UE-CELAC
La UE invertirá 45.000 millones de euros en América Latina y el Caribe para contrarrestar la influencia de China
El club comunitario intenta impulsar los acuerdos comerciales para la obtención de materias primas
Bruselas ha desplegado este lunes la alfombra roja para celebrar la cumbre con los 33 países de América Latina y el Caribe (CELAC), en una cita que continuará durante este martes. La creciente influencia de China preocupa cada vez más a la Unión Europea, que se ha dado cuenta de que no puede dejar esta parte del mundo a su suerte mientras otros extienden sus tentáculos de influencia. La última vez que tuvo lugar una cita de estas características fue hace ocho años y, según fuentes diplomáticas, la propia celebración del encuentro ya es un éxito en sí misma.
Como modo de cortejo, la Comisión Europea ha anunciado este lunes un paquete de 45.000 millones de euros de inversión, que se destinarán a 135 proyectos que incluyen desde el hidrógeno verde hasta las denominadas tierras raras, redes de cable de alta velocidad o el desarrollo de vacunas de ARN mensajero.
Otro de los puntos esenciales del encuentro es el impulso de los acuerdos de libre comercio. La UE sigue adelante con un el pacto comercial con Chile, el primer productor mundial de cobre y el segundo de litio, materias primas imprescindibles para la lucha contra el cambio climático ya que se utilizan en el despliegue de energías renovables y en fabricación de las baterías de coche eléctrico. Se espera que este pacto pueda entrar en vigor el próximo año. De esta forma, la Unión Europea intenta contrarrestar no sólo la influencia de Pekín en Latinoamérica sino su propia dependencia respecto al gigante asiático. La Comisión Europea se ha planteado extraer en suelo comunitario el 10% de estos materiales que se consumen en los Veintisiete para 2030 y quiere también que, en una lista de 16 materias primas críticas consideradas estratégicas, ningún país tercero pueda representar más del 65% anual cuando actualmente China copa el 90%. Como condición, los países latinoamericanos y del Caribe quieren ser ellos mismos los que se encarguen de extraer y procesar estos elementos químicos en su territorio. Este lunes, la Comisión Europea ha firmado un acuerdo con Argentina para obtener este tipo de materias primas a cambio de promover en el país el impulso de las energías renovables.
Bruselas también pretende desbloquear el acuerdo alcanzado con México en 2018 e impulsar Mercosur (Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay), la joya de la corona. El texto de Mercosur se firmó entre la dos partes en 2019, pero su ratificación está pendiente por temores tanto de parte europea como al otro lado del Atlántico. Francia se opone por la situación de sus agricultores y ganaderos con esta liberalización comercial y en Latinoamérica también preocupan ciertas condiciones medioambientales que exige el club comunitario. Para allanar el camino, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von de Leyen, ha mantenido este lunes un encuentro bilateral con al presidente de Brasil, Lula da Silva.
«Hoy queremos debatir cómo conectar más a nuestros ciudadanos; cómo conectar más nuestras empresas; cómo reforzar y diversificar nuestras cadenas de suministro y eliminar los riesgos que pesan sobre ellas; y cómo modernizar nuestras economías de tal manera que reduzcan las desigualdades y beneficien a todos. Todo esto está a nuestro alcance si conseguimos que el acuerdo UE-Mercosur cruce la línea de meta», ha asegurado Von der Leyen. Por su parte, Lula ha abogado por un pacto «equilibrado» que «preserve la capacidad de las partes de responder a los desafíos presentes y futuros».
No se trata de renegociar el acuerdo en su conjunto, pero sí de pactar ciertas salvaguardas. Resucitar Mercosur no parece tarea fácil. El pasado mes de abril, la UE envió un documento adicional en el que aparece incluida la nueva normativa comunitaria en la que los Veintisiete cierran la puerta a las importaciones procedentes de zonas deforestadas y que incluyen el cacao, el café, la madera, el caucho, el aceite de palma, la carne de vacuno, el chocolate y la soja, entre otros productos. La UE confiaba en que los países de Mercosur enviaran a finales de junio un documento de respuesta a los europeos, pero este texto sigue sin llegar.
Fuentes diplomáticas siguen confiando en que esta cumbre sirva como impulso político, aunque el trabajo técnico continúe entre bambalinas, y el objetivo sigue siendo poder desatascar el acuerdo a finales de este año.