Un 47,5%

Israel registra la participación electoral más alta desde 1999

Todos los partidos han hecho un llamamiento a votar para acabar con la parálisis política

La participación electoral en los comicios que se celebran hoy en Israel se mantiene elevada, sobre todo entre la población general, pero también en las comunidades árabes, en una jornada que hasta el momento ha transcurrido en paz y sin mayores incidentes.

Un 47,5% del electorado israelí registró su voto en las primeras nueve horas de una jornada electoral que se extenderá hasta las 22:00 horas (20:00 GMT).

Estas cifras marcan un aumento de más de un 5% a la misma hora en los comicios del año pasado y marcan un máximo de participación desde los de 1999.

Entre la población árabe, a la misma hora, había votado en torno a un 30% del electorado, según cifras difundidas por el partido árabe Hadash-Tal.

Sondeos en Israel
Sondeos en IsraelAntonio Cruz

La misma formación precisó que este número representa un aumento también de un 5% respecto a la cantidad de votos registrados en los últimos comicios para esta altura de la jornada electoral.

La participación de esta comunidad, que representa en torno a un 20% de la población del país y está compuesta de palestinos y descendientes de quienes se quedaron dentro del Estado de Israel tras su fundación en 1948, es una de las claves de las elecciones de hoy y podría tener un impacto significativo en los resultados.

Si el voto entre los árabes resulta muy inferior al de la población general, los partidos representativos de este sector podrían no alcanzar el 3,25% del electorado necesario para entrar en el Parlamento, favoreciendo al bloque derechista y ultraortodoxo que lidera el ex primer ministro Benjamin Netanyahu.

Según los últimos sondeos, el bloque de Netanyahu conseguiría 60 diputados de los 120 que integran la Knéset (Parlamento), y de conseguir tan solo un escaño más de lo previsto podría formar un Ejecutivo.

Las elecciones de hoy son las quintas en menos de cuatro años en Israel, algo que analistas creían que llevaría a una menor participación que en años anteriores, sobre todo entre la población árabe. Hasta ahora, sin embargo, la tendencia ha sido la contraria.