Defensa

Rusia comienza a clasificar sus provincias según la producción y la formación en materia de drones

Rusia ha puesto en marcha un ambicioso plan para fomentar su industria de drones, una iniciativa oficialmente civil pero cuya tecnología de doble uso ya se está reconvirtiendo para fabricar armamento militar y potenciar así su capacidad bélica

Vídeo: Así es la fábrica rusa de drones kamikaze Shahed-136.
Rusia comienza a clasificar sus provincias según la producción y la formación en materia de dronesX.

Bajo la apariencia de una competición económica entre sus propias provincias, el Kremlin ha puesto en marcha un ambicioso plan para reconvertir su industria civil de drones en una maquinaria de guerra. La iniciativa, que se presenta como una forma de incentivar un nuevo sector tecnológico y mejorar la percepción ciudadana de estos aparatos, es en realidad una estrategia de doble filo. El objetivo final no es otro que fortalecer su capacidad militar para asegurar un suministro constante de vehículos aéreos no tripulados para sus Fuerzas Armadas. Esta movilización industrial responde a la realidad de un conflicto que ha convertido a Ucrania en un vasto campo de pruebas para la tecnología militar.

La envergadura del proyecto queda patente en su financiación. Esta iniciativa se enmarca dentro de un programa nacional para la aviación no tripulada presentado por Rusia en 2023, que contempla una inversión que se mueve en una horquilla de entre 660.000 millones y un billón de rublos. Se trata de una inversión colosal que, al cambio actual, supone entre 7.500 y 11.400 millones de euros. Esta apuesta financiera busca no solo la autosuficiencia, sino también competir con el éxito global que han demostrado los drones fabricados por potencias como Turquía e Israel en los últimos años.

Un ejemplo palmario de esta reconversión ya se ha materializado en la República de Bashkortostán, también conocida como Baskiria, que se ha alzado con el primer puesto en una fase de prueba en la que participaron 47 provincias. Los fabricantes de esta región están reorientando su producción, pasando de drones agrícolas a municiones merodeadoras, un tipo de dron de ataque de uso exclusivamente militar. Este cambio de rumbo, según informa el medio Defense News, pone de manifiesto los dos aspectos de la tecnología que Moscú busca explotar. Mientras tanto, en el otro lado del frente, Ucrania no solo se defiende, sino que también innova desarrollando sus propios interceptores de drones baratos y masivos para contrarrestar la amenaza.

Una clasificación nacional para la 'dronificación'

En este sentido, el mecanismo ideado por el Ministerio de Industria y Comercio ruso es una clasificación oficial bautizada como «puntuación de dronificación» del país. Para determinar la posición de cada provincia en la tabla, se emplearán diez criterios de evaluación distintos, que abarcan desde la infraestructura disponible y la financiación obtenida para proyectos hasta el número de operadores de drones debidamente cualificados en el territorio.

Asimismo, la participación en este sistema de clasificación será obligatoria para todas las regiones a partir del próximo año. Resulta notable, sin embargo, que el Kremlin haya decidido excluir de esta obligación a las zonas de Ucrania que se encuentran anexionadas por Moscú.

De esta forma se consolida una estrategia que busca un objetivo mucho más profundo que el simple desarrollo económico. Con la competición regional como motor, Rusia no solo pretende impulsar su capacidad productiva militar, sino también mejorar la imagen pública de una tecnología cada vez más determinante en los conflictos modernos.