Reino Unido
Los "tories" se adentran en las primarias que pueden convertirse en la "coronación de Kemi"
La que fuera ministra de Negocios, Kemi Badenoch, de 43 años, partidaria del Estado pequeño y contraria a las políticas de identidad es la favorita
Rishi Sunak ya no tiene acceso a la lujosa oficina parlamentaria junto a la Cámara de los Comunes reservada para el primer ministro. Le corresponde ahora otra sala como líder de la oposición. Pero, como no espera permanecer en el puesto por mucho tiempo, ha preferido mudarse al que fuera despacho de Liz Truss en Portcullis House, el edificio conectado a Westminster. Tras su fugaz mandato -apenas estuvo seis semanas como inquilina de Downing Street-, Truss también perdió su escaño en la humillante sangría sufrida por los "tories" en los comicios del 4 de julio. Por lo que su oficina con vista al Támesis se quedó libre.
Después de la peor derrota electoral de su historia, el derramamiento de sangre en el Partido Conservador ya ha comenzado. Sunak, que presentó su dimisión tras conocerse los resultados, tiene que ser ahora reemplazado. Y el proceso de primarias promete ser una cruenta guerra civil.
Los conservadores de alto rango han pedido no “sacar trapos sucios en público”. Pero, cuando ni siquiera ha empezado aún de manera oficial la contienda, los enfrentamientos son ya notorios. Suella Braverman, ex ministra del Interior y representante del ala dura, comenzó a disparar torpedos contra el liderazgo actual incluso antes del día de las elecciones. Y ahora también está envuelta en una batalla campal en redes sociales contra Kemi Badenoch, ex ministra de Negocios y favorita en las casas de apuestas.
Ninguno ha anunciado formalmente su candidatura. Necesitan primero el apoyo de sus colegas parlamentarios, que son los que deben elegir a los dos finalistas que se presentan luego a los miembros del partido para elegir al ganador.
Después de que moderados como Penny Mordaunt (ex presidenta de la Cámara de los Comunes) y Grant Shapps (ya ex ministro de Defensa), perdieran su asiento, Tom Tugendhat, ex secretario de Estado de Seguridad, podría ser la única opción para el sector más centrista. Sin embargo, si consigue pasar a la final, tiene realmente complicado ser elegido por los afiliados, donde predomina el perfil de hombre, blanco, mayor, situado más a la derecha.
El resultado de las primarias podría estar determinado en parte por el calendario, que será decidido en los próximos días por el llamado Comité 1922. Tras la dimisión de Graham Brady, se ha elegido como nuevo presidente a Bob Blackman. Una contienda más corta podría traer estabilidad, pero algunos temen que esto se convierta en una “coronación de Kemi”. A sus 43 años, la bautizada como “niña bonita de la derecha”, gana cada vez más terreno. De padres nigerianos, nació en Londres, pero se crió entre Estados Unidos y Nigeria, y no volvió al Reino Unido hasta los 16 años. Es anti woke, anti trans, defensora del Estado pequeño y admiradora de Churchill y Thatcher.
Sea quien sea el sucesor de Sunak, el nuevo líder tiene una tarea complicada para reconstruir al partido tras una derrota sin precedentes. Aunque los conservadores han demostrado a lo largo de la historia que son capaces de resurgir de sus cenizas. Una de las humillaciones más sangrantes e inesperadas fue en julio de 1945. Winston Churchill se había convertido en el gran héroe de la Segunda Guerra Mundial venciendo a los nazis. Pero los británicos le dieron la espalda otorgando a los laboristas su primera mayoría en la Cámara de los Comunes. Los analistas vaticinaron que las filas de Clement Attlee estarían en el poder durante una generación. Tal fue la magnitud de la derrota para los "tories" que Harold MacMillan pidió que cambiaran el nombre del partido y se fusionaran con los liberal demócratas.
Sin embargo, en las comicios de 1950, redujeron la mayoría laborista de Attlee a sólo cinco. Cuando el primer ministro intentó mejorar esta posición en octubre de 1951, fueron los conservadores quienes triunfaron, obteniendo una mayoría de 17 votos. El partido aumentaría esa mayoría en dos elecciones posteriores y permanecería en el poder hasta 1964.
En aquel momento, los conservadores sólo tuvieron que moverse en una dirección para mejorar su posición electoral: hacia la izquierda. En 2024, sin embargo, han visto su voto fracturarse en varios frentes. Han perdido votos ante laboristas y liberal demócratas. Pero es la irrupción del populista Nigel Farage con su partido de extrema derecha Reforma la que más les preocupa.
Las figuras con más peso ahora en la formación pertenecen al núcleo duro. Para ellos, las ideas puramente conservadoras -en particular las del Estado pequeño y los bajos impuestos– son la única ruta para recuperar el poder. En definitiva, la estrategia de 1945 –adaptar muchas de las políticas de su oponente como el precio que vale la pena pagar por el poder– no parece ahora atractiva para una formación obligado a mirar a izquierda y derecha al mismo tiempo mientras sus miembros discuten sobre el carácter preciso del “alma” ideológica del conservadurismo. Sin una hoja de ruta definida, la etapa en la oposición podría alargarse en el tiempo.
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