Moscú detiene a un periodista de "The Wall Street Journal" acusado de espiar un complejo industrial-militar ruso

La última crisis diplomática entre Rusia y Estados Unidos, con altas probabilidades de escalar, tiene nombre y apellido: Evan Gershkovich, corresponsal estadounidense del «Wall Street Journal» en Moscú. Arrestado este miércoles y acusado de espionaje, el periodista americano deberá pasar entre rejas casi dos meses, según la orden de detención emitida por el tribual de Lefortovo en la capital rusa y llevada a cabo en Ekaterimburgo, al este de los Montes Urales.

«Se optó por una medida preventiva de detención (...) hasta el 29 de mayo de 2023», señaló el tribunal en un comunicado, si bien la detención podría ser prolongada al final de ese período.El servicio federal de seguridad ruso (FSB) indicó que «frustró las actividades ilegales del ciudadano estadounidense Evan Gershkovich (...) corresponsal de la oficina de Moscú del diario estadounidense 'The Wall Street Journal'», al que acusa de «espiar para el Gobierno estadounidense». El Kremlin aseguró, sin dar detalles, que Gershkovich había sido descubierto «en flagrante delito».

El periodista estadounidense, sin embargo, se declaró no culpable de las acusaciones, según la agencia oficial rusa TASS. Por eso su caso está marcado por las autoridades rusas como «top secret». Al parecer, el tribunal de Lefortovo decidió, al detener al reportero como medida restrictiva, que debía ser trasladado a un centro de prisión preventiva. El delito de espionaje está castigado en Rusia con penas de entre diez y veinte años de prisión, según el artículo 276 del código penal.

Las reacciones a la noticia no se hicieron esperar en Estados Unidos, país natal del periodista detenido y sede del «WSJ», que le presenta en su página web como «reportero que cubre Rusia, Ucrania y la antigua Unión Soviética». El periodista también trabajó para otros medios destacados, como la Agencia France Presse, el "Moscow Times" y el «New York Times». Gershkovich habla ruso perfectamente; su familia emigró de Rusia a Estados Unidos cuando era niño.

Sin dar detalles en qué historia estaba trabajando Evan Gershkovich en el momento de su detención , el WSJ negó «con vehemencia las acusaciones del Servicio Federal de Seguridad de Rusia» y solicitó la liberación inmediata de su reportero «de confianza y dedicado». «Nos solidarizamos con Evan y su familia», añadió la cabecera en un comunicado.

El Gobierno de Estados Unidos denunció el arresto. «Estamos profundamente preocupados por la detención ampliamente difundida por parte de Rusia de un periodista ciudadano estadounidense», dijo el secretario de Estado de EE UU pocas horas antes de su intervención pública en Washington, enmarcada en la Cumbre por la Democracia organizada por la Administración Biden esta semana y que ha sido un fracaso. «Cada vez que un ciudadano estadounidense es detenido en el extranjero, buscamos de inmediato el acceso consular y brindar todo el apoyo adecuado», recalcó Antony Blinken, condenando «en los términos más enérgicos posibles» los «continuos intentos del Kremlin de intimidar, reprimir y castigar a periodistas y voces de la sociedad civil».

Casi de manera paralela, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, confirmó haber establecido contacto directo con el detenido durante la noche del miércoles cuando funcionarios de la Administración hablaron con Gershkovich, su familia y el Kremlin. Y aseguró que se trabaja para dar «acceso consular» al detenido. «El hecho de que el Gobierno ruso tenga como objetivo a ciudadanos estadounidenses es inaceptable», declaró Jean-Pierre, añadiendo que la Casa Blanca «también condena los continuos ataques y la represión del Gobierno ruso contra los periodistas y la libertad de expresión».

Por su parte, el Comité para la Protección de los Periodistas pidió la pronta liberación de Evan Gershkovich, denunciando que «Rusia envió un mensaje claro a los corresponsales extranjeros que no se librarán de la purga en curso de los medios independientes en el país». Según el Comité que protege a trabajadores del gremio, Rusia contaba con al menos 19 periodistas encarcelados hasta hace apenas unos meses, cuando en diciembre de 2022 el CPJ realizó por última vez un censo penitenciario en ese país.

El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, también expresó su alarma antes «la creciente tendencia de acosar, detener o algo peor a periodistas solo por hacer su trabajo».