Cargando...

Francia

Sarkozy entra en prisión para cumplir 5 años por asociación ilícita

Decenas de simpatizantes se concentran junto a su domicilio para mostrarle apoyo, mientras su familia califica la decisión como una “humillación innecesaria”

Nicolas Sarkozy pasará hoy su primera noche en prisión. El expresidente francés se ha convertido en el primer exmandatario en cumplir una condena entre rejas, en una imagen inédita en la historia de Francia. El país vive días de sobresalto, con acontecimientos que bien merecen el calificativo de históricos: de gobiernos que duran menos de 24 horas a robos en el museo más visitado del mundo. A pie de calle, los franceses muestran estupefacción por cómo su país acapara titulares internacionales un día sí y otro también.

El exmandatario ingresó a las diez de la mañana de este martes en la prisión de La Santé, en París, donde las fuerzas de seguridad habían establecido un amplio perímetro que impedía el paso a periodistas, curiosos y seguidores de Sarkozy. Minutos antes, el exjefe de Estado había abandonado su domicilio en una de las zonas más acomodadas del distrito 16, dándose un baño de multitudes con cargos de su partido, Los Republicanos, y casi toda su familia al completo. De la mano de su esposa, Carla Bruni, Sarkozy volvió a defender su inocencia antes de ingresar en el vehículo que lo llevó hasta la prisión, un trayecto de apenas treinta minutos.

Una vez en la cárcel, Sarkozy se instaló en una celda aislada del resto de presos, de unos diez metros cuadrados, equipada con escritorio, baño y una cabina telefónica con números fijos preregistrados, además de televisión y frigorífico en alquiler por 14 euros mensuales. Tendrá acceso al gimnasio y a la biblioteca. Comodidades que no disfrutan la mayoría de internos, pero que Francia reserva para personalidades de alto perfil en dos centros especiales.

«Quiero decirles [a los franceses], con la fuerza inquebrantable que tengo, que no es un expresidente de la República quien está encarcelado, sino un hombre inocente», manifestó Sarkozy en una nota publicada en su perfil de X antes de entrar en prisión. «Siento un profundo dolor por Francia, que se siente humillada por la expresión de una venganza que ha llevado el odio a un nivel sin precedentes», añadió.

Tras ser condenado el pasado 25 de septiembre, Sarkozy denunció un golpe al Estado de derecho. Defiende su inocencia y ha recibido el apoyo de parte de la clase política. El presidente Emmanuel Macron lo recibió el pasado viernes en el Palacio del Elíseo. La controversia reside más en la aplicación inmediata del fallo que en la sentencia en sí, pues no se le concedió la suspensión mientras espera el juicio en apelación.

Los abogados de Sarkozy ya han presentado una demanda de libertad provisional, algo esperado desde su ingreso. Los magistrados disponen de dos meses para resolver, aunque la mayoría de juristas estima que podría obtener la libertad antes de Navidad, dado que cumple con casi todos los requisitos: 70 años de edad, escaso riesgo de fuga y mínima probabilidad de reincidencia.

El fallo histórico se pronunció el 25 de septiembre: cinco años de cárcel por asociación ilícita, aunque fue absuelto del cargo de corrupción. El tribunal consideró probado que existieron reuniones con el círculo del exdictador Gadafi con el objetivo de obtener financiación, pero no se logró seguir el rastro del dinero ni demostrar de forma concluyente que la corrupción se consumó. Según la presidenta del tribunal, Nathalie Gavarino, entre 2005 y 2007 Sarkozy, entonces ministro del Interior, «permitió que sus colaboradores más cercanos maniobraran para obtener apoyo financiero del régimen libio». La magistrada ha recibido amenazas en redes sociales tras la sentencia, y hay dos investigaciones abiertas.

Lejos de mantenerse en un plano discreto, Sarkozy ha aprovechado estas semanas para reivindicar su inocencia. Incluso publicó un vídeo en redes sociales agradeciendo a los franceses su apoyo. Algunos medios ya lo apodan «San Sarkozy, el mártir». «No tengo miedo de entrar en prisión», ha repetido en los últimos días.

Sarkozy ha enfrentado cinco procesos judiciales en el último lustro, pero el caso de la financiación libia era el más complicado. El pasado diciembre ya fue condenado a tres años de prisión por corrupción y tráfico de influencias en otra causa. El lunes recibió la visita del ex primer ministro Édouard Balladur en su domicilio, y el ministro de Justicia, Gérald Darmanin —uno de sus fieles—, ha anunciado que acudirá a la cárcel para verificar las condiciones de seguridad en las que está recluido. «Voy varias veces por semana a prisiones», aseguró para justificar su decisión, ante las críticas de los sindicatos de la magistratura.