Escalada en Oriente Medio
Israel planea destruir la red de túneles de Hamás a través de bombas de agua
Con la inundación, el Ejército israelí pretende expulsar a los terroristas islamistas de sus escondites subterráneos
Hace tres semanas se rumoreaba en Israel sobre la posibilidad de que el Ejército inundara los túneles de Hamás en la Franja de Gaza. Cuando lo sugirió un comentarista en el telediario del ente de radio televisión pública Kan, la conductora pidió cambiar de asunto porque «Hamás también escucha este telediario». Ahora lo ha publicado «The Wall Street Journal».
El informe dice que terminaron de ensamblar «grandes bombas de agua de mar aproximadamente a un kilómetro y medio al norte del campo de refugiados de Al Shati a mediados del mes pasado. Cada una de por lo menos cinco bombas puede extraer agua del mar Mediterráneo y mover miles de metros cúbicos de agua por hora hacia los túneles, inundándolos en cuestión de semanas».
El informe, que cita a oficiales estadounidenses anónimos, también dice que la táctica «podría destruir los túneles y expulsar a los combatientes de su refugio subterráneo, pero también amenazar el suministro de agua de Gaza».
Según el diario, Israel presentó el plan a Estados Unidos el mes pasado y desde entonces se ha debatido su viabilidad y su impacto en el medio ambiente. Al parecer, EE UU consideran que Israel no ha tomado una decisión final para seguir adelante, pero tampoco ha descartado el plan.
Egipto ha utilizado en múltiples ocasiones durante la última década estas tácticas para destruir túneles que cruzaban desde Gaza hacia la península del Sinaí, usados principalmente para el contrabando. Con bombas con agua de mar, Egipto inundó varias redes de túneles de Gaza en 2013 y 2015, dejándolas inutilizables para aquellas operaciones. Una persona familiarizada con el plan, según el diario, señaló que como la inundación tardaría semanas en completarse, Hamás tendría tiempo para evacuar y también a los rehenes. Sin embargo, aunque parece una forma menos cruel de destruir los túneles, bombear millones de metros cúbicos de agua de mar bajo Gaza podría dañar gravemente sus ya dañados sistemas de infraestructura de agua y alcantarillado, y podría provocar la caída de edificios y carreteras.
El domingo, las FDI anunciaron que sus tropas han descubierto más de 800 túneles en el enclave desde el comienzo de la ofensiva terrestre que comenzó a finales de octubre, de los cuales unos 500 ya han sido destruidos. El Ejército aseguró que también ha destruido cientos de kilómetros de túneles, además de los pozos de entrada.
«Los pozos estaban ubicados en áreas civiles, y muchos de ellos estaban cerca o dentro de instituciones educativas, jardines de infancia, mezquitas y parques infantiles», decía el comunicado militar israelí.
En el campo de batalla, este lunes las fuerzas israelíes atacaron la principal ciudad del sur de la Franja de Gaza, en lo que parece ser el mayor asalto terrestre desde que se rompió el alto el fuego la semana pasada. Los residentes dijeron que los tanques israelíes habían entrado por primera vez en la zona oriental de Jan Yunis, cruzando la valla fronteriza israelí y avanzando hacia el oeste. Algunas tropas tomaron posiciones dentro de la ciudad de Bani Suhaila en las afueras de la parte oriental de Jan Yunis, mientras que otras continuaron más allá y fueron estacionadas en el borde de un conglomerado de viviendas financiado por Qatar llamado Ciudad Hamad, según informes de locales.
Mientras, un oficial de la Organización Mundial de la Salud (OMS) en Gaza aseguró a los periodistas a través de un enlace de vídeo que la situación se estaba deteriorando. «La situación empeora cada hora», dijo Richard Peeperkorn. «Se están intensificando los bombardeos por todas partes, incluso aquí en las zonas del sur, Jan Yunis e incluso en Rafah». En Israel las noticias del día giraban también en torno a una deposición de un funcionario del Ministerio de Sanidad quien explicó en una audiencia en la Knéset (parlamento israelí) que Hamás dio sedantes a los rehenes antes de su entrega a la Cruz Roja «para hacerlos parecer felices».
Algunas familias de los secuestrados también participaron en la audiencia del comité de salud. Shir Sigal, cuya madre fue liberada del cautiverio y cuyo padre sigue ahí, enfatizó las duras condiciones en las que se mantienen los rehenes. «Mi madre regresó con testimonios que no puedo ni escuchar. Los esposaron, abusaron de ellos, no les dieron asistencia médica, no les dieron comida ni agua. A tres horas en coche de aquí, hay un holocausto», manifestó.
El grupo terrorista liberó durante la tregua de una semana a 105 rehenes civiles: 81 de ellos eran israelíes, 23 tailandeses y un filipino. Se cree que quedan 136 secuestrados en Gaza. A cambio, Israel liberó a 240 prisioneros de seguridad palestinos, todos ellos mujeres y menores de 18 años.
En la profusión de informaciones sobre la mala gestión israelí de este ataque, siguen apareciendo también datos de la alta preparación y premeditación de Hamás. Un informe de «The Guardian» manifestaba que el Ejército israelí había compartido con los medios extranjeros documentos capturados de miembros de Hamás, incluidos manuales que instruyen cómo tomar rehenes. Los documentos capturados incluyen una «lista de verificación» para usar durante una toma de rehenes y un plan detallado sobre cómo infiltrarse y tomar el control de la frontera.
Francia congela los bienes del terrorista Sinwar
Las autoridades de Francia anunciaron ayer la congelación temporal de bienes pertenecientes al líder de Hamás en la Franja de Gaza, Yahya Sinwar, por considerar que es el «arquitecto» de los ataques que tuvieron lugar el pasado 7 de octubre y que dejaron unos 1.200 muertos en suelo israelí.
Esta medida, que ya ha entrado en vigor, se mantendrá durante un periodo de seis meses, según recoge la Gaceta Oficial de Francia en un comunicado en el que ha especificado que «los fondos y recursos económicos que pertenezcan o estén controlados por Sinwar serán sujetos a estas medidas». En noviembre, el Ministerio de Economía anunció que congelaría durante seis meses los bienes de Mohamed Deif, que dirige la rama militar de Hamás.
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