El derbi de Champions

Estados Unidos
l ¿Puede un Gobierno democrático interceptar informaciones privadas sin respaldo judicial?
–La intercepción de correspondencia o de un email por principio general sólo puede realizarse a través de una orden judicial en el marco de una investigación judicial vinculada con la comisión o posible comisión de delitos. Pero existe una tendencia –a la que, por cierto, se puede ofrecer resistencia– por parte de algunos Gobiernos, incluido el de Estados Unidos, encaminada a tratar de habilitar ese tipo de intercepciones sin el control judicial suficiente.
l ¿Ha trasgredido la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) la legislación extranjera al espiar fuera de sus fronteras?
–Estados Unidos no puede espiar la correspondencia ni los emails de ciudadanos no americanos en el extranjero, porque, si lo hace, viola la soberanía de otros Estados y los derechos fundamentales de sus habitantes.
l ¿Está justificada la intromisión en la intimidad en pro de la seguridad nacional?
–La preservación de la seguridad del Estado o la seguridad nacional no debe suponer la conculcación de ese principio general. La eficiencia en materia de control de la seguridad no debe hacerse sobre la base de desgastar y conculcar los derechos fundamentales de los ciudadanos, en este caso, el derecho a la privacidad y a la intimidad.
l ¿Pueden los terroristas planificar sus atentados y lograr adeptos en la red?
–Internet es una herramienta que sirve tanto para hacer el bien como para hacer el mal. Conocedores de los riesgos de intercepción, se puede suponer que los terroristas y demás delincuentes intentarán camuflar o codificar sus mensajes, pero creo que la comunicación electrónica será siempre necesaria para las operaciones delictivas.
l ¿Sobredimensiona Washington su rol frente a la seguridad global?
–Estados Unidos se considera con el deber de ser el guardián mundial contra el terrorismo, y para desarrollar esa labor acude a prácticas de espionaje nacional e internacional que no aceptaría, en su legalidad, ningún jurista razonable de ese país ni de otros. La seguridad nacional está, al parecer, por encima de todo.
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