
Alto el fuego
Starmer define el plan militar para la fuerza de paz que quiere desplegar en Ucrania
El premier británico fue el anfitrión de una reunión de altos mandos militares de 27 países para “transformar la idea de un concepto político a planes militares”

El premier Keir Starmer quiere asegurarse de mantener la seguridad de Ucrania tan pronto como se firme un alto el fuego, por lo que va definiendo la estrategia militar de la fuerza de paz que quiere desplegar en Kiev como medida de disuasión ante Rusia. Reino Unido, que junto con Francia lidera esta misión, considera que las posibilidades de que Vladimir Putin cumpla con su palabra, si finalmente hay pacto, son escasas o nulas.
El premier fue el anfitrión este jueves de una reunión de altos mandos militares de 27 países a los que citó en el Cuartel General de Northwood para “transformar la idea de un concepto político a planes militares”. Sigue por tanto el guión marcado el pasado sábado cuando organizó una cumbre telemática con los mandatarios aliados para discutir una operación que, según dijo, “se encuentra ya en fase operativa”.
Antes de la reunión de ayer, el líder laborista visitó el submarino nuclear Vanguard, que llegó esta semana a su base en Clyde, Escocia, tras 204 días consecutivos de patrullaje sumergido. Es el único sistema de lanzamiento de armas nucleares del Reino Unido, toda una declaración de intenciones en medio de las tensiones geopolíticas.
En cualquier caso, buscar el consenso entre aliados para esta misión no está resultando fácil. Italia ya ha descartado el envío de tropas a Ucrania. Finlandia considera que "aún es demasiado pronto". Por su parte, los países bálticos temen que cualquier fuerza de mantenimiento de la paz pueda desviar tropas de la protección del flanco oriental de la OTAN. Mientras, Turquía y los países escandinavos, así como países no europeos como Australia, Nueva Zelanda y Canadá, se consideran entre los más propensos a participar de manera activa.
No todos los países que se sumen tienen que hacerlo poniendo botas en el terreno. Se podría, por ejemplo, proporcionar apoyo logístico o simplemente reemplazar al personal militar desplegado por sus gobiernos en Ucrania en misiones de paz en otras regiones del mundo. Esta es una tarea que España podría llevar a cabo.
Starmer afirmó ayer que "el calendario se está concretando" tras las conversaciones entre Estados Unidos y Rusia, y que, si se llega a un acuerdo, la llamada coalición de los dispuestos “debe estar preparada para reaccionar de inmediato”.
La principal incertidumbre radica en si Estados Unidos proporcionaría cobertura aérea, satelital o de inteligencia. Hasta el momento, Donald Trump ha declarado que no estaría dispuesto a proporcionar ningún tipo de respaldo militar.
La estrategia europea por ahora es dejar de pedirle ayuda a Washington y, en su lugar, organizar la mejor fuerza y capacidad posible para garantizar la seguridad de Ucrania en el futuro. Una vez acordados los detalles, el Reino Unido, Francia y otros países comprobarán si la oferta europea es lo suficientemente sustancial como para que Estados Unidos cambie de opinión y acepte desempeñar algún papel.
Gran parte del enfoque de las discusiones de ayer se centró en cómo una fuerza internacional puede proporcionar a Kiev los recursos que no posee, especialmente la capacidad aérea. Por lo tanto, se debatió qué países pueden proporcionar aviones de guerra para mantener la seguridad de los cielos ucranianos durante un alto el fuego. También se analizó cómo garantizar la seguridad marítima en el Mar Negro. Esto podría implicar dos componentes: la mejor manera de mantener las rutas marítimas libres de minas y qué tipo de fuerza de tarea naval podría proporcionar seguridad en el mar.
El despliegue de las llamadas "fuerzas terrestres" —probablemente unos 20.000 efectivos— no sería lo suficientemente grande como para imponer la paz, según fuentes de defensa consultadas por la BBC. En cambio, probablemente se desplegarían para proteger ciudades, puertos e importantes infraestructuras energéticas.
Una opción que se está considerando es que esta misión no opere en el este de Ucrania, cerca de la línea del frente, para intentar convencer a Rusia de que no representa una amenaza ofensiva. El Kremlin ha reiterado que no acordará ningún alto el fuego si se despliegan fuerzas europeas y de otros países en Ucrania, por lo que los expertos aseguran que cualquier operación multinacional no se debería llamar "fuerza de mantenimiento de la paz", sino “fuerza de seguridad”.
Las fuerzas de mantenimiento de la paz, bajo la égida de las Naciones Unidas o la OTAN, tradicionalmente son imparciales, operan con el consentimiento de ambas partes y utilizan la fuerza únicamente para defenderse. Y en este caso, la fuerza multinacional en cuestión estaría, en gran medida, del lado de Ucrania, para ayudar a disuadir futuras agresiones rusas.
Por el momento, no se espera que la operación sobre el terreno supervise ningún alto el fuego. Esto estaría a cargo de las tropas ucranianas en primera línea y de los recursos de vigilancia occidentales en el aire y el espacio.
Asimismo, las tropas de la coalición no se desplegarían para proporcionar una fuerza detonante —es decir, una fuerza menor que la del oponente, diseñada para disuadir un ataque sin provocar una escalada— si Rusia reanudara su invasión de Ucrania.
El impacto militar de cualquier despliegue aliado de unos 20.000 soldados sería limitado en comparación con el número de tropas a ambos lados de la línea del frente. Ucrania cuenta con casi un millón de efectivos militares; el ejército ruso es aún mayor.
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