Cumbre de la UE

La UE acuerda reforzar las fronteras frente a la migración

Mientras, Alemania alcanza consenso en el Parlamento para endurecer su política migratoria.

Jean-Claude Juncker saluda al canciller austriaco, ayer, en Viena, al término de la rueda de prensa
Jean-Claude Juncker saluda al canciller austriaco, ayer, en Viena, al término de la rueda de prensalarazon

Mientras, Alemania alcanza consenso en el Parlamento para endurecer su política migratoria.

La UE concentrará sus esfuerzos en proteger mejor sus fronteras exteriores, un objetivo prioritario dentro de la lucha contra la migración irregular y que se plasmará en 10.000 policías más para la agencia Frontex, explicó ayer el presidente del Ejecutivo comunitario, Jean-Claude Juncker. El colegio de comisarios europeos celebró ayer una reunión en Viena junto con miembros del Gobierno austriaco, con motivo de la nueva presidencia de la UE.

En ella se debatieron las prioridades de los próximos seis meses, entre las que figura la política migratoria, que en las últimas semanas ha acaparado toda la atención europea por la crisis política en Alemania y la actitud hostil hacia la inmigración irregular del Ejecutivo italiano. Al término de la cita, Juncker anunció, junto con el canciller austriaco, Sebastian Kurz, que propondrá en septiembre adelantar siete años, hasta 2020, el refuerzo de la Agencia Europea de Control de las Fronteras Exteriores (Frontex) para que cuente con 10.000 efectivos más. Por su parte, el canciller austriaco explicó que hay «diferentes dimensiones» para combatir con éxito la inmigración ilegal, entre las que mencionó el aumento de la ayuda y cooperación con África y la protección de las fronteras. Aunque valoró que haya un acuerdo sobre cinco de los textos legislativos que conforman la reforma del sistema común de asilo, indicó que no sería «realista» prometer un acuerdo sobre los dos textos pendientes, que incluyen el llamado sistema de Dublín, que establece qué país es responsable de tramitar las solicitudes de asilo en la UE. Por su parte, Juncker llamó a avanzar en ese ámbito para evitar «tener problemas una y otra vez» y opinó que, si los países no logran ponerse de acuerdo sobre el reglamento de Dublín, deberían aceptar las propuestas de la CE.

También ayer, después de largas jornadas con serias disputas entre los conservadores alemanes y las reticencias que, en un primer momento, provocó el acuerdo migratorio en los socialdemócratas, finalmente los tres partidos que conforman la gran coalición que gobierna Alemania alcanzó ayer un acuerdo para combatir la inmigración ilegal y endurecer de nuevo la política de asilo. El acuerdo llegó en el último minuto y aunque desde la esfera política se alude al compromiso, la Prensa alemana no obvia que ayer era el último día en el Parlamento antes de las vacaciones de verano. El Ejecutivo alemán quiso así zanjar con prisa un asunto que no obstante tiene todos los visos de seguir dando que hablar una vez que los diputados regresen de sus distritos electorales. Un pacto que sucede al que alcanzó la CDU de Angela Merkel con sus socios, los bávaros de la CSU, tras una crisis interna que amenazó con partir su alianza de década y hacer caer al Gobierno. Andrea Nahles, la presidenta de los socialdemócratas, habló de un «nuevo ordenamiento de la política de asilo» aunque el periódico «Bild», en un tono menos optimista, apuntó «a un compromiso con muchos puntos negativos y aún, con más peros». El acuerdo se alcanzó en un encuentro de apenas una hora que tuvo por objetivo cerrar un pacto superando las medidas individuales que hasta el momento se estaban discutiendo.