Ángel Sastre

El chavismo agita la calle antes de la marcha opositora

Maduro moviliza a los suyos en una contramanifestación y acusa al partido de López de organizar un golpe de Estado para mañana

El diputado chavista Diosdado Cabello encabeza una marcha oficialista, ayer, en el centro de Caracas
El diputado chavista Diosdado Cabello encabeza una marcha oficialista, ayer, en el centro de Caracaslarazon

Maduro moviliza a los suyos en una contramanifestación y acusa al partido de López de organizar un golpe de Estado para mañana.

El escenario con el que se encuentra la oposición en Venezuela está marcado por los intentos del chavismo para evitar que la población asista a la «toma de Caracas», una gran manifestación que podría convocar a más de un millón de venezolanos en la capital para protestar contra el Gobierno, que a su vez alega que la «boliburguesía» prepara una jornada de violencia. La Unidad Democrática denunció la detención del dirigente de Voluntad Popular Yon Goicoechea, quien fue detenido por el Servicio de Inteligencia por, presuntamente, portar explosivos en su vehículo. El hecho tuvo lugar en La Trinidad, una zona del municipio Baruta del sureste de Caracas, ante diversos testigos que vieron cómo ocho hombres fuertemente armados interceptaron el vehículo donde se trasladaba al político y se lo llevaron del lugar.

El vicepresidente del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Diosdado Cabello, confirmó el arresto. «Ese señor fue entrenado por el imperio norteamericano», dijo el diputado. Preferimos un millón de veces encarcelar con tiempo a un asesino, a que una gota de sangre [caiga] en las calles de Venezuela». Hasta el momento, las autoridades venezolanas mantienen detenidos a diez dirigentes políticos del partido Voluntad Popular. El más conocido es Leopoldo López, pero en la lista figuran Daniel Ceballos, Rosmit Mantilla, Gilberto Sojo, Alexander Tirado, Raúl Emilio Baduel, Francisco Márquez, Gabriel San Miguel, Ángel Contreras y Goicoechea.

Mientras, Maduro fue más allá y acusó al partido de Leopoldo López, de «estar metido» en un supuesto plan de golpe de Estado previsto para la mrcha de mañana. «El partido Voluntad Popular, que lo denuncio, es el partido de la violencia golpista, esta metido en el golpe de Estado del 1 de septiembre», aseguró durante un acto con militantes chavistas. El presidente aseguró que López, preso desde febrero de 2014 y condenado a casi 14 años de cárcel, «es un agente de la CIA, entrenado en Harvard durante 10 años, agente orgánico de los «Estados Unidos».

Además, los enviados del canal de noticias qatarí Al Yazira, que viajaron al país para cubrir la marcha de mañana en la que se exigirá un referendo revocatorio contra Nicolás Maduro, serán deportados. No es el único envite contra la Prensa. Los últimos dos meses, la sede del diario «El Nacional» ha sido atacada por el grupo oficialista identificado como «Chama, pueblo en rebelión». Dos meses después, la historia se repite: durante la madrugada del martes, el mismo grupo chavista atacó la sede del diario lanzando excrementos en llamas y cócteles molotov.

Uno de los mayores talentos del ex presidente Hugo Chávez fue su capacidad para movilizar masas. Un buen ejemplo es su último cierre de campaña, en el que, a pesar de su enfermedad, logró atraer una gran cantidad de gente, lo que se evidencia en fotografías y en los resultados electorales. Pero el madurismo parece no haber heredado esta característica de su mentor.

En la marcha de ayer, convocada para apoyar al presidente Maduro, se vieron muy pocas personas. A través de la cadena de televisión estatal del Estado parecía que hubiese muchos simpatizantes oficialistas. Claro, las tomas fueron bastante cerradas. Pero si se capturan fotos desde arriba, puede verse que la cantidad de individuos es mucho menor a los tiempos de gloria del chavismo.

Nueva visita de Zapatero

En este contexto, el ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero llegó sorpresivamente a Caracas a sólo 48 horas de la protesta nacional. Hasta el momento, su mediación ha sido criticada por los sectores más radicales de la oposición venezolana, que califican su actitud como tibia y complaciente ante el oficialismo.