Rusia

Putin tiende una mano a Trump para colaborar contra el terrorismo

El presidente ruso aboga por crear una coalición internacional contra el Estado Islámico

Vladimir Putin durante el discurso del estado de la unión
Vladimir Putin durante el discurso del estado de la uniónlarazon

El presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó hoy que las principales causas de las dificultades económicas que atraviesa el país son de carácter interno, y no obedecen a las sanciones occidentales.

Casi 70 minutos. Es el tiempo que duró ayer el discurso anual sobre el estado de la nación del presidente ruso, Vladimir Putin, ante las dos cámaras del Parlamento y representantes de la élite gobernante. Se trata de uno de los eventos más importantes en la agenda de Putin, tal y como destacaron antes a los periodistas en el Kremlin. La preparación de la intervención requiere mucho tiempo y esfuerzo del presidente y este año fue una de las razones que le impidieron viajar a los funerales del ex mandatario cubano Fidel Castro, explicó previamente su portavoz, Dimitri Peskov.

Además, Peskov vaticinó que el mensaje de Putin este año sería «especial» y estaría enfocado en el ámbito social. Y efectivamente, el discurso que pronunció el jefe del Kremlin ante el pleno del Parlamento –el decimotercero en su carrera y el vigésimotercero en la historia reciente de Rusia– se diferenció de las intervenciones de los años anteriores. En esta ocasión fue la política doméstica la que dominó la atención del dirigente ruso, pero el mensaje de calado lo ofreció al hablar del terrorismo internacional, también uno de los temas principales del discurso que ofreció el año pasado en medio de una fuerte crisis en las relaciones con Turquía.

El líder ruso destacó esta vez que se trata de una amenaza «real y no ficticia» e invitó a las nuevas autoridades americanas a aunar esfuerzos para luchar contra este mal juntos. «La cooperación entre Rusia y Estados Unidos para la solución de problemas globales y regionales responde a los intereses de todo el mundo», recalcó, al tiempo que recordó «la responsabilidad común» de ambos países a la hora de garantizar la seguridad y la estabilidad en el mundo. Putin añadió que Rusia no busca confrontación con ningún país. «Necesitamos amigos y no enemigos», aseguró al tiempo de subrayar que Rusia en su política exterior se guía por intereses nacionales y no permitirá que estos se vean dañados.

Posteriormente el Krenlim difundiría un comunicado detallando las directrices de su nueva poítica exterior ante la amenaza del terrorismo y la tensión con Occidente: «Uno de los mayores peligros de nuestro tiempo es el reforzamiento de la amenaza del terrorismo internacional», dice el texto, que señala al Estado Islámico (EI) entre los grupos terroristas que han llevado la violencia «a un nivel de crueldad sin precedentes». Así, el Kremlin considera prioritaria la creación de una coalición internacional para combatirlo, incluso bajo la dirección de Naciones Unidas, sobre todo para abortar sus fuentes de financiación.

El documento defiende el arreglo político del conflicto sirio y la integridad territorial de Siria, que debe seguir siendo un Estado democrático, laico y plurinacional. Al respecto, Moscú se propone impedir las intervenciones militares y otras formas de injerencia exterior que violan el derecho internacional en relación con la soberanía nacional, informa Efe.

En clave interna, durante gran parte del discurso, pronunciado en la sala de San Jorge del Kremlin, Putin habló de la situación demográfica, sanitaria, económica e industrial en Rusia. En cuanto a las cuestiones internacionales, el dirigente ruso destacó la cooperación con los países ex soviéticos y el «enorme» potencial que tienen las relaciones con los vecinos asiáticos como, en particular, China e India. También confió en el desarrollo de las relaciones entre Moscú y Tokio. Al mismo tiempo, Putin negó que este giro hacia el oriente fuera coyuntural y se debiera al enfriamiento de las relaciones con EE UU y la UE. Aseguró que tal política exterior se debe a «intereses nacionales a largo plazo y las tendencias de desarrollo global». Refiriéndose a las sanciones internacionales, el dirigente ruso señaló que «no hay mal que por bien no venga», explicando que finalmente tuvieron un efecto positivo sobre el sector agrícola e industrial, potenciando la producción.