Gran Bretaña
El exjefe del Estado Mayor británico advierte: "ante un ataque con misiles rusos, Reino Unido es vulnerable"
El general Sir Nick Carter alerta de los "agujeros" en el sistema de defensa antiaérea y asegura que en una guerra directa con Moscú, solo aguantarían unos meses.
El general Sir Nick Carter, que fuera Jefe del Estado Mayor de la Defensa de Reino Unido hasta 2021 y, por tanto, conoce bien la situación de las Fuerzas Armadas británicas, ha lanzado una seria advertencia a su Gobierno sobre una brecha potencialmente catastrófica: los destructores Tipo 45 de la Royal Navy son el único baluarte de Gran Bretaña ante una ofensiva rusa con misilescomo los que Moscú está usando en Ucrania.
Al dirigirse a un grupo de parlamentarios que examinaban el grado de preparación de las Fuerzas Armadas de Reino Unido ante una posible guerra, Sir Carter expresó su grave preocupación y advirtió de que si Gran Bretaña se encontrara envuelta en un conflicto prolongado ante Rusia, la victoria sería poco probable.
El ex jefe del Estado Mayor fue claro y se mostró "profundamente preocupado por la disminución del tamaño de las Fuerzas Armadas de Gran Bretaña" y, como muestra, hizo hincapié en las cifras del Ministerio de Defensa de enero de 2023, que sitúan la plantilla en poco más de 143.560 efectivos. “Nuestras Fuerzas Armadas se han encogido demasiado”, advirtió, y añadió además otra preocupación: "la falta de resiliencia en nuestras fuerzas. Si tuviéramos que enfrentarnos solos a Rusia, no estoy seguro de que nos quedara alguna capacidad después de los primeros meses".
El general fue especialmente crítico con el sistema de defensa aérea de Reino Unido, destacando su susceptibilidad potencial a múltiples ataques con misiles, como los que Rusia ha estado lanzando contra Ucrania. La amenaza, advierte, es real y significativa para Gran Bretaña. Con una nota de preocupación, cuestionó: “La potencia de nuestro sistema antimisiles está en entredicho. Podría decirse que nuestra única línea de defensa contra tal amenaza es el destructor Tipo 45. Lo que necesitamos es una defensa antimisiles similar al sistema de tipo Patriot, actualmente desplegado en Kiev. Es ese nivel de capacidad al que debemos aspirar".
Este sistema de misiles de origen estadounidense y del que disponen varios países, entre ellos España, que tiene tres lanzaderas, una de ellas desplegada en la frontera turca con Siria, mantiene a Ucrania firme después de que Estados Unidos, Países Bajos y Alemania enviasen varios sistemas a sus fuerzas armadas para interceptar y destruir misiles de crucero entrantes y aviones hostiles.
Mientras tanto, la destreza naval de Gran Bretaña se materializa en su flota de seis Destructores Tipo 45. Estos buques de guerra, considerados entre los más avanzados jamás construidos, están armados con el misil Sea Viper. Se consideran la columna vertebral de la flota naval británica y su única defensa contra los ataques con misiles múltiples al estilo ruso.
El problema es que los destructores Tipo 45 tienen un sistema de propulsión totalmente eléctrico que falla con frecuencia en medio de un viaje: la unidad enfriadora presenta fallos de diseño importantes y hace que la turbina falle de modo que, cuando esto sucede, se produce una sobrecarga eléctrica en los generadores diésel y cae la planta del buque dejándolo sin propulsión. De hecho, existe un proyecto de mejora de energía actualmente en marcha para abordar los principales problemas de propulsión. Por si fuera poco, solo dos de los seis destructores mencionados son aptos para un despliegue continuo durante todo el año.
Respecto del mencionado sistema Sea Viper, también conocido como el Sistema Principal de Misiles Antiaéreos o PAAMS, es una maravilla de la tecnología de defensa moderna, capaz de guiar hasta 16 misiles a objetivos a una distancia de hasta 113 kilómetros incluso mientras se enfrenta a múltiples objetivos simultáneamente.
El exjefe de las Fuerzas Armadas, el general Sir Nick, pinta un cuadro vívido de su mandato y sus preocupaciones sobre el equilibrio de las finanzas de defensa. Nos lleva de vuelta a una época en la que el costo de mantener una disuasión nuclear era un problema apremiante. En sus propias palabras, dice: “Como Jefe del Estado Mayor de la Defensa, me encontraba constantemente lidiando con un enigma. El programa nuclear consumía una parte tan enorme de nuestros recursos que amenazaba con disminuir nuestra capacidad de disuasión convencional”.
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