Guerra en Gaza

Benny Gantz anuncia su dimisión del gabinete de guerra israelí: «Netanyahu nos impide avanzar hacia una verdadera victoria»

El líder de la coalición Unidad Nacional exige al primer ministro un adelanto electoral

Era una dimisión anunciada desde el mes pasado, cuando Benny Gantz amenazó a Benjamin Netanyahu con hacerlo si no presentaba un plan para el día después de la guerra, acordaba el regreso de los rehenes, un gobierno factible en Gaza, el regreso de los habitantes del norte del país a sus casas y un servicio militar igualitario. Pero hubo dudas de que siguiera adelante con la amenaza hasta el sábado, cuando cuatro rehenes fueron rescatados de la Franja de Gaza en una operación con más de 270 muertos palestinos, según informó Hamás y que Israel dice desconocer.

Ayer corrieron rumores de que Nentayahu no había informado a Gantz de la operación de rescate largamente planeada, algo que el equipo de Gantz desmintió, pero quedaba claro que tenía que irse de ese gabinete de desconfianza mutua. Algo que sus colegas de partido le venían pidiendo desde hace tiempo.

En su discurso, Gantz apeló al ministro de Defensa, Yoav Gallant, el tercer miembro del gabinete de guerra: «Yoav, eres un líder valiente y decidido y, sobre todo, un patriota. En estos tiempos, liderazgo y valentía significan no sólo decir lo correcto, sino también hacer lo correcto», refiriéndose a pactar un acuerdo para la devolución de los rehenes que permanecen en Gaza, unos 120, de los cuales se cree que 43 están muertos.

«Quiero pedir perdón a las familias de los rehenes. Hicimos mucho, pero fracasamos. No hemos logrado devolver a muchos de los rehenes a casa. La responsabilidad de esto también es mía. Respaldo el plan que decidimos en el gabinete de guerra, presentado por el presidente [de Estados Unidos, Joe] Biden, y exigir al primer ministro el coraje necesario para respaldarlo y promoverlo», afirmó.

La dimisión de Gantz no tendrá un impacto inmediato en el gobierno israelí salvo en que Netanyahu no tendrá ahora el contrapeso de los centristas en el gabinete reducido –algo que se probó no efectivo y de ahí la dimisión de Gantz–, puesto que la decisión de crear un gobierno de emergencia al estallar la guerra el 7 O respondía a una necesidad y deseo de unidad, no al mandato de las urnas.

Nentayahu se las tendrá que ingeniar para no tener que pasar por sus socios de la derecha radical, Itamar Ben Gvir y Bezalel Smotrich, las decisiones de seguridad que parece no querer compartir con ellos.

Reacciones

El primer ministro tardó pocos minutos en reaccionar a las declaraciones de Gantz, lo hizo en X: «Benny, no es el momento de abandonar la batalla, es hora de unir fuerzas».

El presidente del partido Sionismo Religioso y ministro de Finanzas, Smotrich, declaró: «Benny, cuando te metiste en el gabinete hace ocho meses hiciste algo valiente y correcto, y por eso mereces ser apreciado». Pero añadía: «Tu medida de hoy pretende desmantelar esta cohesión por razones políticas y es irresponsable».

«No hay acto menos de Estado que dimitir de un gobierno durante una guerra. Esto es exactamente lo que buscaban Sinwar, Nasrala e Irán y, lamentablemente, estás satisfaciendo su petición», escribió Smotrich en su cuenta de la misma red social.

El presidente de Yisrael Beiteinu, Avigdor Liberman, por suparte declaró: «Más vale tarde que nunca, ha llegado el momento de una coalición sionista».

El ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben-Gvir, dijo: «Ahora, a la luz de la dimisión de Gantz, he solicitado al primer ministro unirme al gabinete de guerra. Ha llegado el momento de tomar decisiones valientes, lograr una disuasión real y brindar seguridad a los residentes del sur, del norte e Israel en su conjunto».

Yair Lapid, del centrista Hay un Futuro, saludó la decisión de Gantz y Gadi Eisenkot de «abandonar el gobierno fallido» como «importante y correcta. Ha llegado el momento de reemplazar a este gobierno extremista», dijo.

El líder laborista recién elegido, Yair Golan, también un exgeneral, elogió su patriotismo y sus buenas intenciones, dijo que su dimisión era «lo apropiado» pero que sucedía «demasiado tarde».