Defensa
Boeing está estudiando crear un misil de combate letal: los búnkeres no podrán escapar de él
El Pentágono pone en marcha el desarrollo de su nueva bomba 'revientabúnkeres'. Un proyectil más ligero que su predecesor, pero diseñado para destruir con una precisión de dos metros los objetivos subterráneos más protegidos del planeta
Más ligera, pero con una precisión letal. Estos son los dos pilares sobre los que el Pentágono está construyendo su próxima generación de armamento antibúnker, un proyectil diseñado para alcanzar y destruir los objetivos más inaccesibles del planeta. Las especificaciones del nuevo artefacto, conocido como «Next Generation Penetrator» (NGP), exigen que su peso no supere los 10.000 kilogramos y que sea capaz de impactar a menos de 2,2 metros de su blanco en el 90 % de los lanzamientos, creando así un arma de precisión quirúrgica incluso en entornos sin cobertura GPS.
De hecho, este salto tecnológico busca dejar atrás a su predecesora, la GBU-57 o «Massive Ordnance Penetrator» (MOP), la actual bomba antibúnker del arsenal norteamericano. Un coloso de más de 13.600 kilogramos transportado exclusivamente por los bombarderos furtivos B-2, que fue empleado en su día para amenazar instalaciones como el complejo nuclear de Fordo en Irán, una base construida bajo una montaña precisamente para resistir ataques convencionales. Esta renovación del arsenal se complementa con la mejora de sus vectores de lanzamiento, ya que Estados Unidos actualiza uno de sus bombarderos más icónicos para dotarlo de la capacidad de lanzar misiles hipersónicos.
En esta línea, la Fuerza Aérea de Estados Unidos ha puesto en marcha la maquinaria para modernizar su arsenal estratégico con la adjudicación de un contrato clave a la firma Applied Research Associates (ARA). Esta compañía será la encargada de diseñar y desarrollar los prototipos de la nueva bomba, un proyecto que busca redefinir la capacidad de penetración contra objetivos profundamente enterrados y reforzados, tal y como ha publicado el medio Interesting Engineering. Esta iniciativa se enmarca en una carrera por la superioridad tecnológica en la que también se está desarrollando armamento avanzado, como el que podría ser el nuevo misil hipersónico de Estados Unidos para superar las defensas enemigas.
Una alianza para un arma de vanguardia
Por otro lado, la empresa ARA no afrontará este desafío en solitario. El gigante aeroespacial Boeing se ha sumado al proyecto como un socio de gran envergadura, cuya labor se centrará en el desarrollo del nuevo kit de cola del arma. Además, prestará su amplia experiencia para facilitar la compleja integración del sistema en las diferentes plataformas de lanzamiento con las que opera el ejército estadounidense.
Asimismo, el contrato establece un calendario de desarrollo exigente. La firma deberá construir y probar varios prototipos, tanto a escala como a tamaño real, en un plazo que oscila entre los 18 y los 24 meses. Estas pruebas se realizarán contra réplicas de objetivos para validar la eficacia del diseño antes de su producción, acelerando así la llegada de una nueva era en el armamento estratégico de Estados Unidos.