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Manifestaciones

Crece el malestar entre los estadounidenses por los efectos de los aranceles

Un estudio revela que el impacto de la guerra comercial de Trump tendrá un coste medio anual de 3.800 dólares por hogar

Manifestantes en una de las marchas contra Donald Trump en Estados Unidos este fin de semana ALLISON DINNEREFE

La primavera ha llegado este año a Estados Unidos con la incertidumbre sobre la economía a flor de piel. El crecimiento del gasto se ha desacelerado, ya que los consumidores cautelosos lidian con no saber cuál será la perspectiva económica en el corto o largo plazo porque los aranceles más altos y la caída del mercado bursátil podrían ser un obstáculo adicional en los próximos meses. Y es que los nuevos aranceles entrarían en vigor sobre casi todo lo que

importa Estados Unidos, en un escenario que ha llevado a las grandes empresas a perder valor de mercado, mientras que las pequeñas sienten que están atrapadas en medio de algo que no pueden controlar.

Las señales de esa decepción generalizada se notaron incluso antes de la entrada en vigor, cuando el gasto personal fue más débil de lo esperado en febrero, según el Departamento de Comercio, con un menor gasto en servicios discrecionales como comidas en restaurantes.

Además, personas de todo el espectro político americano dicen estar preocupadas por sus finanzas personales, el desempleo y la inflación, lo que sugiere que las políticas del presidente sobre aranceles y recortes de empleos gubernamentales son en parte responsables. Una encuesta de la Universidad de Míchigan encontró que la confianza del consumidor cayó en marzo por tercer mes consecutivo.

Trump está aplicando algunos de sus aranceles más altos a productos provenientes de países que fabrican artículos de bajo costo que llenan los estantes de las tiendas de descuento. Por ejemplo, los productos de Vietnam, Sri Lanka y Camboya tendrán un arancel de más del 40 %, es decir, los importadores ahora deberán pagar el 40 % del valor de esos bienes a la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza para ingresarlos al país. Los productos de China tendrán un total de más del 70 % en aranceles adicionales.

Aunque Trump hizo campaña prometiendo reducir los precios para los estadounidenses con dificultades económicas, sus aranceles se espera que aumenten el costo de todo, desde zapatos para niños hasta productos frescos, según economistas y empresarios. El impacto total de los aranceles anunciados desde que Trump asumió el cargo podría costarle a un hogar promedio 3.800 dólares al año, según un análisis del Budget Lab de la Universidad de Yale.

Para los hogares de ingresos más bajos, el informe estima que podrían ver una reducción del 4 % en sus ingresos después de impuestos debido a los aranceles, un impacto tres veces mayor que el que sufren los hogares de mayores ingresos. Esto se debe a que esos consumidores destinan una mayor parte de sus ingresos a necesidades básicas como alimentos, ropa y transporte, y es más probable que compren productos importados de países que se ven más afectados por los aranceles. Muchos empresarios pequeños sienten que si no hay una solución rápida para ellos podrían incluso perder sus negocios ante el ahogo de deudas.

Pero, otros ciudadanos estadounidenses, sin embargo, creen ciegamente en que el republicano tiene un plan maestro económico, una suerte de «juego final» que explica todas estas medidas, por lo que dicen estar dispuestos a sufrir las consecuencias en el corto plazo. Y en ese corto plazo, los aranceles impuestos por Trump podrían aumentar los precios en un 2,3 %, lo que se sumaría a la inflación de aproximadamente el 3 % que Estados Unidos ya está experimentando, según el análisis del Budget Lab.

Entre los sectores más afectados, según la estimación: los productos de cuero, incluidos los zapatos, aumentarán su precio en un 18 %, la ropa en un 17 % y los equipos eléctricos en un 10 %. Los consumidores también podrían ver facturas más altas en el supermercado, con un aumento del 10 % en el precio del arroz y subidas del 4% en los precios del pescado, los frutos secos y los productos frescos, perjudicando a las familias de bajos recursos.

Pero Trump y funcionarios de la Casa Blanca han minimizado el impacto que tendrán esos aumentos de precios, argumentando que son necesarios para reequilibrar el comercio global y recuperar empleos de manufactura en EEUU. El secretario del Tesoro, Scott Bessent, dijo que cree que los esta-dounidenses quieren más que productos baratos. «El sueño americano no depende de baratijas baratas que se compran en China», dijo Bessent. «Es más que eso, y sí nos enfocamos en la asequibilidad, pero se trata de hipotecas, coches, aumentos reales de salario».

Sin embargo, los estadounidenses han demostrado ser sensibles al aumento de los precios, después de que una ola inflacionaria provocara reacciones negativas en las elecciones. Cuatro de cada 10 votantes dijeron que la economía fue su principal preocupación, una lección que la administración 2.0 de Trump podría aprender más pronto de lo que espera.