Política

Grecia

Los nacionalistas dejan en la estacada al «premier» Tsipras

El líder heleno queda en minoría y se someterá a una moción de confianza

Panos Kammenos, líder del partido nacionalista Griegos Independientes (izq.) y ministro de Defensa, y el primer ministro, Alexis Tsipras, a la salida de la reunión en la que sellaron la ruptura
Panos Kammenos, líder del partido nacionalista Griegos Independientes (izq.) y ministro de Defensa, y el primer ministro, Alexis Tsipras, a la salida de la reunión en la que sellaron la rupturalarazon

El líder heleno queda en minoría y se someterá a una moción de confianza.

Se consumó el divorcio entre el primer ministro griego, el izquierdista Alexis Tsipras, y su socio de coalición, el nacionalista Panos Kammenos. Sus respectivos partidos, Syriza y Griegos Independientes (ANEL), habían gobernado juntos el país con muchos altibajos desde enero de 2015. Kammenos había ejercido además como ministro de Defensa, un puesto capital en uno de los pocos países de la OTAN que cumple con el gasto del 2% de su PIB en este campo, en gran parte por su largo conflicto con Turquía. Y si bien es cierto que en muchas ocasiones Kammenos, un excéntrico que formó su partido como escisión de la principal formación conservadora, Nueva Democracia, había amenazado con abandonar la coalición por las medidas de austeridad implementadas por el Ejecutivo, ha permanecido fiel en un matrimonio de conveniencia entre dos fuerzas a simple vista antagónicas en temas sociales, morales e históricos, sólidamente unidas por el rechazo a los memorandos, pero cumpliéndolos.

La gota que ha colmado el vaso ha sido el acuerdo al que llegaron Tsipras y su homólogo macedonio, Zoran Zaev, para que el vecino pase a llamarse Macedonia del Norte, un acuerdo que este último consiguió aprobar en el Parlamento la semana pasada y que Tsipras debe referendar ahora. El pacto concluye un conflicto que dura décadas y que estaba enquistado en la siempre complicada región balcánica. Kammenos forma parte de la corriente ultranacionalista completamente contraria a que la aún llamado oficialmente Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM) tenga una denominación que incluya «Macedonia», por coincidir con el nombre de la región griega fronteriza con ARYM.

El primer ministro, acostumbrado ya tras tantos años al cálculo político y con instinto indudable para la supervivencia, anunciaba ayer, tras reunirse con Kammenos y consumarse la separación, que se someterá a una moción de confianza en el Parlamento esta misma semana. Syriza dispone de 145 diputados de los 300 con los que cuenta la Cámara. ANEL, con siete. Según la ley, con 120 diputados se puede salvar una moción de este tipo y formar lo un Gobierno en minoría, pero Tsipras ha dicho que si no logra una mayoría de 151 tendría un «problema político». Le obligaría a buscar apoyos para cada ley en un Parlamento muy hostil y con los sondeos –en caso de convocar elecciones anticipadas– en contra. El primer ministro heleno cuenta, además de con su grupo, con el apoyo de una independiente, Katerina Papakosta, y el presumible de uno de Potami, Spyros Danellis.

Muchos analistas en Grecia aseguran que este divorcio ha sido calculado al milímetro para que ambos salgan beneficiados. Hay señales que apuntan, según el periodista Spyros Polychronopoulos, a que varios de los diputados de ANEL, hasta cuatro, podrían seguir apoyando al Gobierno hasta que convoque las elecciones para otoño, cuando acaba la legislatura. Kammenos ha medido mucho sus amenazas: ha dicho que expulsará a aquellos diputados que se mantengan en el Gobierno una vez haya dimitido, pero no ha dicho nada de los que decidan votar a favor de Tsipras en la moción de confianza.

La tesis de Polychronopoulos es que Kammenos se coloca de buen perfil como defensor de las esencias griegas de cara las elecciones, con los aspavientos habituales, al tiempo que Tsipras, que le ha agradecido la colaboración estos años, no se queda al descubierto y sigue en el poder.