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Análisis

"Macron parece muy aislado y pocos pesos pesados parecen apoyarlo en estos días"

Emiliano Grossman, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Sciences Po, subraya que los políticos franceses "no tienen cultura de compromiso o de negociación"

El presidente francés, Emmanuel Macron, junto a su esposa Brigitte TERESA SUAREZEFE

¿Francia está abocada a la convocatoria de elecciones tras la caída del tercer primer ministro en un año?

Macron parecería querer evitar la disolución. La principal razón es que nada permite esperar que nuevas elecciones puedan «aclarar» las cosas. Estamos en un equilibrio frágil entre un polo mayoritario de extrema derecha que se agrandaría seguramente, pero sin obtener una mayoría absoluta de escaños; un segundo pole de centro/centro-derecha muy debilitado, pero con la posibilidad de tener un rol «pivotal» frente a la extrema derecha. El polo de izquierda que se había formado de manera sorprendente en 2024 parece inexistente o disperso hoy en día.

Está claro que el objetivo principal es adoptar el presupuesto sin hacer demasiadas concesiones a la izquierda, apelando a su responsabilidad republicana y, según Lecornu, es probable que eso se haga. En cuanto a lo que pasará después de la adopción del presupuesto, no creo que haya que tomar al pie de la letra las palabras de Lecornu. Tiene una mayoría en contra, pero cuenta con el coste en términos de reputación para los partidos que impedirían esa adopción. Más allá, el juego queda abierto.

¿Qué salidas le quedan a Macron?

Él todavía espera poder adoptar el presupuesto para 2026 sin la disolución, lo que atrasaría necesariamente el presupuesto y crearía una situación inaudita en la historia de la V República. Macron hará la posible para evitar aquello. Pero más allá de ese objetivo inmediato, todas las posibilidades están abiertas. Eso incluye una dimisión. De manera general, Macron parece muy aislado y pocos pesos pesados parecen apoyarlo en estos días.

¿Es posible el nombramiento de un primer ministro socialista como último recurso o un Gobierno técnico que apruebe los presupuestos antes de acudir a las urnas?

La oportunidad se dio varias veces. Macron parece querer defender cueste lo que cueste sus reformas fiscales o la reforma de las pensiones. También parece opuesto al impuesto «Zucman», que crearía un impuesto excepcional para las 1.800 personas más ricas de Francia. Los socialistas hicieron de esos puntos la condición de su participación, de modo que esa opción no parece realista.

¿Nadie quiere quemarse con unas presidenciales a la vuelta de la esquina?

Efectivamente, pero es cierto que la polarización ideológica está tomando proporciones muy importantes y que el acuerdo simplemente es más difícil. Francia es un país de cultura política mayoritaria donde no hay mayoría. Los políticos no tienen cultura de compromiso o de negociación. Eso se aprende lentamente y los franceses lo aprenderán, pero hará falta una nueva generación de políticos. Algunos existen, como Marine Tondelier, secretaria general de Los Verdes, pero son la minoría por el momento.