Escándalo

El enfrentamiento entre Polonia y Alemania por los visados falsos

La Unión Europea exige al Gobierno polaco respuestas sobre este escándalo migratorio

Un agente de la Policía Federal alemana detiene una furgoneta para buscar inmigrantes en el paso fronterizo de Polonia a Alemania en Frankfurt an der Oder, Alemania
Un agente de la Policía Federal alemana detiene una furgoneta para buscar inmigrantes en el paso fronterizo de Polonia a Alemania en Frankfurt an der Oder, AlemaniaMarkus SchreiberAgencia AP

A pesar de que el martes fue festivo en Alemania numerosos policías realizaron controles en la frontera polaca, junto a la ciudad de Frankfurt del Oder, relacionados con el creciente número de cruces fronterizos no registrados y el llamado "escándalo de visados" que ha salpicado al Gobierno polaco y tensionado las relaciones entre Varsovia y Berlín. Un conflicto que ha llegado a Bruselas. De hecho, el martes venció el plazo para que Polonia explicara ante la Comisión Europea estas irregularidades. A dos semanas de las elecciones polacas, el Gobierno del partido ultraconservador Ley y Justicia (PiS) solo ha proporcionado información limitada. No obstante, en Alemania existen indicios fiables de la magnitud de la entrada de solicitantes de asilo procedentes de Polonia que llegaron con visado expedido de forma irregular o como resultado de sobornos a funcionarios polacos.

El ejecutivo alemán tiene la completa seguridad de que este caso va más allá de ciertos casos individuales. Según una respuesta del gobierno federal a una solicitud del partido ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) en el Bundestag, “hasta donde sabe la Oficina Federal de Migración y Refugiados, 1.230 personas que solicitaron asilo en Alemania entre enero de 2021 a mayo 2023 estaban en posesión de una visa emitida por las autoridades polacas”.

La situación es tal que Berlín, a través del Acuerdo de Dublín, examinará qué personas han entrado a Alemania con visado polaco ya que, según las normas de este acuerdo, el país de la Unión Europea (UE) que recibe primero al solicitante de asilo es responsable de su solicitud de asilo.

“La policía federal detiene cada día a más inmigrantes ilegales en la zona fronteriza con Polonia, y ahora se ha confirmado la sospecha de que los inmigrantes viajaron a Europa con visados emitidos por las autoridades polacas para luego solicitar asilo en Alemania”, afirmó el vicepresidente del partido AfD, Leif-Erik Holm. "Esto supone una mayor erosión de nuestro derecho de asilo y es inaceptable". Polonia es un tercer país seguro y Berlín, según pide la oposición en el Parlamento, debe ejercer más presión sobre el Gobierno polaco para que devuelva a los solicitantes de asilo que llegaron a Alemania a través de Polonia.

“Y ahora por fin deben existir controles fronterizos fijos para evitar que las autoridades polacas simplemente dejen pasar a los inmigrantes”, añadió Holm. Pocas veces se han ejecutado devoluciones a Polonia. En total, según una respuesta del gobierno a una solicitud del partido de izquierda Die Linke, solo 211 personas fueron deportadas a Polonia en el primer semestre de 2023, incluidos 136 ciudadanos polacos y los 75 restantes ciudadanos de otros países. En 2022 se produjeron 631 deportaciones al país vecino del este, entre ellas 270 polacos. Estas bajas cifras de retornos se ven compensadas por muchas más entradas no autorizadas a través de la frontera polaco-alemana. Este año la Policía federal encontró allí más de 18.000, según informa el periódico “Die Welt”. Entre otros motivos, la Policía federal solo detecta una parte de las entradas no autorizadas porque muchas personas llegan sin ser reconocidas en coche o en tren.

El escándalo de los visados, pero también el creciente número de cruces fronterizos no registrados en las rutas de inmigración, ya sea a través de Rusia y Bielorrusia o por la ruta de los Balcanes, han provocado que todas las fronteras polacas sean vigiladas más de cerca en los últimos días. Algo que para el experto en migración Gerald Knaus es inútil. "Los inmigrantes no dejarán que esto les impida cruzar la frontera, lo intentarán una y otra vez porque permanecen en la UE", dijo al periódico "Rheinische Post". Los controles en las fronteras con Polonia y la República Checa anunciados por la ministra alemana de Interior, Nancy Faeser, son “en el mejor de los casos, un placebo”. Motivo de más para que el canciller Olaf Scholz afirmara hace unos días que, dependiendo de la situación actual, "quizás sea necesario tomar más medidas en las fronteras". En esta línea, Joachim Stamp -representante del gobierno federal para celebrar acuerdos migratorios-, está manteniendo conversaciones confidenciales con países como Georgia, Moldavia, Kenia, Colombia, Uzbekistán y Kirguistán para acordar acuerdos migratorios.

La cuestión de la migración es uno de los temas centrales de la campaña electoral polaca. El enfoque del tema y las soluciones propuestas por los políticos tendrán un gran impacto en cómo votarán los polacos. Pero también el tema de la política migratoria ha vuelto a pasar a la primera línea en la opinión pública alemana. Debido al creciente número de solicitudes de asilo este año y a las próximas elecciones regionales en Baviera y Hesse, en las últimas semanas el debate ha vuelto a ser muy intenso. En esta línea, una encuesta realizada por Infratest dimap acaba de arrojar que el 82% de los alemanes está actualmente a favor de un aumento de los controles fronterizos y el 77% está a favor de concluir acuerdos sobre refugiados con los Estados africanos.

Asimismo, el 78% piensa actualmente que la integración de los refugiados en la sociedad o en el mercado laboral es bastante mala o muy mala y el 80% dice que la deportación de los solicitantes de asilo rechazados se realiza bastante mal o muy mal.