Dictaduras

Qué es el "abrazo birmano", una de las peores técnicas de tortura en el mundo

Birmania es un país sumergido en la pobreza y reprimido con dureza extrema por la dictadura militar, puesto que los generales se niegan a entregar el poder y que sea un territorio libre y democrático

Lejos de la Revolución Azafrán o el Levantamiento 8888, los militares se niegan a que Birmania sea libre y viva en democracia
Lejos de la Revolución Azafrán o el Levantamiento 8888, los militares se niegan a que Birmania sea libre y viva en democraciaEuropa Press

Birmania (o Myanmar) es una de las naciones más pobres del sudeste asiático, en gran parte por el aislamiento, luchas internas o régimen dictatorial que ha azotado a este territorio durante décadas. Actualmente, el país se desmorona por la guerra civil iniciada tras el golpe de Estado de 2021, que desembocó en el regreso de la dictadura militar por la fuerza después de que los generales no aceptaran el resultado de las elecciones de 2020. Una grave situación en un lugar que ha sufrido desde su independencia a mediados del siglo XX constantes abusos de poder, en un marco salpicado por la inestabilidad y la censura de los militares al pueblo birmano.

Aunque debería quedar lejos la Revolución Azafrán o el Levantamiento 8888, dos de las peores épocas que el territorio ha vivido y que hace referencia a episodios terribles y sangrientos (con miles de muertos y detenidos), lo cierto es que los militares se niegan a que el país sea libre y democrático, pese a las advertencias y preocupación de la comunidad internacional.

Así, han sumergido a su población en la pobreza y reprimido con dureza extrema a cualquiera que haya mostrado su desacuerdo con las decisiones de su "gobierno". No solo ciudadanos de a pie, sino también se ha experimentado en la propia cúpula militar ante indicios de cualquiera que quisiera sublevarse.

Violaciones, ejecuciones, abusos o torturas han sido algunas de las técnicas empleadas a presos políticos y civiles que el líder de turno pueda considerar una amenaza. Uno de estos líderes supremos era Than Shwe, déspota al frente del país entre 1992 y 2011 y que estuvo siempre ligado al régimen militar. Su crueldad era infinita, y uno de los métodos que empleaba con frecuencia era el conocido como "abrazo birmano", una condena a la muerte para aquel que quisiera disentir de su opinión, tal y como cuenta David Jiménez en su libro "El Corresponsal".

Según explica el escritor y periodista, se trataba de una "técnica de tortura reservada a los traidores del régimen". El ejemplo que se narra en el libro sobre esta atroz técnica referencia a cuando el dictador encargó un "abrazo birmano" para el coronel Zaya Kaung, que era visto como probable sucesor al frente de la Junta militar hasta que discrepó con Shwe en una de sus decisiones. Lo que le llevaría a esta forma de morir.

"El reo era atado de pies y manos e introducido desnudo en la jaula de una pitón, preferentemente hembra por su mayor tamaño. Algunas llegaban a superar los seis metros de largo y podían engullir a una persona de estatura media", se explica en uno de los capítulos del libro.

Jiménez narra que "a la crueldad de la muerte por asfixia, relativamente rápida, se unía la angustia de no saber en qué momento el réptil atacaría a su presa". "A veces ocurría inmediatamente; otras después de días, dependiendo del tiempo transcurrido desde su última comida", agrega.

De este modo, la serpiente se desliza poco a poco hacia la víctima y se enrosca alrededor de su cuerpo, lo que hace que contraer los músculos de la víctima "en un abrazo lento e intenso". "Le seguía el chasquido de las costillas al quebrarse, el hundimiento de los pulmones, el chorro de sangre expulsado por la boca y unas últimas bocanadas de aire, como las de un pez varado en la orilla del mar", concluye.