Política

Hong Kong

Resistir ante la amenaza

Vista de las vallas de protección frente al Consejo Legislativo tras la multitudinaria manifestación del miércoles / Efe
Vista de las vallas de protección frente al Consejo Legislativo tras la multitudinaria manifestación del miércoles / Efelarazon

Miles de personas en Hong Kong tomaron las calle la mañana del 9 de junio de 2019 de la misma forma que hizo el Movimiento de los Paraguas en 2014. Esta vez, respondieron a la llamada del campo democrático para bloquear las calles que rodean el Consejo Legislativo y la oficina del Gobierno con el objetivo de parar la Ley de extradición. La Policía reacción brutalmente contra las protestas pacíficas con gas lacrimógeno y balas de goma. Los choques duraron hasta las dos de la mañana, hora en la que se consiguió la evacuación total. Un desenlace que dejó más de 70 manifestantes heridos y más de 10 detenidos, incluyendo seis alumnos universitarios.

Hace cinco años, cientos de miles de hongkoneses se concentraron para forzar a Pekín a que garantizara el sufragio universal, tal y como lo promete la Ley Básica. Desafortunadamente, los 79 días que duró la ocupación, acabó en fracaso. Sin embargo, esta vez es distinto porque es contra la Ley de extradición presentada por el Gobierno marioneta, un proyecto de ley ampliamente considerado como una amenaza contra el derecho a no ser enviado al continente a ser juzgado. La libertad puede perderse en favor del miedo. Ser juzgado en una jurisdicción ilegal es como que un paciente sea ingresado en un hospital dirigido por villanos.

Los estafadores roban tu dinero mientras los villanos te quitan la vida. Hoy la sociedad de Hong Kong regresará de la represión, con desobediencia civil, incluida una huelga general. George Orwell dijo una vez que «libertad es la capacidad de poder decir que dos personas más otras dos suman cuatro. Y si esto está garantizado, todo lo demás sigue hacia adelante». Él explicó en su obra «1984» que una norma basada en la tiranía y en las mentiras no parará a ningún demonio.

En el próximo enfrentamiento, el pueblo de Hong Kong demostrará su grandeza, con la valentía de que la metáfora política de que dos más dos es igual a cinco es una realidad, al igual que los españoles testificaron el día en que murió su dictador Franco.