Estados Unidos

La hospitalización de McCain alarma a los republicanos

El voto del senador, que padece cáncer cerebral, es clave para aprobar la reforma fiscal

John McCain está ingresado en el hospital militar Walter Reed
John McCain está ingresado en el hospital militar Walter Reedlarazon

El voto del senador, que padece cáncer cerebral, es clave para aprobar la reforma fiscal.

La salud del último gran león del Senado de EE UU, John McCain, de 81 años, se debilita y los republicanos, preocupados no sólo por la posible pérdida de un compañero y hombre fuerte el partido sino también por su sucesión, comienzan a mover ficha. Tras la pérdida del senador conservador de Alabama y el consiguiente reequilibrio de fuerzas en la Cámara Alta (51 republicanos y 49 demócratas a partir de enero), la Casa Blanca no puede permitirse perder otro asiento en el Senado.

McCain, republicano de Arizona, apenas podía disimular estos últimos días las secuelas del tratamiento contra el gliobastoma que padece, un tumor que nace de las células de soporte del tejido cerebral. Ayer fue hospitalizado en el Centro Médico militar Walter Reed, a las afueras de Washington, por los «efectos secundarios normales» derivados de su tratamiento contra el cáncer, dijeron desde su oficina de Prensa. Sin embargo, se encendieron todas las alarmas en el Partido Republicano después de ver el llanto de su hija Megan McCain en directo en el programa de televisión de NBC «Today». El ex vicepresidente Joe Biden, cuyo hijo murió de la misma enfermedad, y que también estaba invitado al programa, intentó consolarla sin éxito. «Pienso cada día en Beau», le confesó la hija del senador de Arizona al ex vicepresidente. «Siempre hay esperanza», le recordó Biden, compañero de su padre en la Cámara Alta en sus años de senador por Delaware

La fortaleza de McCain ha sido ejemplar. El también ex candidato a la presidencia de EE UU retrasó incluso el inicio de su tratamiento para votar junto a otras dos republicanas en contra de la derogación de Obamacare (la ley sanitaria de Barack Obama), propinando un duro golpe al presidente Donald Trump.

Ahora, su voto también es clave para sacar adelante la reforma fiscal de Trump, que supondría la primera victoria legislativa del presidente. En principio, McCain, que continuará varios días ingresado en el buque insignia de los centros médicos del Pentágono, tiene previsto volver a la Cámara Alta la semana que viene para votar la última versión de la reforma tributaria del presidente Donald Trump. Sin embargo, el presidente no las tiene todas consigo y ha ordenado al vicepresidente Mike Pence que retrase su viaje a Israel previsto para la semana que viene. Necesita su apoyo como presidente del Senado para romper un posible empate, debido a la mayoría mínima que tiene en la Cámara Alta. Más aún si se tiene en cuenta que los senadores republicanos Jeff Flake, de Arizona; Bob Corker, de Tennessee; y Susan Collins, de Maine, volvieron ayer a expresar sus reticencias a respaldar la reforma fiscal como ya hicieron cuando se dio luz verde a la anterior versión.

Entonces, el líder de la mayoría en la Cámara Alta, Mitch McConnell, consiguió convencer a Flake y Collins. Pero Corker votó en contra de la reforma tan ansiada por su partido. La victoria esta semana de los demócratas en Alabama hace que a partir de enero los conservadores tengan un asiento menos en la Cámara Alta, por lo que se intentará como sea agilizar la votación del nuevo texto antes de fin de año. Una tarea nada sencilla. Una vez alcanzado un acuerdo preliminar sobre la fusión del texto aprobado tanto en la Cámara de Representantes como en el Senado, el portavoz de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, podría tener todos los respaldos para convocar la votación entre el lunes y el miércoles de la semana que viene. «Estamos muy cerca. No quiero salir todavía, pero estamos muy cerca», reconoció el «número dos» de la Cámara Alta, el senador John Cornyn. Según lo filtrado a la Prensa, el texto final propondrá recortar el impuesto de sociedades al 21%, algo más alto que el 20% que está escrito en las versiones de la Cámara de Representantes y el Senado. Será mucho menor que el actual, situado en el 35%. Mientras, el marco impositivo del impuesto individual máximo se situará en el 37 %. Una caída notable comparada con el 39,6% actual, y más generosa que la de la versión del Senado del 38,5%. Estos recortes supondrán reducir los ingresos federales en 1,4 billones.