
Guerra con Rusia
Trump y Putin acuerdan una tregua en los ataques a refinerías e infraestrucuturas y el canje de prisioneros
Las primeras valoraciones de los asesores apuntan a que la conversación, que duró una hora y media, "ha ido bien"
Donald Trump habló ayer durante casi tres horas con Vladimir Putin, en medio del esfuerzo de Washington por asegurar el acuerdo de Moscú para un alto el fuego en su guerra contra Ucrania. Aunque la Casa Blanca no dio indicios en el comunicado sobre la reunión de que hubiera un acuerdo tangible sobre un alto el fuego a largo plazo, parece que hubo consenso en que cualquier pausa en los combates comenzaría con el cese de los ataques a la infraestructura energética. Trump y Putin también discutieron posibles acuerdos de alto el fuego en energía, infraestructura y marítimos.
«Los líderes acordaron que el movimiento hacia la paz comenzará con un alto el fuego en energía e infraestructura, así como negociaciones técnicas sobre la implementación de un alto el fuego marítimo en el mar Negro, un alto el fuego completo y una paz permanente», informó la Casa Blanca en un comunicado. «Estas negociaciones comenzarán de inmediato en Oriente Medio». Trump dijo previamente que planea visitar Arabia Saudí para reunirse con Putin y seguir discutiendo el alto el fuego, pero la fecha de esa reunión aún debe ser determinado por la Casa Blanca.
Por su parte, los medios estatales rusos informaron que Trump propuso una pausa de 30 días en los ataques a la infraestructura energética, y que Putin «respondió positivamente». Ambos líderes también hablaron notablemente «en términos generales sobre Oriente Medio como una región de cooperación potencial para prevenir futuros conflictos», según la Casa Blanca. Los mandatarios discutieron esfuerzos para detener la proliferación de «armas estratégicas». Trump expresó previamente su deseo de poner fin a la proliferación nuclear.
Trump describe la conversación con Putin como buena y constructiva en una publicación en Truth Social. También escribe que ambos comparten la ambición de poner fin rápidamente a la guerra. «El proceso ya está en marcha a toda marcha y, con suerte, por el bien de la humanidad, lograremos el objetivo», escribió Trump.
Esta llamada entre Trump y Putin se produjo cuando la Casa Blanca ha intensificado sus esfuerzos para detener los combates en Ucrania. Las fuerzas rusas invadieron territorio ucraniano hace tres años, en febrero de 2022, después de acumular tropas cerca de la frontera. Antes, Rusia se había anexado Crimea en 2014 sin grandes consecuencias para el Kremlin. Hasta ahora, Putin se había abstenido de apoyar el alto el fuego liderado por Estados Unidos. Varias reuniones en Moscú a finales de la semana pasada con el enviado especial de Trump para Oriente Medio, Steve Witkoff, habían resultado poco fructíferas para hacerlo cambiar de opinión, aunque ahora la historia podría ser otra.
Ucrania, por su parte, aceptó los términos del alto el fuego durante conversaciones de alto nivel con funcionarios de la Administración Trump en Yeda (Arabia Saudita) el 11 de marzo.
El comunicado de la Casa Blanca sobre la llamada no mencionó concesiones territoriales, que habían sido un punto clave de controversia antes de las conversaciones de paz. Los partidarios de Ucrania han argumentado que Kyiv no debería tener que ceder su territorio a Rusia, algo que internamente se le es criticado a Trump, quien ha cambiado drásticamente su posición frente a Ucrania cuando se compara, por ejemplo, con su antecesor Joe Biden.
De hecho, la relación de Trump con el presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, está lejos de ser óptima. La última vez que el mandatario visitó el Despacho Oval tuvo lugar uno de los momentos más álgidos de la diplomacia estadounidense, cuando fue prácticamente echado de la Casa Blanca tras un tenso intercambio con el vicepresidente estadounidense, JD Vance, quien le reclamaba al presidente ucraniano no ser lo suficientemente «agradecido» con Washington por toda la ayuda militar concedida estos tres años.
El episodio motivó a Trump a tomar medidas drásticas como la detención de la ayuda militar y pausar el intercambio de inteligencia con Ucrania. Todo con un doble propósito: obligar a Zelenski a ceder ante un acuerdo sobre los minerales ucranianos que le daría a EE UU acceso a la explotación de estos elementos en territorio ucraniano, y la presión para el alto el fuego.
Además, los funcionarios estadounidenses han dicho que sería poco realista que Ucrania regrese a sus fronteras previas a la guerra y han descartado expresamente su candidatura para ser un Estado miembro de la OTAN. Mientras tanto, al menos de manera pública, la Administración Trump no ha hecho demandas similares públicamente a Putin.

Tras la llamada entre Trump y Putin, ambos habrían coincidido en que un futuro con una relación bilateral mejorada entre Estados Unidos y Rusia tiene un enorme potencial. Esto incluye enormes acuerdos económicos y estabilidad geopolítica, una vez que se haya logrado la paz. El Kremlin confirmó además que Rusia y Ucrania intercambiarán 175 prisioneros de guerra, después de que las primeras informaciones apuntaran a que con la mediación de Washington se acordó «establecer grupos de expertos en la solución del conflicto ucraniano» para trabajar más en el tema.
«Además, como gesto de buena voluntad, serán trasladados 23 militares ucranianos gravemente heridos que están siendo tratados en instituciones médicas rusas», señala el comunicado del Gobierno ruso.
Esta llamada entre Trump y Putin, tan particular en su tono, acabó con la propuesta del ruso de organizar partidos de hockey entre Estados Unidos y Rusia, según informó también el Kremlin.
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