Negacionismo extremo
El plan de los antivacunas para secuestrar al ministro de Sanidad alemán
Intentaron destruir instalaciones eléctricas para provocar un apagón en todo el país. Los conspiranoicos detenidos están a favor de una invasión de Putin en Alemania
El ministro de Sanidad de Alemania, Karl Lauterbach, declaró que el complot frustrado para secuestrarlo demostraba que había fuerzas en juego que utilizaban las protestas contra las restricciones del COVID-19 para desestabilizar el Estado y el sistema democrático del país.
El jueves, la fiscalía indicó que había detenido a cuatro personas sospechosas de conspirar para secuestrar al ministro y destruir instalaciones eléctricas para provocar un apagón en todo el país.
“Se trata de una pequeña minoría en nuestra sociedad, pero son altamente peligrosos”, aseguró Lauterbach en una conferencia de prensa recogida por Reuters.
Los sospechosos estaban afiliados a grupos que protestaban contra las restricciones de la COVID-19 y al movimiento de extrema derecha “Reichsbuerger”, que niega la existencia del Estado alemán moderno, indicó la fiscalía de la ciudad occidental de Coblenza en un comunicado.
“Esto demuestra que las protestas de COVID no sólo se han radicalizado, sino que se trata de algo más que de COVID”, aseveró Lauterbach.
Las muestras de solidaridad y estupor no se hicieron. Incluso desde Italia, donde también sufren a un fuerte movimiento antivacunas, su ministro de Sanidad mandó “un abrazo y toda mi solidaridad” a su homólogo alemán. “Es absurdo imaginar semejante violencia contra quienes defienden cada día el derecho a la salud”, indicó en Twitter.
El complot para secuestrarlo es el último de una serie de incidentes que han puesto de manifiesto el enfado de algunos alemanes por las restricciones impuestas a quienes no están vacunados y las propuestas de hacer obligatoria la vacunación para el público en general.
En diciembre, la Policía frustró un complot de activistas antivacunas para asesinar al primer ministro de Sajonia, en el este de Alemania.
La campaña de vacunación en Alemania se tambalea, ya que alrededor del 76,6% de la población ha recibido al menos una dosis, menos que en otros países de Europa occidental, como Italia o España, donde las cifras superan ampliamente el 80%.
La Cámara Baja del Parlamento alemán rechazó la semana pasada la vacunación obligatoria contra la COVID-19 para los mayores de 60 años, en lo que supone una nueva derrota para el canciller Olaf Scholz, que ya tuvo que abandonar los planes de obligar a vacunarse a todos los adultos al no poder reunir una mayoría parlamentaria.
Los sospechosos del último complot se comunicaban en un grupo de chat llamado Vereinte Patrioten, Patriotas Unidos en alemán, y “pretendían provocar condiciones similares a las de una guerra civil y, en última instancia, derrocar el sistema democrático en Alemania”, explicó la fiscalía.
Las autoridades registraron el miércoles 20 propiedades en varios estados alemanes y confiscaron armas, entre ellas pistolas, munición y un fusil de asalto Kalashnikov, dinero en efectivo en euros y divisas, así como lingotes de oro y monedas de plata.
También encontraron certificados de vacunación y pruebas COVID-19 falsificados, según la fiscalía.
La oficina ha solicitado a un juez que emita órdenes de detención contra los cuatro sospechosos arrestados, todos ellos de nacionalidad alemana. Un quinto sospechoso está en libertad.
A favor de una invasión rusa de Alemania
“Nos enfrentamos a una mezcla formada por conspiranoicos, opositores a la vacunación, pero también por ciudadanos del Reich que no habíamos visto hasta ahora en esta forma”, manifestó el jefe de la oficina de la policía criminal del estado de Renania-Palatinado, Johannes Kunz, a la agencia AP.
Indicó que los miembros del grupo expresaron repetidamente su desprecio por el Estado alemán, entre otras cosas afirmando el deseo de que el presidente ruso Vladimir Putin no sólo atacara Ucrania sino que también invadiera Alemania, informó la agencia de noticias DPA.
El fiscal Juergen Brauer dijo que la adquisición de armas y dinero por parte del grupo dejaba claro a los investigadores que “no estamos tratando sólo con maniáticos, sino con peligrosos criminales que quieren llevar a cabo sus planes”.
La ministra alemana del Interior, Nancy Faeser, dijo que la investigación apuntaba a “una grave amenaza terrorista”, y que el plan de secuestro de Lauterbach y las fantasías sobre el derrocamiento de la democracia constituyen “una nueva calidad de amenaza”.
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