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Los combates entre los prorrusos y los militares ucranianos se intensifican en el enclave ferroviario e impiden la retirada del armamento pesado, como exige Minsk II.
Las tropas ucranianas han empezado la retirada desde Debáltsevo, atacada desde ayer por las milicias separatistas prorrusas, informaron hoy medios ucranianos presentes en la estratégica ciudad en el este de Ucrania.
Los soldados de la 168ª brigada de las Fuerzas Armadas ucranianas y los combatientes del batallón de voluntarios "Krivbas"abandonan a pie la ciudad después de romper el cerco de las milicias rebeldes, informó desde el lugar la periodista Anastasía Stanko, de la televisión ucraniana "Hromadske TV".
"La retirada de las tropas se lleva a cabo de manera ordenada"escribió a su vez en el Facebook el comandante del batallón de voluntarios "Donbas", Semión Seménchenko. Unos tres mil soldados ucranianos han muerto en Debáltsevo en combates con las milicias prorrusas, informó hoy Eduard Basurin, subjefe del mando militar separatista en Donetsk. Según fuentes ucranianas, una columna de tropas gubernamentales fue atacada hoy por tanques prorrusos cuando procedía a abandonar esa ciudad, cruce de caminos entre los principales bastiones prorrusos de Donetsk y Lugansk. Éste sería el mayor revés para el Ejército ucraniano desde el estallido de la sublevación armada en las regiones de Donetsk y Lugansk en abril pasado.
Explosiones al amanecer
La capital de Donbas amaneció, una vez más, con el sonido de las explosiones. Los ataques son esporádicos, provocaciones aseguran las milicias, pero retumban lo suficiente como para recordar a la población la frágil tregua que todavía no se ha empezado a cumplir. La madrugada del martes la canciller alemana, Angela Merkel, volvió a llamar por teléfono a sus homólogos ucraniano, Petro Poroshenko, y ruso, Vladimir Putin, para pedir la retirada de la artillería pesada y el cumplimiento a los separatistas del alto el fuego. Pero Debaltsevo sigue sumergida en la guerra, sitiada por las milicias prorrusas y bajo la amenaza de una ofensiva total. Así el proceso de paz vuelve a quedarse atascado. Ucrania defiende que no retirará el armamento pesado hasta que terminen los combates. Pero las milicias consideran que el enclave ferroviario es su territorio y, por tanto, no están incumpliendo la «hoja de ruta» firmada en la capital de Bielorrusia.
«Marchaos de aquí, marchaos de aquí», gritaba un vecino que todavía vive en Vluhehirsk cerca de la primera línea del frente. A 15 kilómetros se escuchan fuertes explosiones, la intensa batalla que se libra en Debaltsevo, en el este de Ucrania, está poniendo en peligro el proceso de paz entre Kiev y Moscú. Putin ya adelantó el pasado 13 de febrero, después de una intensa negociación en Minsk, que la principal amenaza del alto el fuego era precisamente la situación en esa ciudad y no se equivocaba. El enclave ferroviario frontera entre Donetsk y Lugansk es estratégico y los prorrusos no quieren renunciar a él. «Creo que en cuestión de horas, máximo al final del día, habremos despejado completamente Debaltsevo», avisaba Vladimir Kononov, jefe del mando militar separatista, a la televisión rusa.
La oferta de un corredor humanitario sigue sin convencer a las autoridades ucranianas, que aseguran mantener el contacto con su Ejército. Dentro, según los separatistas prorrusos, hay más de 6.000 militares, las bajas mortales se cuentan por decenas y cerca de 300 soldados ucranianos se han rendido. Es más, difundieron unas imágenes de 72 militares ucranianos saliendo de la ciudad escoltados por los insurgentes. No es la primera vez que el Ejército ucraniano es víctima de un cerco. A finales de agosto del año pasado, en Ilovaisk murieron al menos 200 soldados asediados por las milicias separatistas, según la Fiscalía ucraniana. En aquella ocasión también se propuso la creación de un corredor humanitario que terminó por incumplirse y todavía se sigue investigando el porqué.
El portavoz del mando militar ucraniano, Andrei Lisenko, desmentía en rueda de prensa a última hora de ayer que el Ejército ucraniano hubiera perdido el control de Debaltsevo y reconoció que algunos militares habían sido capturados. «En estos momentos hay cruentos combates en la periferia de la ciudad. Hay choques junto a la estación de ferrocarriles. Pero nuestros militares mantienen sus posiciones de combate y tienen todo el derecho a responder con fuego para hacerlo». Las milicias, por su parte, aseguraban haber tomado el 80% de la ciudad. En el el resto de la zona ATO (operación antiterrorista) sólo hay, de momento, pequeñas escaramuzas. Sin embargo, las dos partes del conflicto están en alerta ante la amenaza de que Debaltsevo provoque un efecto dominó y arrastre a la guerra toda la comarca del Donbas. Esta situación ya pasó en Minsk, en septiembre, con el aeropuerto de Donetsk.
Resolución de la ONU
Mientras, desde Nueva York se dio ayer un nuevo impulso a la vía diplomática. Los quince miembros del Consejo de Seguridad de la ONU se unieron para aprobar por unanimidad una resolución impulsada por Rusia, en la que se expresa apoyo a una solución negociada al conflicto. El texto, adoptado como la resolución 2202, «respalda» las medidas acordadas en Minsk y da la bienvenida a los compromisos de implementar el pacto hechos por los líderes de Ucrania, Rusia, Francia y Alemania. El Consejo de Seguridad llama a todas las partes a cumplir con los acuerdos y, en especial, a respetar el alto el fuego.Minutos antes de aprobar la resolución, emitió un comunicado en el que lamentaron que, a pesar de la tregua en vigor, la violencia haya continuado en algunas zonas del este de Ucrania.
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