Política

Guerras y conflictos

Cachemira dispara las alarmas de una guerra nuclear

Familiares de Sudhai Quresi, fallecido en el intercambio de disparos con las fuerzas indias, se despiden en el funeral celebrado en su ciudad natal, Jhehlum en Pakistán
Familiares de Sudhai Quresi, fallecido en el intercambio de disparos con las fuerzas indias, se despiden en el funeral celebrado en su ciudad natal, Jhehlum en Pakistánlarazon

Las complejas relaciones entre India y Pakistán se resumen en medio siglo de altibajos y cuatro conflictos por la disputada región de Cachemira.

Las complejas relaciones entre India y Pakistán se resumen en medio siglo de altibajos y cuatro conflictos por la disputada región de Cachemira. La llegada al poder en India del líder nacionalista Narendra Modi en 2014 –este año se presenta a la reelección– ha elevado los enfrentamientos en la frontera con cifras que no se daban desde la guerra de la independencia en 1947. Esta semana India lanzó el primer bombardeo en casi medio siglo de relativa calma.

Las relaciones entre India y Pakistán son como las de un matrimonio de conveniencia que tienen que aparentar tolerancia en público por sus lazos familiares, pero que en la intimidad no son nada indulgentes. Desde su independencia en 1947 Pakistán, una república islámica, ha tenido tres guerras con su vecino hindú, siempre como telón de fondo el contencioso de Cachemira, pero detrás de la región disputada ha habido una gran rivalidad entre estos dos macro Estados.

La comunidad internacional nunca ha dejado de observar de cerca la carrera armamentística y nuclear de dos de los seis países más poblados del mundo. Ambas naciones poseen un nutrido arsenal de armas nucleares y de misiles sofisticados que sirve, al menos, de medida de contención a la hora de pretender iniciar una guerra contra el otro. Según el Instituto Internacional de Estudios para la Paz de Estocolmo (SIPRI), que monitorea el desarrollo armamentístico mundial, India tendría entre 80 y 100 ojivas nucleares, entre las desplegadas y listas para usar y las que se encuentran almacenadas, mientras que Pakistán poseería entre 90 y 100. Las fuerzas indias están capacitadas para lanzar armas nucleares desde plataformas terrestres, desde submarinos y aviones. El Ejército paquistaní solo cuenta con medios de lanzamientos terrestres y aéreos. Si bien ambas potencias nucleares han medido la fuerza del contrincante, los incidentes transfronterizos han sido múltiples y a veces de dimensiones exacerbadas. Desde su separación, la frontera entre India y Pakistán ha sido escenario de ataques, emboscadas e intercambios de fuego de artillería que ha causado centenares de muertos.

La primera escalada de tensión fue en 1965, cuando ambos países iniciaron hostilidades a gran escala por la entrada de tropas paquistaníes a Cachemira e India respondió con el ingreso de soldados indios a territorio paquistaní. La república musulmana perdió 3.800 tropas e India sacrificó a 3.000 soldados. En plena guerra fría entre Estados Unidos y Rusia, los dos superpoderes apoyaron a uno u otro bando, mientras secretamente Pakistán comenzaba sus pruebas científicas para conseguir la bomba atómica e India seguía su misma estela clandestina. En 1970 ambos países entraron nuevamente en guerra. La India condujo su primer ensayo nuclear en 1974, y Pakistán lo hizo en 1998.

En 1999 India se metió en un corto pero duro conflicto en Kargil contra fuerzas apoyadas por Pakistán. Esta fue la última confrontación significativa entre ambas potencias hasta que en 2003, después de años de derramamiento de sangre en la frontera de facto o «línea de control» de Cachemira, ambas potencias acordaron un alto el fuego. El cese de hostilidades implicó la apertura de rutas que unían por primera vez los dos países, con los beneficios económicos a ambos lados de la frontera, pero hubo cientos de violaciones del alto el fuego. En 2017, India violó el acuerdo de cese de hostilidades más de 1.300 veces y Pakistán lo hizo 2.936 veces. Desde entonces, Islamabad y Nueva Delhi han jugado a una guerra de desgaste del enemigo.

Con la elección de Narendra Modi en 2014 como primer ministro de India, el nuevo gobierno prometió mano dura con Pakistán. Su postura en lugar de rebajar las tensiones hizo que la violencia en la región de Cachemira aumentara hasta llegar a cifras que no se daban desde la guerra de independencia. La existencia de bombas atómicas en ambos lados de la frontera más inestable del mundo desató una carrera atómica en el Tercer Mundo. A pesar de tener enormes índices de pobreza y grandes carencias en infraestructura, la India y Pakistán han invertido miles de millones de dólares para acrecentar sus arsenales nucleares. En la actualidad, ambos países desarrollaron además misiles balísticos armados con carga nuclear para alcanzar los puntos estratégicos situados en el interior del territorio contrario.