Guerra en Siria

«Los accesos a las zonas más necesitadas se han militarizado»

Carlos J. Francisco / Coordinador de MSF en el norte de Siria

La Razón
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–La ONU pidió ayer una tregua de 48 horas en Alepo para garantizar la ayuda humanitaria. ¿Será posible cumplirla?

–Si es posible o no, dependerá de las partes enfrentadas. A nosotros lo que nos preocupa especialmente es que desde principios de julio (desde que los combates se recrudecieron en torno a Alepo), no podemos hacer llegar ningún suministro médico a los seis hospitales que apoyamos en la ciudad. Se trata de una zona que está fuertemente afectada y que se beneficiaría mucho si se lograse esa posible tregua y ese corredor humanitario. En Siria apoyamos hoy más de 150 estructuras médicas.

–¿Cuáles son los obstáculos que impiden avanzar a los convoys que suministran las ayudas?

–En Médicos Sin Fronteras lo que nos impide avanzar son los combates en Alepo. Cuando los accesos se convierten en zonas militarizadas, no podemos hacer llegar la ayuda a las áreas más necesitadas. Lo más preocupante es que la población civil sigue siendo bombardeada y afectada por los combates. Los hospitales con los que tenemos contacto nos hablan de una media de cincuenta heridos de guerra cada día. Son personas con traumas muy graves.

–Los seis hospitales que apoya MSF en Alepo han sido dañados. ¿En qué condiciones se ofrece la asistencia médica a los sirios?

–Los hospitales son cada vez menos accesibles. En esta ciudad hay ocho operativos y seis de ellos han sido afectados por las bombas. Además, el personal médico es muy reducido, está muy sobrecargado y trabaja en unas condiciones pésimas, tanto por las peligrosas circunstancias como por la falta de suministros. El personal sirio que opera allí sigue esforzándose por salvar vidas, nos transmite frustración y nos pide ayuda para reconstruir los hospitales y para que visibilicemos el drama sirio. Nos emociona el gran compromiso que tienen todos ellos.

–¿Se han recrudecido aún más las condiciones de vida?

–En el este de Alepo hay unas 250.000 personas que necesitan ayuda. Es una zona urbana en la que no hay cultivo ni ganado, la gente apenas tiene suministros de comida, los alimentos frescos son casi inexistentes. Además, no hay agua corriente para toda la población y sufren cortes de agua y electricidad diarios, también son víctimas de las bombas y muchos tienen que desplazarse de sus casas. Tampoco tienen acceso a mantas, y todo lo que pierden no tienen forma de reponerlo. Si la situación sigue deteriorándose, la cifra aumentará.

–La imagen de un niño sirio retrató ayer, una vez más, las secuelas de la guerra en la infancia. ¿Qué futuro les espera?

–Omran es un ejemplo de otros muchos miles de niños que están sufriendo lo mismo en Siria. Lo que es dramático es pensar en cuál va a ser su futuro a corto plazo. Encontrará muchos problemas para ser atendido de forma adecuada en un centro médico.