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¿Puede una mujer acabar con la carrera de Trump?

El lunes arranca el primer juicio penal contra el expresidente por pagar el silencio de la exactriz porno Stormy Daniels en 2016

Trump pagó 130.000 dólares a Stormy Daniels para callar sobre su relación
Trump pagó 130.000 dólares a Stormy Daniels para callar sobre su relaciónMarkus SchreiberAgencia AP

Este lunes, Estados Unidos contemplará un espectáculo sin precedentes: el primer juicio en la historia del país contra un expresidente. El protagonista será Donald Trump, el ex mandatario que además es el candidato del Partido Republicano para medirse frente a Joe Biden en las elecciones de noviembre. Un cóctel político y judicial que, sin duda, invita a ser testigos de un episodio en la vida política estadounidense que podría marcar el pulso de campañas venideras.

Hasta ayer, el expresidente Trump enfrentaba un momento de «lograrlo o morir» en su esfuerzo por retrasar el inicio de ese primer juicio penal, con una infructuosa elección de tácticas de aplazamiento para su presentación la próxima semana en la corte en Nueva York por el caso del «hush money» o dinero negro con el fin de silenciar a la hoy exactriz porno Stormy Daniels antes de las elecciones de 2016.

La última de sus tácticas ha sido argumentar que el caso debería ser juzgado fuera de Manhattan. Sus abogados dicen que el condado profundamente azul de la ciudad de Nueva York no es un lugar adecuado para Trump, sugiriendo, en cambio, Staten Island, donde ganó sus últimas dos elecciones presidenciales, como el lugar del juicio. Un juez de apelaciones se negó a emitir una suspensión de emergencia sobre el asunto el lunes, lo que habría pospuesto indefinidamente el juicio.

El segundo esfuerzo que los abogados de Trump llevaron a cabo siguió a una demanda que este presentó contra el juez de Nueva York Juan Merchán, que supervisa su caso de dinero por callar con respecto a la orden de silencio que impuso sobre el discurso del ex presidente, una maniobra que actúa efectivamente como una apelación de la orden.

En su orden original, Merchán citó el «registro no impugnado» de Trump de atacar a individuos involucrados en sus asuntos legales como motivo para limitar su discurso. La orden prohibió a Trump atacar a testigos, fiscales y personal de la corte, pero no le impidió lanzar insultos al fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, o al propio juez.

Merchán luego amplió la orden para incluir a los miembros de su propia familia y la familia de Bragg después de que Trump apuntara a la hija del juez, que trabaja para una firma de consultoría política progresista que cuenta con clientes como el presidente Biden y la vicepresidenta Kamala Harris.

Más tarde esta semana, llegó un tercer intento de retraso, desafiando algunas de las otras decisiones de Merchán. Sin embargo, otro juez de la corte de apelaciones negó de manera similar esa solicitud de posponer el juicio.

Ahora, ambos asuntos se dirigirán a un panel completo de cinco jueces para considerar las solicitudes. Si los paneles deciden de manera diferente que los jueces individuales, el juicio aún podría detenerse, pero no antes de que comience. Es decir, habrá juicio.

En reacción a estos fracasos, Trump aseguró a través de su red Truth Social que «el lunes me veré obligado a sentarme, amordazado, frente a un juez altamente conflictivo y corrupto, cuyo odio hacia mí no tiene límites».

En LA RAZÓN hemos contactado con varios abogados que indican que la estrategia ya de años de intentar «retrasar, retrasar y retrasar» puede que no vuelva a dar resultados.

«Esta Corte debería rechazar la táctica dilatoria del acusado y denegar la moción», explicó el abogado Emilio Viano a este diario. Y con su opinión coincide también el profesor de Asuntos Públicos de la Universidad de George Washington, Silvio Waisbord, quien, además, apunta sobre este juicio del lunes que «Trump siempre piensa en las imágenes y cómo se ven las cosas, y creo que hay una preocupación potencial de que verlo dentro de una sala de audiencias como acusado criminal no sea un gran anuncio político de cara a noviembre».

Sin embargo, Waisbord advierte también de que «él ha sido muy efectivo diciendo durante años que es el objeto de la peor caza de brujas política en la historia de su nación, y por lo tanto intentará usar esas imágenes para decir, ‘Ves, te lo dije’». De hecho, el republicano lidera varias encuestas de intención de voto sobre Biden de cara a las elecciones. Esto significa que su estrategia de alguna manera está calando entre su base de votantes y, tal vez, más allá.