Política

Bruselas

Londres admite por primera vez un posible retraso del Brexit

El ministro de Exteriores cree inevitable prolongar el artículo 50 si hay un acuerdo poco antes del 29 de marzo.

Jeremy Hunt, ministro de Exteriores británico, ayer en Bucarest
Jeremy Hunt, ministro de Exteriores británico, ayer en Bucarestlarazon

El ministro de Exteriores cree inevitable prolongar el artículo 50 si hay un acuerdo poco antes del 29 de marzo.

El ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, señaló ayer que el Brexit podría retrasarse. Se trata de la primera vez que un miembro del Ejecutivo británico admite un escenario que desde hace tiempo se daba por hecho a ambos lados del Canal de La Mancha. En Londres confían que Bruselas siga el habitual «modus operandi» de resolver la situación siempre en el último momento. Pero incluso si se lograra firmar un acuerdo de retirada para el 29 de marzo, la ampliación de plazos es casi inevitable, ya que Westminster tiene luego que «transformar» la actual normativa europea en británica. Se trata de un proceso parlamentario igual de necesario para oficializar la salida.

«Es verdad que si terminamos aprobando un acuerdo días antes del 29 de marzo, entonces podemos necesitar tiempo adicional para aprobar legislación esencial», manifestó el responsable de la diplomacia británica en una entrevista con la BBC. «Si podemos hacer progresos antes, entonces eso puede que no sea necesario. Pero no podemos saberlo ahora con exactitud», añadió. De firmarse un pacto antes de finales de marzo, la ampliación del artículo 50 sería, en principio, «a modo técnico», por unos meses, a fin de no dificultar las elecciones europeas. Aunque el miedo entre los euroescépticos siempre ha sido que cualquier extensión pueda alargarse «sine die».

En cualquier caso, un portavoz de Downing Street se apresuró a recalcar que la postura de la «premier», Theresa May, no ha cambiado: «Vamos a salir del bloque y cumplir con el calendario oficial». En todas sus intervenciones, la líder «tory» ha rechazado la posibilidad de solicitar a Bruselas la extensión del artículo 50 del tratado de Lisboa. En este sentido, el líder de la oposición laborista, Jeremy Corbyn, acusa a May de jugar peligrosamente con el reloj. «Lleva dos años negociando y no ha conseguido nada», matizó. Con todo, cualquier ampliación debería ser consensuada primero por unanimidad por los Veintisiete.

May y la UE cerraron en noviembre el acuerdo de retirada, pero el documento fue rechazado por una abrumadora mayoría en el Parlamento británico. El martes, la Cámara de los Comunes apoyó una enmienda, respaldada por el Gobierno, donde se solicitaba cambiar la polémica salvaguarda para evitar una frontera dura en Irlanda por fórmulas alternativas. Pero la UE fue muy tajante en su mensaje: el pacto no está abierto a la renegociación.

En cualquier caso, May insiste en que, para evitar el problema de la frontera, se podrían discutir soluciones tecnológicas o un marco de «reconocimiento mutuo con normas comunitarias» a fin de evitar los controles. También plantea un límite de tiempo para el cumplimiento de esta salvaguarda y un mecanismo de «salida unilateral». Todas estas demandas han sido rechazadas en infinidad de ocasiones por Bruselas. Pero la estrategia de la «premier» es intentar partir de nuevo de cero, como si nada hubiera pasado, como si no se hubiera negociado todos estos puntos durante dos años.

Durante su entrevista, el responsable de la diplomacia británica recalcó que es «difícil saber» si las negociaciones con Bruselas llegarán ahora hasta finales de marzo, pero resalta el cambio en el ambiente político en Reino Unido. «Hay muchos, muchos obstáculos, nadie está diciendo que no va ser un gran desafío, pero ahora tenemos un consenso en el Parlamento. Podemos utilizarlo, siempre que podamos atender estas preocupaciones, preocupaciones muy razonables de nuestros amigos en Irlanda sobre tener una frontera dura», agregó.