Miami

Abogados de condenados a muerte presentan una apelación contra el fármaco Midazolam

Un grupo de abogados que representan a siete presos condenados a muerte apelaron hoy ante la Corte Federal de Jacksonville para que se detenga el uso del fármaco Midazolam, que, a su juicio, no ofrece suficientes garantías para las ejecuciones por inyección letal.

"La demanda se basa en que el nuevo medicamento que se usa para las ejecuciones en este estado no está probado ni aprobado científicamente para este tipo de uso", explicó a Efe el director regional de la coalición Justicia para Jacksonville y de Union Americana de Libertades Civiles (ACLU), Carlos Ramos.

La apelación fue presentada hoy ante el juez Carrigan, en la Corte Federal de Jacksonville, del condado de Duval, célebre por ser el que más penas de muerte emite a nivel estatal, informó Ramos.

Tras escuchar a los abogados demandantes el juez pidió más información, por lo que el caso seguirá en las próximas semanas, explicó el responsable estatal de ACLU.

Los abogados de los prisioneros argumentan que si no se utiliza un fármaco probado, el proceso de la inyección letal pudiera ser muy doloroso, y podría provocar "un sufrimiento innecesario y angustia mental", según la demanda interpuesta.

Ramos también expresó su preocupación porque "no se ha demostrado si la nueva medicación funciona adecuadamente", y si con ésta "se infringe un daño cruel al reo".

El director ejecutivo del Centro de Información sobre la Pena de Muerte, Richard Dieter, dijo a Efe que Florida usó por primera vez este medicamento el pasado mes de octubre, y lo usará una segunda vez en este mes, lo que viene a ser "una especie de experimento realizado en un ser humano".

El pasado 15 de octubre, el prisionero William Happ, de 50 años, se convirtió en el primer reo en ser ejecutado usando hidrocloruro de Midazolam como sedante. Testigos de la prensa local que asistieron a la ejecución dijeron que ésta duró más de un cuarto de hora, mucho más de lo habitual.

Según expertos, el clorhidrato de Midazolam, diseñado principalmente para tratar la ansiedad, no es un sedante apropiado para ser incluido dentro del "cóctel mortal"de tres fármacos que se suministra para inducir la inconsciencia, parálisis y la muerte por paro cardíaco.

Florida ha sido uno de los primeros estados en utilizar el Midazolam como reemplazo del barbitúrico pentobarbital, después de que las compañías farmacéuticas europeas dejaran de suministrar este medicamento a Estados Unidos.

Para Richard Dieter, cada vez que un estado introduce un cambio en el proceso, éste debe ser aprobado en corte, donde es necesario justificar el cambio de fármaco y la dosis apropiada.

Datos del Centro de Información Sobre la Pena de Muerte indican que la aplicación de la pena capital le cuesta al estado de Florida 51 millones de dólares por año, una cifra mayor a lo que costaría la cadena perpetua.

Sondeos recientes indican que el 63 % de los estadounidenses están a favor de la pena de muerte, cifra notablemente inferior al apoyo del 80 por ciento que se registraba hace 20 años, según el instituto Gallup.

El año pasado se registraron 43 ejecuciones en Estados Unidos, el mismo número de 2011. En 2013 ha habido hasta el momento 23 ejecuciones, y se estima que el total será cercano a 30, según un informe del Centro de Información Sobre la Pena de Muerte.

"La cifra de condenados a muerte también ha venido cayendo. En los 90, el promedio era de 300 sentencias por año. Hoy es de 75. Sin embargo, aún hay 3.125 personas en el llamado corredor de la muerte, en el que el tiempo promedio de espera entre condena y ejecución es de 15 años", señala el informe.

Estados Unidos es uno de los cinco países que más ejecuciones realiza, después de China, Irán, Irak y Arabia Saudita, según un informe de Amnistía Internacional.

La inyección letal se utilizó por primera vez en Estados Unidos en Oklahoma y Texas, en 1977. El primer ejecutado con este nuevo procedimiento fue Charles Brooks, en Texas (1982). En la actualidad es el método de ejecución más utilizado en Estados Unidos.

El método consiste de tres pasos, cada uno acompañado de un medicamento que, en teoría, garantiza su éxito.

El primero consiste en anestesiar al condenado, por lo que se le aplica el pentobarbital o pentotal sódico, sustituido ahora por el clorhidrato de Midazolam.

Después se le suministra al reo bromuro de vecuronio, que provoca parálisis y bloqueo de la respiración, mientras que el tercer fármaco es cloruro potásico, que para el corazón y provoca la muerte.