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EE UU dividido frente al ataque de Trump a Irán, mientras algunos llaman a su destitución
El republicano ha lanzado una nueva amenaza a Teherán: "O hay paz, o será una tragedia"

En una sorpresiva y contundente operación militar, el presidente Donald Trump anunció el sábado por la noche que Estados Unidos había llevado a cabo "ataques de precisión masivos" contra tres instalaciones nucleares clave en Irán: Fordow, Natanz y Esfahan. El mandatario declaró que estos sitios "han sido completamente y totalmente destruidos", en lo que calificó como una "espectacular victoria militar".
"Nuestro objetivo fue la destrucción de la capacidad de enriquecimiento nuclear de Irán y detener la amenaza nuclear del principal patrocinador estatal del terrorismo", afirmó Trump en una alocución televisada desde la Casa Blanca, acompañado del vicepresidente Vance, el secretario de Estado Marco Rubio y el secretario de Defensa, Pete Hegseth.
La operación, que ocurre en medio de una creciente escalada militar entre Irán e Israel, fue recibida con elogios por parte del liderazgo republicano en el Congreso. "El Presidente hizo lo correcto. Irán, que grita 'Muerte a América', no podía seguir teniendo la oportunidad de adquirir armas nucleares", sostuvo el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson.
La mayoría de los senadores republicanos apoyaron la decisión. "El régimen iraní ha librado una guerra de terror contra Estados Unidos durante 46 años. No podíamos permitirles adquirir armas nucleares", dijo el senador Tom Cotton. Por su parte, Ted Cruz añadió: "El Ayatolá no construye armas nucleares para guardarlas, sino para usarlas. Esta acción contrarresta esa amenaza apocalíptica".
Los demócratas ponen en duda la actuación de Trump
A pesar del respaldo político de su círculo, también ha habido voces críticas. Los demócratas cuestionan que no se les adelantó información sobre el ataque y algunos como la congresista por Nueva York, Alexandria Ocasio-Cortez han llamado a abrir un proceso de destitución a Trump por el "acto de guerra inconstitucional" llevado a cabo. La sorpresa de la oposición fue tal, que en video quedó captado el momento en que el senador Bernie Sanders se entera del ataque en medio de un mitin político.
Esta operación ha generado además profundas inquietudes de seguridad nacional. Un boletín del Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) advirtió que actores cibernéticos vinculados al gobierno iraní "probablemente prioricen ataques de represalia contra objetivos israelíes a corto plazo, pero también podrían dirigirse contra redes estadounidenses debido a su percepción del apoyo de EE. UU. a los ataques israelíes".
El DHS urgió a las entidades de infraestructura crítica en EE. UU. a "evaluar y reforzar inmediatamente sus sistemas de seguridad", citando precedentes preocupantes como infiltraciones en sistemas de agua y saneamiento, confirmadas por el Center for Internet Security. Este centro también alertó que Irán podría recurrir a "tácticas crudas o redes informales" si sus capacidades quedan degradadas tras los bombardeos. La probabilidad de ataques, señalan, se incrementa si EE. UU. participa directamente en el conflicto o brinda apoyo militar manifiesto a Israel.
Irán, un peligro cibernético
La historia reciente evidencia la capacidad de Irán en el terreno cibernético. El mes pasado, un ciudadano iraní se declaró culpable de haber participado en el ataque de ransomware que afectó a la ciudad de Baltimore en 2019, causando decenas de millones en pérdidas y afectando servicios críticos. Aunque no se comprobó que actuara por orden directa del gobierno, fiscales estadounidenses advirtieron que grupos respaldados por Teherán siguen apuntando a la infraestructura estadounidense.
Además, el Departamento de Justicia presentó cargos el año pasado contra un ciudadano paquistaní vinculado al régimen iraní por planear asesinatos políticos, entre cuyos objetivos se encontraban el propio Trump y otros exfuncionarios de EE. UU. La comunidad de inteligencia ha identificado también amenazas por parte de milicias aliadas a Irán en la región. Aunque estas carecen de la capacidad para golpear el territorio continental estadounidense, podrían atacar intereses y personal militar en Medio Oriente.
Un informe del Centro Nacional de Contraterrorismo de 2018 ya advertía que "el terrorismo patrocinado por Irán o inspirado por el chiismo" en suelo estadounidense era poco probable, salvo que EE. UU. atacara directamente a Irán. Ese escenario ahora se ha materializado. "Un evento catalizador como una acción militar estadounidense contra Irán podría provocar una actividad rápida de extremismo violento chiita doméstico", advertía el informe. Por ello, se recomienda una estrategia de involucramiento temprano con comunidades chiitas para identificar señales de radicalización.
Ante críticas de sectores que temen una nueva guerra prolongada, el presidente Trump fue enfático: "Esto no es el inicio de una guerra eterna. No habrá botas estadounidenses sobre el terreno en Irán. Esta fue una operación precisa, limitada y necesaria". Trump, a través de su red Truth Social, reiteró que cualquier represalia será respondida con "una fuerza mucho mayor de la que se presenció esta noche". Añadió: "Hay muchos objetivos restantes. Si la paz no llega pronto, los atacaremos con precisión, velocidad y habilidad".
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