Presión china
Taiwán aumenta el servicio militar obligatorio
Ante el avance del autoritarismo chino, la presidenta Tsai Ing Wen ha tomado una de las decisiones más difíciles tras dos años de evaluación, pero ha de “defender la seguridad del territorio y sus intereses” y “hacer que Taiwán sobreviva”
Taiwán ampliará de cuatro meses a un año el periodo de servicio militar obligatorio ante las crecientes amenazas de China. El historial de advertencias de Pekín no ha hecho más que aumentar en los últimos meses. Los funcionarios chinos han expresado reiteradamente que la totalidad del estrecho de Taiwán pertenece a su territorio, mientras cazas chinos violan regularmente la Zona de Identificación de Defensa Aérea.
Taiwán ampliará de cuatro meses a un año el periodo de servicio militar obligatorio ante las crecientes amenazas de China. El historial de advertencias de Pekín no ha hecho más que aumentar en los últimos meses. Los funcionarios chinos han expresado reiteradamente que la totalidad del estrecho de Taiwán pertenece a su territorio, mientras cazas chinos violan regularmente la Zona de Identificación de Defensa Aérea.
La isla democrática, de 24 millones de habitantes, vive bajo la presión constante de una posible invasión por parte de China, que la considera parte de su territorio que algún día reclamará, si es necesario por la fuerza. La defensa de esta democracia y la libertad y la importancia de ampliar a un año el servicio militar obligatorio para hacer frente a la amenaza de la expansión del autoritarismo han sido uno de los temas clave que se han reiterado a lo largo de una rueda de prensa ofrecida por la presidenta taiwanesa.
El anuncio se produjo dos días después de unas maniobras militares chinas cerca de Taiwán que Pekín sostiene que organizó en respuesta a las «provocaciones» y la «connivencia» entre Washington y Taipéi.
«Nadie quiere la guerra... pero, compatriotas míos, la paz no caerá del cielo», advirtió la presidenta Tsai Ing Wen en su primera rueda de prensa en dos años. «Para la paz necesitamos la defensa nacional y ésta necesita de todos los ciudadanos». Tsai calificó de «extremadamente difícil» su decisión, pero la describió como destinada a asegurar el modo de vida democrático para futuras generaciones. Desde principios de 2022, la primera mandataria ha presidido personalmente reuniones cada dos semanas para examinar las capacidades defensivas del país.
Bajo la presidencia de Xi Jinping, Pekín ha intensificado la presión militar, diplomática y económica sobre Taiwán. La perspectiva de una invasión china preocupa cada vez más a Occidente y a muchos de los vecinos de la segunda economía mundial. Reelegido en octubre para un tercer mandato al frente de la nación, Xi ha dejado claro que la «reunificación» de Taiwán no puede esperar a generaciones futuras.
El Ejército taiwanés actualmente tiene dificultades para reclutar y retener personal a tiempo completo debido a los escasos incentivos económicos. Por ello, Tsai se comprometió a aumentar el salario mensual de los alistados para garantizar que ganen lo suficiente para cubrir sus gastos diarios básicos. La decisión afectará a los reclutas nacidos a partir del 1 de enero de 2005. Los reclutas recibirán un entrenamiento más intenso que incluirá ejercicios de tiro, instrucción de combate utilizada por las fuerzas estadounidenses y manejo de armas más potentes, como misiles antiaéreos Stinger y misiles antitanques.
Una guerra con China sería enormemente desigual. La asamblea legislativa taiwanesa aprobó recientemente un aumento de dos dígitos en el presupuesto de Defensa; Taipéi está ahora en camino de gastar más de 19.000 millones de dólares en defensa en 2023. Pero China gasta más de 200.000 millones al año. Esto ha provocado llamamientos a un cambio en las prioridades de defensa. En lugar de construir grandes equipos convencionales (aviones, tanques, submarinos), los expertos militares han instado a Taiwán a centrarse en las llamadas capacidades asimétricas (armas antibuque, misiles tierra-aire, arsenales de armas pequeñas y municiones), que han servido a Ucrania para repeler a un invasor más poderoso.
El anuncio se hizo después de que Tsai celebrara una ronda de reuniones en la Oficina Presidencial con funcionarios de alto nivel para discutir la seguridad económica y nacional de Taiwán, tras meses de debate en la estela de la invasión rusa de Ucrania. El destino ha colocado a ambos territorios en posiciones similares. Los dos han experimentado transformaciones democráticas y se han convertido en un peligro ideológico para los autócratas que codician su territorio.
Desde 2013
Una vez impopular, el servicio militar obligatorio fue introducido por una dictadura militar antes de que la isla montañosa se convirtiera en una democracia progresista. Durante la administración previa del Kuomintang –bajo el presidente Ma Ying-jeou, que gobernó de 2008 a 2016– el régimen convirtió al Ejército de la República en una fuerza principalmente voluntaria, en la que a partir del año 2013 los reclutas solo tenían que recibir cuatro meses de entrenamiento militar.
Según el Ministerio de Defensa Nacional, 7.800 indígenas taiwaneses sirven en el Ejército, lo que representa 28 de cada 1.000 militares del país, una cifra desproporcionadamente superior a su representación en la población general que reside en Taiwán. Las mujeres constituyen el 10% de las Fuerzas Armadas. Tsai ascendió al primer indígena y el 26 de diciembre nombró a la primera mujer teniente general de su historia, Chen Yu Lin.
De cara a impulsar la autosuficiencia y la capacidad de autodefensa nacional, Tsai emprendió un plan de fabricación de material de defensa nacional. Se ha desarrollado un nuevo avión de entrenamiento, el Brave Eagle. La producción en serie comenzará en 2023 con un objetivo de 66 aeronaves. Esto podría aumentar su capacidad para construir un segundo avión de combate autóctono que sustituya a los vetustos Dassault Mirage, adquiridos a Francia en la década de 1990.
Ante la constante presión militar, la presidenta de Taiwán también creó un programa de construcción naval centrado en el desarrollo de varias clases de buques. La corbeta multimisión clase Tuo Chiang, utilizada por la armada y la guardia costera taiwanesa, combina una gran velocidad (44 nudos) con la capacidad de albergar distintos sistemas de armamento. Para ayudar en las operaciones anfibias y de reabastecimiento, Taiwán construyó el muelle plataforma de desembarco Yu Shan en junio de 2020 y botó dos nuevos buques dragaminas en enero de 2022. Asimismo, ha desarrollado una amplia gama de misiles y está incrementando su producción para garantizar que disponga de un suministro adecuado en caso de invasión china.
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