
Ucrania
Rusia pone en riesgo la seguridad en Zaporiyia
Sin electricidad desde hace dos semanas, Moscú planea conectar la mayor central nuclear de Europa a su red eléctrica

La situación sigue tensa en la central nuclear de Zaporiyia, la mayor de Europa, ocupada por Rusia y sin suministro eléctrico externo desde hace casi dos semanas, un récord desde su captura hace más de tres años y medio, mientras Ucrania acusa a Rusia de planear "robar" completamente la planta.
El suministro eléctrico es crucial para mantener refrigerados los seis reactores, actualmente inactivos, para minimizar riesgos de un incidente nuclear. Durante toda la invasión rusa, Ucrania ha proporcionado electricidad desde su propia red. En nueve ocasiones anteriores, las interrupciones breves se repararon rápidamente a pesar de los riesgos de bombardeos. Sin embargo, no se han intentado reparaciones desde que la última línea, ubicada en territorio controlado por Rusia, sufrió daños el 23 de septiembre, a pesar de la disposición de Ucrania para enviar equipos de reparación.
“Rusia cortó deliberadamente el suministro eléctrico a la central nuclear de Zaporiyia. Fue una desconexión manual realizada como prueba mientras Rusia se prepara para reconectar la planta ocupada a su propia red eléctrica”, subrayó Andri Sibiha, ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania.
Rusia niega las acusaciones, alegando que un ataque ucraniano dañó la línea. Sin embargo, una investigación de Greenpeace y McKenzie, una firma analítica con sede en Londres, revela que no hubo ataques de drones ni artillería en la zona en el momento del incidente, concluyendo que Rusia “saboteó” deliberadamente la línea.
Sin suministro eléctrico externo, la planta depende de generadores diésel de respaldo, creando una situación impredecible para la planta y la comunidad internacional. Uno de los generadores ya ha fallado, según informó el presidente ucraniano Volodímir Zelenski a los ucranianos. “Ningún terrorista en el mundo se ha atrevido a hacer con una central nuclear lo que Rusia está haciendo ahora”, denunció.
El riesgo de un incidente radiactivo es bajo por ahora, ya que los generadores pueden suministrar electricidad durante semanas, explicó Volodímir Omelchenko, experto en energía del Centro Razumkov de Kiev, a LA RAZÓN. “Rusia está alimentando deliberadamente los temores sobre una posible fuga radiactiva para justificar la conexión de la planta a su propia red eléctrica, aunque podría reconectarla fácilmente a la red ucraniana”, subrayó.
Para Rusia, la central nuclear es tanto un activo valioso como un método de presión sobre Ucrania y sus socios, según expertos. Sus planes para integrarla a su red eléctrica, liderados presuntamente por Sergi Kirienko, un leal a Vladímir Putin, son conocidos desde hace tiempo. Durante más de un año, Rusia ha construido nuevas líneas eléctricas y otras infraestructuras en las áreas ocupadas del sur de Ucrania, extendiéndose al menos 200 kilómetros, según Greenpeace.
Técnicamente, Rusia podría necesitar varias semanas para conectar la planta a su red. Reiniciar al menos un reactor, como parece ser su plan, tomaría más tiempo. “El próximo paso de Rusia será aún más peligroso: reiniciar un reactor bajo ocupación, sin refrigeración adecuada, sin licencia, fuera de cualquier supervisión”, advirtió Sibiha, denunciando el plan como “un movimiento imprudente solo para demostrar el presunto poder de Putin”.
Reiniciar un reactor en medio del conflicto en curso y con escasez de personal calificado sería irresponsable y conllevaría enormes riesgos de fuga radioactiva, añadió Omelchenko. “Es en este modo de operación de los reactores donde ocurrieron todos los accidentes peligrosos registrados en la historia de la energía nuclear”, señaló.
La mayoría del personal ucraniano, conocedor de todos los detalles del funcionamiento de la planta, ha abandonado el lugar tras al menos 78 detenciones ilegales y casos de tortura por parte de los servicios especiales rusos, según una reciente investigación de la ONG Truth Hounds.
Moscú utiliza la planta nuclear como arma, señaló Sibiha, en un país profundamente marcado por la tragedia de Chernóbil de 1986. Recordó también el ataque ruso contra una subestación clave que suministra energía a la central de Chernóbil, que dejó su Sarcogfago, que impide la filtración de material radiactivo al entorno, sin electricidad durante 16 horas el miércoles.
Ucrania ha instado repetidamente al Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) y sus estados miembros a tomar “todas las medidas posibles” para garantizar la restauración de un suministro eléctrico confiable en Zaporiyia. El OIEA asegura estar trabajando con ambas partes para encontrar la solución, pero el enfoque de su director, Rafael Grossi, genera creciente incomprensión entre expertos ucranianos.
Esa misma semana, mientras la planta seguía sin electricidad, Grossi asistió a un gran evento organizado por Rosatom, la agencia nuclear rusa, elogiando la contribución de Rusia al desarrollo de tecnologías nucleares, señaló Omelchenko. Mientras, Ucrania espera del OIEA una condena inequívoca de las acciones rusas y mayor presión contra Moscú, que continúa expandiendo sus proyectos nucleares globales pese a su ocupación ilegal de la mayor central nuclear de Europa.
Permitir que Rusia conecte la planta a su red crearía un alto riesgo de un incidente nuclear, recompensaría “el terrorismo ruso” y fomentaría más comportamientos similares en el mundo, subrayó Omelchenko a LA RAZÓN.
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