Opinión
¿Por qué Petro desafía a Trump?
Ambos mandatarios han protagonizado un tenso enfrentamiento en los últimos días
El presidente de Colombia, Gustavo Petro, ha elevado en las últimas semanas el tono confrontativo contra Donald J. Trump. El mandatario colombiano busca que el presidente estadounidense "se suba al ring" con él, en un intento por desviar la atención de los graves problemas internos que enfrenta la sociedad colombiana y que, luego de tres años de mandato, su Gobierno no ha logrado resolver.
Entre esos problemas destacan las continuas tensiones entre el Ejecutivo y las demás instituciones del Estado, ante las acusaciones de que Petro busca extralimitar sus competencias. Más preocupante resulta el fracaso de su política de seguridad. Entre 2022 y 2024, los secuestros extorsivos aumentaron un 31,9%, el secuestro total un 30%, la extorsión un 26%, los delitos informáticos un 20,5%, la violencia intrafamiliar un 20,4% y los delitos sexuales un 11,5%.
En lo que va de 2025 se ha registrado un incremento de los ataques terroristas contra infraestructura, como oleoductos, y un aumento de los secuestros respecto a 2024. Los grupos armados ilegales, por su parte, han expandido su presencia territorial, lo que demuestra que la estrategia de "paz total" no ha logrado reducir significativamente el poder de estas organizaciones.
En segundo lugar, los ataques verbales de Petro hacia Trump parecen responder a la estrategia del "enemigo externo": presentar una figura poderosa que unifique a la opinión pública interna en torno al líder. Bajo esa lógica, el mandatario colombiano retó a Trump -y, de forma más amplia, a la institucionalidad de Estados Unidos- invitando a los soldados norteamericanos a desobedecer las órdenes de su presidente. Posteriormente, calificó a Trump de "grosero, ignorante y mentiroso".
Días atrás, el periodista Daniel Coronell, de la cadena hispana estadounidense Univisión, cuestionó a Petro sobre la crisis diplomática con Washington y la situación en Venezuela. El mandatario colombiano respondió señalando a Trump como principal responsable de ambas coyunturas. Petro, en este contexto, parece estar preparando el terreno para que la crisis con Estados Unidos escale hasta generar un ambiente de tensión nacional que le permita consolidar apoyos internos de cara a las elecciones legislativas de marzo y las presidenciales de mayo y junio de 2026.
Su objetivo -según analistas- sería permanecer en el poder, ya sea reformando la Constitución para permitir su reelección, o, si el proyecto constituyente fracasa, impulsando a un candidato cercano que garantice su continuidad e impunidad política. Mientras tanto, Petro seguirá celebrando cada respuesta que reciba de Trump. En el plano interno, estos intercambios le ofrecen una oportunidad: refuerzan su narrativa política y le permiten presentar a Estados Unidos como una amenaza nacional. En ese contexto, no sería extraño que la crisis entre ambos líderes se profundice a medida que se acerquen las próximas elecciones en Colombia