemana, Nancy Fäser, se refirió a esta operación como un “abismo en la amenaza terrorista” y añadió que “nuestro Estado de derecho es fuerte y sabemos cómo defendernos con todas nuestras fuerzas contra los enemigos de la democracia”.

Según la Fiscalía, de los detenidos, 22 fueron arrestados bajo sospecha de “pertenencia a una organización terrorista” y los otros tres, incluida una ciudadana rusa, acusados de apoyar a la organización. Además, y junto con las detenciones en suelo germano, los fiscales informaron que una persona fue detenida en la ciudad austriaca de Kitzbühel y otra en Perugia (Italia).

Entre ellos, e identificado como uno de los cabecillas, se encuentra el aristócrata Heinrich XIII, de 71 años y descendiente de la noble familia Reuß, que había estado activo en la escena de los Reichsbürger durante mucho tiempo y que, según los planes de este grupo, estaba destinado a ser el nuevo “jefe de estado”. Junto a él, el ex comandante de paracaidismo Rüdiger von P., que iba a dirigir el brazo militar de la asociación.

Según los medios alemanes, a finales de noviembre del año pasado, ambos se reunieron para fundar una “organización terrorista con el objetivo de derrocar el orden estatal existente en Alemania”. Para esta finalidad congregaron a personas de ideas afines de la escena de Ciudadanos del Reich, así como a negacionistas de la corona.

Asimismo, y en la búsqueda de adeptos, abordaron a miembros activos o antiguos de la “Bundeswehr” (ejército federal) y de la Policía, quienes deberían organizarse en “empresas de seguridad nacional”. Con este propósito, se llevaron a cabo varias reuniones secretas, cuatro de ellas el pasado verano en Baden-Württemberg dirigidas por Rüdiger von P. y en octubre el “brazo militar” exploró los cuarteles de la “Bundeswehr” en Hesse, Baden-Württemberg y Baviera para comprobar si las “tropas” podrían alojarse allí después de un hipotético golpe.

El fiscal federal dijo que los imputados “aceptaron con beneplácito” que sus planes golpistas incluían homicidios y reconocieron estar vinculados por un “profundo rechazo a las instituciones estatales” en Alemania y firmemente convencidos de que la República federal en realidad está gobernada por miembros de un llamado “Estado profundo” del que habría que liberar a los alemanes. Su principal objetivo era un “cambio de sistema en todos los niveles”.

Es más, algunas informaciones apuntan a que Maximilian E., un coronel jubilado que había formado parte del Mando de Fuerzas Especiales y que ahora era integrante del brazo militar ideado por Rüdiger von P., ya había planificado la adquisición de equipos para el derrocamiento, así como entrenamientos de tiro. Se dice que el grupo también discutió una acción armada en el Bundestag -el Parlamento alemán- aunque, según informan varios medios alemanes, no estaba previsto ningún ataque inminente. Si bien los sospechosos defendían que sus objetivos solo podían lograrse por la fuerza, no está claro por ahora si el grupo había logrado acumular algún tipo de arsenal, a pesar de que varios de ellos son ex miembros del Ejército y se sospecha que pudieran haber sacado ilegalmente armas del ejército durante sus años de servicio.

El grupo incluso había comenzado a nombrar ministros para un gobierno de transición posterior al golpe. Según el periódico “Die Zeit”, la ex diputada de AfD Birgit Malsack-Winkemann, de 58 años, iba a ser ministra federal de Justicia. Aunque inicialmente no hubo ningún comentario por parte de este partido, a primera hora de la tarde la formación populista criticó por desproporcionada la macrooperación policial y acusó a las autoridades de desviar la atención de los problemas reales. “Anteayer, una escolar es víctima de un ataque con cuchillo por parte de un refugiado y hoy, la policía se abalanza sobre presuntos Reichsbürger”, señaló en un comunicado un portavoz de AfD.

Los revolucionarios evidentemente vieron a Rusia como el socio político clave, hasta tal punto que Heinrich XIII intentó crear ciertos contactos con ese país e incluso, según una información del periódico berlinés “Tageszeitung”, el propio aristócrata visitó el Consulado de Rusia en Leipzig para estrechar lazos, aunque la Fiscalía aseguró que no hay indicios de que las personas de contacto rusas “reaccionaran positivamente a su solicitud”. Después de su toma del poder, el grupo había previsto renegociar los tratados que Alemania firmó con los aliados después del final de la Segunda Guerra Mundial.

La investigación sigue abierta y no se descartan nuevos arrestos. Los investigadores se encontraron con la red en la pasada primavera al margen de una redada contra cuatro hombres del espectro de los negacionistas del coronavirus que se habían organizado en grupos de Telegram. También fueron acusados de planes golpistas y del secuestro planificado del ministro de Salud, Karl Lauterbach. La actual cédula fue descubierta en el curso de esa investigación. La diputada del partido de izquierda de Die Linke Martina Renner elogió la captura de los sospechosos y el trabajo realizado por la Fiscalía, aunque criticó el hecho de que la redada había sido “un secreto a voces” durante días. “Es difícil imaginar que nadie que fue capturado lo supiera de antemano”, añadió.