Defensa

La fuerza aérea de Países Bajos baraja la compra de unos misiles que le permitirán conseguir la superioridad armamentística

El gigante estadounidense Raytheon estudia fabricar en los Países Bajos su misil AIM-120 para aumentar la producción y ayudar a Ucrania, una iniciativa que también negocia la vecina Bélgica y que cuenta con el visto bueno de Washington

Cazas F35 estadounidenses
Cazas F35 estadounidensesLookheed MartinLookheed Martin

El Gobierno de Donald Trump ha dado luz verde a una posible venta de 232 misiles AIM-120 a los Países Bajos, una operación valorada en unos 570 millones de dólares. Este movimiento subraya la estrecha colaboración militar que Washington mantiene con sus socios de la Alianza Atlántica. Sin embargo, detrás de esta transacción se esconde una estrategia de mayor alcance que podría cambiar las dinámicas de la industria de defensa en el continente europeo, al abrir la puerta a que la producción de este armamento se traslade fuera de territorio norteamericano. Esta decisión se enmarca en una política más amplia de la administración, dado que Donald Trump ya planeaba invertir miles de millones para expandir la Armada de Estados Unidos, reforzando el poderío militar del país.

De hecho, esta iniciativa responde a una necesidad triple que aprieta a los aliados occidentales: acelerar la producción de armamento para apoyar el esfuerzo bélico ucraniano, reforzar las capacidades de defensa del flanco oriental de la OTAN y, simultáneamente, profundizar en la cooperación industrial a ambos lados del Atlántico. La idea es que la fabricación del conocido misil aire-aire, también designado AMRAAM, pueda realizarse directamente en Europa. La urgencia de este apoyo se ha visto magnificada por la intensidad del conflicto, donde la eficacia del sistema Patriot ha sido puesta a prueba por superarmas balísticas rusas, lo que subraya la necesidad de una producción de municiones robusta y constante.

En este contexto, el primer paso para materializar el plan consistirá en un estudio técnico para determinar cómo la industria holandesa podría integrarse en la cadena de producción del misil. El gigante de la defensa Raytheon evaluará las capacidades locales no solo para fabricar componentes clave, sino también para asumir el ensamblaje final y el mantenimiento de los proyectiles, una posibilidad que, tal y como ha publicado el medio Defense News, ya cuenta con el beneplácito de la Administración estadounidense.

Una estrategia que mira a toda Europa

Por otro lado, esta colaboración no es un caso aislado. La empresa matriz de Raytheon, RTX, mantiene negociaciones similares con Bélgica para explorar la viabilidad de producir los misiles AMRAAM en sus instalaciones. Estos planes se suman a otros acuerdos que la compañía ya tiene en marcha en el continente para coproducir munición para los sistemas de defensa Patriot y los misiles portátiles Stinger, evidenciando una tendencia clara hacia la descentralización de la producción militar. Este esfuerzo por afianzar la producción de sistemas estadounidenses en Europa se produce en un mercado competitivo, donde algunos socios como Dinamarca han optado por alternativas a los populares misiles Patriot, buscando diversificar sus capacidades defensivas.

Asimismo, la elección de los Países Bajos como posible socio no es casual. Se trata de un socio militar fundamental para Washington, cuya Fuerza Aérea ya opera este sistema de armas en sus cazas F-35. Además, el país tiene previsto integrarlo en sus futuros sistemas de defensa antiaérea NASAMS, lo que convertiría la producción local en un salto cualitativo para una nación que, a día de hoy, no fabrica misiles tácticos de estas características.