La lucha contra el narco marca el primer encuentro entre Biden y Petro

El amplio despliegue de seguridad a las puertas de la residencia del embajador de Colombia en Washington, situada en el céntrico barrio de Dupont Circle, delata esta semana la estancia del presidente colombiano, Gustavo Petro, en la capital estadounidense, después de que Joe Biden le invitara por primera vez a la Casa Blanca.

Con esta visita oficial, se producía también el primer encuentro bilateral entre ambos líderes. Hace ahora ocho meses, Petro hacía historia en su país al convertirse en el primer presidente de izquierdas de Colombia. De ideas liberales parecidas, la agenda del encuentro bilateral entre ambos mandatarios se centró en la lucha contra el narcotráfico, dado que Colombia es el primer productor de cocaína del mundo, así como el cambio climático, con especial interés en reforzar la protección del Amazonas.

A cinco minutos para las 14:30, Petro llegaba a la Casa Blanca por el ala oeste. Sentado uno junto al otro, ya en el interior del Despacho Oval, el presidente colombiano dedicó sus primeras palabras a resaltar la agenda común basada en «la democracia, la libertad y la paz». «Hoy el planeta exige una transformación económica», resaltó, añadiendo que «la tierra entera pide el fin de la ambición» en torno a los combustibles fósiles, algo que «ha evolucionado como un huracán amenazando nuestra existencia» y abogando por una economía en la que no se use carbón ni gas.

Biden, por su parte, dio la bienvenida a su homólogo colombiano felicitándole por su cumpleaños, calificando a Colombia como socio «clave» en la región y agradeciendo a Petro su hospitalidad y apoyo desde Colombia a refugiados venezolanos por su «compromiso abierto y fuerte con los derechos humanos en toda la región».

Antes de dar comienzo la reunión bilateral a puerta cerrada, el presidente de EE UU adelantó sus intenciones de comenzar «el próximo siglo de nuestra asociación», en la que ambos países «podemos profundizar y desarrollar aún más la cooperación», añadió Biden justo antes de que los corresponsales salieran sin respuesta a sus muchas preguntas.

Horas antes, Petro agradecía a su homólogo estadounidense la invitación a la Casa Blanca a través de un mensaje en sus redes sociales, enfatizando la importancia de la reunión bilateral «clave para reforzar la relación y cooperación mutua entre ambos países, no sólo en la lucha contra el narcotráfico, sino también en la protección del Amazonas, el cambio climático y el desarrollo rural», recalcó Petro.

El invitado de Biden confiaba en poder negociar en la Casa Blanca la rendición de los narcotraficantes y la lucha encarecida contra los cultivos clandestinos. Una estrategia llevada a cabo con doble finalidad: poner fin al narcotráfico y sus devastadoras consecuencias para la región, especialmente hacia el norte y en zonas fronterizas con México y EE UU, y también el cese definitivo de la violencia armada, que durante décadas ha justificado la guerrilla en Colombia.

A Petro le avala en esa materia su propio pasado, al haber sido militante activo del M-19, antes de ser alcalde de Bogotá (2014-2015) y senador de la República de Colombia (de 2006 a 2010 y de 2018 a 2022). Con esa intención, el presidente colombiano intentaba dar un nuevo rumbo en Washington a la guerra contra las drogas iniciada por EE UU a través del presidente Nixon hace más de medio siglo. Guerra que, se calcula, ha causado más de medio millón de muertos en América Latina.

«Colombia es un socio clave de EE UU y, durante la reunión, los dos líderes discutirán cómo ambos países pueden continuar profundizando nuestra sólida relación bilateral al avanzar en áreas de interés nacional mutuo, incluida la promoción de una mayor cooperación económica y de seguridad», adelantó la Casa Blanca días previos al encuentro. «Los líderes también discutirán los esfuerzos conjuntos para combatir el cambio climático, contrarrestar el narcotráfico, abordar nuestro desafío migratorio regional y promover los valores democráticos y los derechos humanos y laborales en la región y en el mundo», añadió Karine Jean-Pierre, secretaria de prensa de la Casa Blanca.

El viaje oficial de Gustavo Petro a Estados Unidos, que dio comienzo el pasado domingo 16 de abril, incluye varias paradas en ambas costas del país con eventos programados en San Francisco, Nueva York y, ya la última de ellas, Washington. La llegada del presidente de Colombia a la capital estadounidense coincidió este miércoles con su 63 cumpleaños.

El mismo día que Petro intervino en la Sesión Plenaria extraordinaria del Consejo Permanente de la Organización de los Estados Americanos (OEA), donde reivindicó “el papel de una Carta Democrática renovada en la lucha por la libertad y la democracia en América Latina, en todas las Américas”.

Se trata de la primera visita oficial del actual presidente de Colombia a la Casa Blanca desde que Gustavo Petro tomara posesión del cargo el año pasado. Hasta ahora, los intercambios entre ambos líderes americanos han sido cordiales y amistosos, pero desde la distancia. En los ocho meses de mandato de Petro, Biden y él han mantenido una única conversación telefónica, el 22 de junio de 2022, para felicitarle 48 horas después de que el presidente colombiano tomara posesión del cargo. También coincidieron, poco después, en la 77 Asamblea General de la ONU en septiembre de 2022 en Nueva York.

Si bien Biden felicitó a Petro tras el resultado electoral en junio de 2022, fue Samantha Power, administradora de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), la que acudió en su nombre con una delegación de Estados Unidos para la toma de posesión en Colombia. En octubre de 2022, el Secretario de Estado Antony Blinken se reunió de manera presencial con Gustavo Petro en Bogotá.