Ensayo nuclear Corea del Norte

La Triple Alianza contra Kim Jong Un

Corea del Sur, Japón y EE UU realizan por primera vez ejercicios combinados con disparos de fuego sobre el mar del Este. Pyongyang hackeó al Ministerio de Defensa surcoreano información de las maniobras con Washington en 2016.

El ministro de Exteriores norcoreano aseguró que va a responder a la declaración de guerra de EE UU con una «lluvia de fuego». Imagen de archivo de Kim Jong Un de 2014
El ministro de Exteriores norcoreano aseguró que va a responder a la declaración de guerra de EE UU con una «lluvia de fuego». Imagen de archivo de Kim Jong Un de 2014larazon

Corea del Sur, Japón y EE UU realizan por primera vez ejercicios combinados con disparos de fuego sobre el mar del Este. Pyongyang hackeó al Ministerio de Defensa surcoreano información de las maniobras con Washington en 2016.

El 72º aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores de Corea del Norte no fue como muchos esperaban. Si los analistas apuntaban a la posibilidad de que Kim Jong Un aprovechara la fecha para lanzar otro misil que pusiera de nuevo en jaque a la comunidad internacional, la realidad fue bien distinta. En esta ocasión fueron Estados Unidos, Japón y Corea del Sur los que aprovecharon para llevar a cabo por primera vez una maniobra militar nocturna combinada en la que sobrevolaron la península coreana y realizaron ejercicios de disparo simulado sobre las aguas del mar del Este.

Esa demostración de fuerza, en la que dos bombarderos estratégicos norteamericanos B-1B dispararon misiles aire-tierra junto a dos cazas surcoreanos F-15K y otros dos japoneses F-15, elevó aún más la tensión que se vive en una región técnicamente en guerra y en la que no cesan las provocaciones. Pese a que a última hora de ayer el régimen Juche todavía no se había pronunciado al respecto, en las últimas semanas Pyongyang ha lanzado varios misiles que han sobrevolado Japón y ha realizado un ensayo nuclear con una bomba de hidrógeno, considerado como el más potente hasta la fecha.

Todas esas pruebas balísticas y nucleares han dado pie a incendiarios mensajes en los que el presidente de EE UU, Donald Trump, se ha dedicado a insultar a su homólogo norcoreano y a transmitirle que la opción militar podría ser la única vía de salida. Precisamente, el mismo día del aniversario, Trump era informado por su equipo de seguridad nacional sobre las posibles opciones de respuesta ante las amenazas de Corea del Norte. «La reunión de información y la discusión se centraron en una serie de opciones para responder a cualquier forma de agresión de Corea del Norte o, si fuera necesario, para impedir que Corea del Norte amenace a EE UU y a sus aliados con armas nucleares», detalló Sarah Sanders, portavoz de la Casa Blanca.

Este mismo fin de semana Trump advertía de que «sólo una cosa funcionará» con Corea del Norte en una velada alusión a la vía militar, mientras Kim respondía con la firme determinación de continuar incrementando su arsenal nuclear. Dos días después, EE UU llevó a cabo la que se supone es la segunda operación de este tipo en menos de un mes. En la última, el 23 de septiembre, varios bombarderos sobrevolaron por primera vez en lo que va de siglo la zona desmilitarizada que separa las dos Coreas. Aquella acción no sentó nada bien a Pyongyang, hasta el punto de que días después se enfrascó en un cruce de acusaciones con Trump en el que acabó asegurando que EE UU les había declarado la guerra. Pese a que Washington negó haber iniciado contienda alguna, ayer varios medios surcoreanos anunciaron que Trump estaría contemplando la posibilidad de visitar esa misma zona en su gira asiática de noviembre, algo que según los analistas podría ser considerado por el reino Ermitaño como una amenaza en toda regla.

239 gigas pirateados

Con este escenario a la vista, la prensa de Seúl también desveló ayer que los piratas informáticos de Corea del Norte se habían hecho en septiembre del año pasado con 239 gigas de información del Ministerio de Defensa surcoreano, en los que habría información de los ejercicios militares conjuntos con su aliado americano o incluso un guión para acabar con la vida del líder supremo. Rhee Cheol Hee, del gobernante Partido Demócrata, fue quien consiguió esta información tras acogerse a la ley nacional de Libertad de Información. Numerosos expertos atribuyen operaciones como el «hackeo» de Sony de 2014 o el reciente ciberataque mundial con el virus Wannacry –con el que también se obtuvieron datos sobre instalaciones militares y energéticas o sobre el personal militar de Seúl–, a piratas norcoreanos que en los últimos años también habrían realizado numerosos ciberataques contra Corea del Sur. Con el plan de guerra más reciente diseñado entre Washington y Seúl al descubierto, Pyongyang jugaría con algo de ventaja en un conflicto en el que otras partes llaman a la calma. El ministro de Exteriores norcoreano, Ri Yong Ho, alertó ayer desde Moscú de que EE UU «ha prendido la mecha de la guerra» con su discurso en la ONU. Y haciendo uso de una retórica bélica añadió: «Vamos a resolver este asunto con una lluvia de fuego, no con palabras».