Israel en guerra
El golpe de Hamás: un ataque contra Israel gestado durante meses
Irán niega su implicación en una ofensiva anunciada en agosto por Saleh al-Arouri, uno de los líderes principales de la organización palestina
El general Abbas Kamel advirtió a Benjamín Netanyahu. El jefe de los servicios de inteligencia de Egipto se encargó de llamar personalmente al primer ministro israelí una semana antes del ataque sorpresa de Hamás desde la Franja de Gaza, que deja a esta hora cerca de 900 israelíes muertos y más de un centenar de secuestrados. Lo hizo para avisarle de lo que la Dirección General de Inteligencia egipcia definió como «algo grande», según el diario israelí Yedioth Ahronoth.
Ni los servicios de inteligencia hebreos ni los occidentales tenían conocimiento de la operación. Por ese motivo, quizá, el Gobierno israelí subestimó las advertencias. Sin embargo Kamel, mediador habitual en las disputas entre Israel y Hamás, tenía información de primera mano de la ofensiva sin precedentes que preparaba la organización militante palestina.
El general retirado Yaakov Amidror, antiguo asesor de seguridad nacional de Netanyahu, reconoció el domingo el «enorme fracaso del sistema de inteligencia y del aparato militar en el sur». Otras fuentes indican que Israel había centrado todas sus fuerzas en la Cisjordania ocupada, y dejó casi al descubierto los kibutz y las ciudades en las inmediaciones a Gaza.
Mientras preparaba el mayor golpe militar contra Israel en más de medio siglo, Hamás «dio la impresión de que no estaba preparado para una lucha», traslada una fuente del grupo a la agencia Reuters. La operación «Tormenta de Al Aqsa» se gestó durante meses en secreto. Mohammad Deif, comandante del brazo armado de Hamás, las Brigadas Al Qassam, y el líder del grupo en Gaza, Yahya Sinwar, dirigieron la ofensiva con la aprobación del brazo político de la organización, asentada a medio camino entre Qatar y Líbano.
Los integrantes de nivel medio y bajo no se enteraron de los planes para evitar filtraciones, recogen los medios gazatíes. La Brigada Al Qassam organizó varios ejercicios militares a lo largo de la valla de Gaza con semanas de antelación para preparar la ofensiva. Antes de dar la orden de asalto, el grupo alentó a los cerca de 1.000 combatientes a atacar a civiles y soldados israelíes una vez que cruzaran la frontera hasta que murieran o fueran capturados. Nada quedó al azar. Comenzó así un ataque por tierra, mar y aire preparado con minuciosidad.
Desde el último choque violento de 2021 con Israel, Hamás había evitado intervenir en nuevas ofensivas. Por eso se abstuvo de apoyar la última lanzada por Yihad Islámica. Israel había suavizado el bloqueo sobre la Franja. Aunque el jefe adjunto del buró político de Hamás, Saleh al-Arouri, declaró en agosto en una entrevista con la cadena de televisión libanesa Al Mayadeen que «la alianza de la Resistencia está preparada y motivada por la razón, la voluntad y los intereses comunes para participar en una guerra regional, y las partes activas están listas y preparadas para ello».
Arouri, miembro clave de Hamás y uno de los fundadores de su brazo armado en Cisjordania, dejó claro entonces que la organización había puesto en marcha los preparativos «para una guerra total, y estamos discutiendo de cerca las perspectivas de esta guerra con todas las partes relevantes».
«La guerra total será una derrota para Israel, y vemos que las guerras clásicas han cambiado, y así lo demuestra el conflicto de Ucrania», sentenció. Las palabras del número dos de Hamás dejaron entrever que el grupo estaba en contacto con Hizbulá e Irán.
Una información del Wall Street Journal confirmaba, citando diversas fuentes, que la Guardia Revolucionaria estaba al corriente de la operación. Pero el portavoz de las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI), Daniel Hagari, asegura no tener pruebas concretas de la implicación iraní.
Teherán ha desmentido también su participación: «Las decisiones tomadas por la resistencia palestina son ferozmente autónomas e inquebrantablemente alineadas con los intereses legítimos del pueblo palestino. Nos mantenemos enfáticamente en apoyo inquebrantable de Palestina; sin embargo, no estamos involucrados en la respuesta de Palestina, ya que es tomada únicamente por la propia Palestina».
«Aunque no cabe duda de la cooperación militar entre Irán y Hamás y de la creciente implicación de Irán en el escenario palestino, incluida Cisjordania, en los últimos años, dudo mucho que Irán participara de forma significativa en la última acción de Hamás. Esta es una historia palestina. ¿Utilizó Hamás ayuda iraní? Definitivamente sí. ¿Tenía Irán algún interés en esta acción? Sí. ¿Necesita Hamás permiso iraní para operar? No. ¿Hubo coordinación previa entre Hamás, Irán y Hizbulá? Es posible. Pero, en definitiva, se trata de una acción de Hamás basada en sus propios intereses derivados de la realidad palestina», subraya Raz Zimmt, analista israelí experto en Irán.
Para Zimmt, sin embargo, la operación de Hamás es «un acontecimiento que cambia la realidad en Oriente Próximo y que puede obligar a Irán a pasar de la fase de apoyo y coordinación continuos a una implicación más directa, especialmente si la respuesta israelí supone un desafío significativo para Hamás».
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