Francia
El primer ministro francés anuncia un Gobierno continuista criticado por la oposición
Lecornu mantiene a los pesos pesados del Gabinete saliente de Bayrou
Francia ya tiene nuevo Gobierno. El primer ministro, Sébastien Lecornu, anunciaba a última hora del domingo la composición de su nuevo Gabinete en una línea continuista con el Gobierno anterior, ya que se mantienen en sus puestos muchos de los pesos importantes como el ministro del Interior, Bruno Retailleau. La confirmación de su nombre y de otros de Los Republicanos (LR) suponen su continuidad en el Consejo de Ministros. Algo que se ha producido tras un intenso debate en el seno de la familia conservadora durante el fin de semana, ya que varias personalidades del partido no eran favorables a seguir en el Gobierno.
Se trata de un Ejecutivo con quince ministros, la mayoría salidos del hipercentro del presidente Emmanuel Macron o del centro derecha de Los Republicanos con alguna incorporación de renombre, como la vuelta de Bruno Le Maire, exministro de Economía durante buena parte del mandato de Macron, que ahora recoge el testigo en Defensa que ha dejado libre el propio Lecornu con su salto al puesto de primer ministro.
Gérald Darmanin en Justicia o la exprimera ministra Élisabeth Borne en Educación mantienen sus carteras y siguen siendo parte de la guardia pretoriana del presidente francés en el Gobierno. Un Gabinete con escasa presencia de otras formaciones, a excepción de Manuel Valls, que también mantiene su cartera como ministro de Territorios de Ultramar. También mantiene el puesto la ministra más polémica del anterior Gobierno, la conservadora Rachida Dati en Cultura. Según medios franceses, pesos pesados cercanos a Macron como Édouard Philippe, Gabriel Attal o Christophe Béchu han rechazado los puestos que se les ofrecían en el nuevo Ejecutivo.
La oposición de izquierda y ultraderecha ya ha criticado el perfil continuista del nuevo Ejecutivo de Lecornu, que podría ser el más efímero de la V República si el nuevo primer ministro no logra esquivar la prueba de fuego de los nuevos presupuestos. El Partido Socialista ha dado a Lecornu un plazo hasta hoy lunes para que haga concesiones que eviten que voten a favor de una probable moción de censura.
El primer ministro francés busca a la desesperada un pacto de no agresión con los socialistas que le permita sobrevivir al complejo trámite presupuestario. El pasado viernes, el secretario general del PS, Olivier Faure, señalaba que el presupuesto que plantea el nuevo primer ministro es una copia «muy insuficiente, incluso alarmante» del proyecto de su antecesor en el cargo, el centrista François Bayrou, derrocado tras una moción de confianza a principios del mes de septiembre ante la falta de apoyos para unos presupuestos que pretendían recortes por valor de 44.000 millones de euros para enderezar la deuda de Francia, que también cuenta con un déficit pbúblico que casi dobla el 3% exigido por Bruselas.
También salió «decepcionada» de la ronda de contactos Marine Tondelier, la líder ecologista. «Quieren mantener la misma trayectoria que Bayrou, pero cambiando el envoltorio y la comunicación», zanjó Tondelier tras entrevistarse con el nuevo inquilino de Matignon.
Desde la formación de izquierda La Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon se preguntaba «¿Todo para eso?», en referencia a la «procesión de aparecidos, de los cuales el 80% son de Los Republicanos y ex Los Republicanos contratados para continuar una política que ha causado tanto sufrimiento popular y tanto daño ecológico». «No durará. La cuenta atrás para derrocarlos a todos ha comenzado», advirtió Mélenchon.
Pese a ello, Lecornu ha tenido la mano a la oposición anunciando que no aplicará el artículo 49.3 de la Constitución para aprobar los presupuestos, es decir, el «decretazo» tantas veces utilizado por sus predecesores en el cargo en el Palacio de Matignon. En caso de que una moción de censura derroque a Lecornu en los próximos días, Macron podría verse obligado a disolver la Asamblea Nacional y convocar elecciones. Y la ultraderecha podría sacar ventaja de ello. Marine Le Pen y su delfín, Jordan Bardella, siguen en cabeza del ránking de personalidades políticas más valorados por los franceses en este momento, con el 36% y 37%, respectivamente, según el último sondeo de Odoxa.