
Resonancia Magnética
Una máquina lo succionó: un hombre entró a una sala de resonancia magnética con un collar de metal y fue atraído por un imán
Según el Instituto Nacional de Imágenes Biomédicas y Bioingeniería de EE. UU., los imanes son tan fuertes que pueden mover objetos metálicos pesados, como una silla de ruedas, a través de una habitación

Un hombre de 61 años falleció tras haber sido ingresado en el hospital luego de ser succionado por una máquina de resonancia magnética (RM) debido a la cadena metálica que llevaba puesta.
El incidente
El miércoles 16 de julio, a las 16:34 h, Keith McAllister ingresó sin autorización a una sala del centro Nassau Open MRI, ubicado en Westbury, Nueva York, meintras su esposa se hacía un escaneo de rodilla. Según informó la policía local, portaba una cadena de metal de entrenmaineto de 9kg que fue atraída por la máquina de resonancia magnética, lo que provocó que el hombre sufriera un episodio médico.
"Vi cómo la máquina lo arrebataba y lo metía en la máquina", dijo su esposa Adrienne Jones-McAllister con lágrimas en los ojos. "Murió, perdió el equilibrio, quedó inerte en mis brazos".
Tras el incidente, el hombre fue trasladado de inmediato a un hospital, donde falleció al día siguiente, jueves, a las 14:36 h. La policía del condado de Nassau continúa investigando el caso y por el momento no ha proporcionado más información.
Riesgos de las máquinas de resonancia magnética
Las resonancias magnéticas utilizan potentes imanes y ondas de radiofrecuencia para generar imágenes anatómicas detalladas. Según el Instituto Nacional de Imágenes Biomédicas y Bioingeniería
de EE. UU., estos imanes son tan fuertes que pueden mover objetos metálicos pesados, como una silla de ruedas, a través de una habitación.
Por este motivo, antes de someterse a una RM, es obligatorio retirarse todo tipo de joyería, piercings y objetos metálicos. Incluso, algunas personas con prótesis de metal no pueden realizarse este tipo de estudios ni acceder a salas donde haya equipos de resonancia activos.
No es la primera vez que una muerte ocurre a causa de una máquina de resonancia magnética. Han existido varios casos similares al de McAllister, incluso en Nueva York. En 2001, un niño de 6 años murió al ingresar a la sala con un tanque metálico de oxígeno mientras la máquina estaba en funcionamiento. El tanque, del tamaño de un extintor de incendios, se magnetizó, luego voló por el aire a una velocidad de 32 km/h y fracturó el cráneo del niño.
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