Defensa
La India recupera la pesadilla nuclear de la Guerra Fría: misiles imparables ocultos en su red de trenes
La India da un paso de gigante en su carrera nuclear con la prueba de su nuevo misil Agni-Prime, un proyectil con un alcance de 2.000 kilómetros que ha sido lanzado por primera vez desde un tren
La imagen evoca los fantasmas de la Guerra Fría: convoyes de apariencia civil que, en realidad, escondían en sus entrañas misiles balísticos intercontinentales. La Unión Soviética fue pionera en el desarrollo de estos temidos «trenes de la muerte», una solución ingeniosa y aterradora para asegurar que su arsenal nuclear pudiera sobrevivir a un primer ataque. La clave era la movilidad, la capacidad de camuflar el arma más destructiva de la historia en la cotidianidad de una simple vía férrea, convirtiéndola en un objetivo casi imposible de localizar.
Pues bien, aquella estrategia de disuasión sobre raíles no es una reliquia del pasado. En el complejo tablero geopolítico asiático, China ha integrado una capacidad parecida en su doctrina militar, aprovechando su extensa red ferroviaria para garantizar la supervivencia de su fuerza nuclear. A este selecto club se suma ahora la India, que acaba de ejecutar con éxito el primer ensayo de su misil de nueva generación Agni-Prime disparado desde una plataforma ferroviaria. Esta estrategia no es aislada, ya que China también ha mostrado recientemente sus bombas nucleares gigantes, en un claro mensaje sobre la modernización de su capacidad de disuasión.
De hecho, este proyectil representa un notable salto tecnológico para el arsenal indio. Se trata de un misil balístico más ligero, ágil y preciso que sus predecesores, con capacidad para alcanzar objetivos a 2.000 kilómetros y dotado de sistemas de guiado y navegación mejorados. Esta combinación de un arma más letal con una plataforma de lanzamiento prácticamente indetectable, tal y como han publicado en Interesting Engineering, otorga a Nueva Delhi una herramienta estratégica de primer orden.
La garantía del segundo golpe como pilar estratégico
En este sentido, la principal motivación detrás de este programa es reforzar la capacidad de segundo ataque del país. Este concepto es un pilar fundamental de la disuasión nuclear moderna y se define como la habilidad de responder a una agresión nuclear incluso después de haber sufrido un golpe devastador en las bases militares o silos de misiles conocidos y fijos. La mera existencia de esta posibilidad enfría cualquier tentación de iniciar un conflicto. La lógica de esta invulnerabilidad es una prioridad para las potencias, en un momento en que el arsenal nuclear de China continúa creciendo con el objetivo de equipararse a otras superpotencias.
Por todo ello, el nuevo sistema no viene a sustituir, sino a complementar, los lanzadores móviles por carretera que el ejército indio ya operaba. Con esta diversificación, Nueva Delhi busca tejer un entramado defensivo mucho más complejo y resistente, donde la supervivencia del arsenal está garantizada por el movimiento constante. La lógica es aplastante: un arma en perpetuo desplazamiento dificulta enormemente su detección y neutralización, asegurando así que la amenaza de una represalia sea siempre creíble y, por tanto, efectiva.