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Protestas

Sunak sufre la mayor huelga en Reino Unido en más de una década

Más de medio millón de trabajadores públicos se movilizan para pedir un aumento salarial por la inflación. Cinco millones de alumnos se quedaron en casa

En Reino Unido las huelgas generales son prácticamente imposibles por las normativas que comenzaron a implantarse con Margaret Thatcher. Pero desde luego que las «acciones coordinadas» este miércoles por los sindicatos dejaron una imagen muy similar. Más de 500.000 trabajadores salieron a la calle en la mayor protesta laboral registrada en el país en la última década, debilitando aún más a un Gobierno conservador agotado por guerras internas y una economía en declive. A los paros masivos se sumaron los funcionarios de departamentos gubernamentales, puertos, aeropuertos y centros de exámenes de conducir, así como el personal de 150 universidades y conductores de trenes. Aunque los grandes protagonistas fueron los más de 300.000 profesores.

Cerca de cinco millones de alumnos se quedaron sin clase obligando a los padres a afrontar una jornada de teletrabajo que recordaba a tiempos de pandemia, con todas las dificultades que eso acarrea. Pero, aun así, el 61% del electorado, según una encuesta de Mumsnet, apoyaba la protesta para pedir mejoras salariales ante una inflación disparada que ronda los dos dígitos, las cifras más altas en cuatro décadas.

Las huelgas son una continuación de los paros que vienen protagonizando en los últimos meses los trabajadores del sector ferroviario y los de correos, conductores de ambulancias, paramédicos e incluso enfermeros que, por primera vez en la historia, han salido a la calle. Los bomberos votaron el pasado lunes para realizar también su primera huelga en dos décadas.

La mayoría de los maestros de escuelas públicas en Inglaterra y Gales recibieron un aumento salarial del 5% en 2022. Pero denuncian que está muy alejado de la inflación (10.5% en diciembre) y recalcan además que los salarios de los docentes cayeron en promedio un 11% en términos reales entre 2010 y 2022, según el Instituto de Estudios Fiscales.

«El incremento del 5 % a los profesores viene del presupuesto de los colegios, el Gobierno no lo sufraga, por lo que si logras un aumento va a ser a costa de dinero que les quitan a los niños», denuncia a LA RAZÓN Martha, una profesora de un centro del norte de Londres que recalca además las dificultades que existen, sobre todo tras el Brexit, para encontrar personal.

El «premier» Rishi Sunak insistió ayer que los niños se «merecen estar en la escuela» y recordó que los profesores «han recibido el mayor aumento salarial en 30 años», más un 9% para los nuevos docentes. «De hecho, la oposición haría bien diciendo que estas huelgas son erróneas y que deberíamos dejar que los niños volvieran a clase», denunció. Durante la sesión de control semanal en la Cámara de los Comunes, el dirigente conservador ya defendió el derecho de los menores a recibir educación y explicó que «el factor número uno que está afectando el nivel de vida de la gente es la inflación, provocada por la guerra en Ucrania».

Es cierto que el panorama general es sombrío para toda Europa. Pero en Reino Unido todo se exacerba por el gran problema de productividad que se viene arrastrando desde hace años, una década de recortes del Ejecutivo conservador y las consecuencias de un Brexit que sigue negociándose con Bruselas y ha intensificado la falta de mano de obra.

Según las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional, Reino Unido será el único país del G-7 que verá contraer su economía este año. Va en línea con las estimaciones del Banco de Inglaterra que ya vaticinó que Reino Unido será el único país industrializado cuya economía, para 2025, aún no haya recuperado los niveles previos a la pandemia. No solo se trata de las peores tasas de crecimiento del G-7 o G-20, sino de cualquier parte del mundo desarrollado.

Hasta ahora, Sunak ha intentado presentarse como el «Señor Razonable», subrayando que su «puerta siempre está abierta» para los trabajadores, pero advirtiendo que el derecho de huelga debe estar «equilibrado» con la prestación de servicios. Con este fin, sigue adelante la polémica «legislación antihuelgas» que se tramita ahora en Westminster, pese al rechazado de sindicatos y oposición.

El proyecto de ley para establecer niveles mínimos de servicios para bomberos, ambulancias y trenes cuando se convoquen paros fue aprobado el pasado lunes por la noche en la Cámara de los Comunes por 315 votos a favor frente a 246 en contra, por lo que pasa ahora a la Cámara de los Lores para su ratificación.

El Gobierno conservador ha insistido en que la normativa logra el equilibrio adecuado entre el derecho a la huelga y garantizar la seguridad pública durante las protestas. Pero el líder laborista, Keir Starmer, se ha comprometido a derogarla si gana los próximos comicios, previstos para 2024. El viento sopla a su favor según los sondeos.