Guerra comercial

¿Y si a Trump le funciona la política del palo y la zanahoria?: Japón traga, China escupe y la UE no sabe qué hacer

El órdago de Washington es muy arriesgado y, de momento, ha hundido las bolsas. Pero Tokio ha abierto una pequeña grieta al sentarse a negociar

Tokyo (Japan), 01/04/2025.- Japan's Prime Minister Shigeru Ishiba attends a press conference at the Prime Minister’s office (Kantei) in Tokyo, Japan, 01 April 2025. Ishiba stated that Japan will continue to seek an exemption from US tariffs for Japanese automobiles. (Japón, Tokio) EFE/EPA/Nicolas Datiche / POOL
El primer ministro japonés, IshibaNicolas Datiche / POOLAgencia EFE

"¡Japón va a enviar un equipo de alto nivel a negociar!". El grito lanzado este lunes por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, en su red social Truth Social puede leerse de muchas maneras.

Una muy útil es poner el foco precisamente en las exclamaciones, que demuestran el alborozo de alguien que ha tirado un anzuelo al mar y comprueba que un pez, y de los gordos, ha picado por fin.

"Esta mañana he hablado con el primer ministro japonés. Va a enviar un equipo de alto nivel para negociar. Han tratado muy mal a Estados Unidos en materia de comercio. No se llevan nuestros coches, pero nosotros nos llevamos MILLONES de los suyos. Igual con la agricultura y muchas otras 'cosas'. ¡¡¡Todo tiene que cambiar, pero especialmente con CHINA!!!", ha posteado Trump en su red social.

Según ha explicado el presidente de Estados Unidos, ha hablado por teléfono con el primer ministro japonés, Shigeru Ishiba, en el que es el primer ejemplo de una gran economía que en la estrategia de Trump del palo y la zanahoria ha elegido esta última.

La duda es si después de Japón vendrán más. Si esto ocurre, Trump podrá alimentar aún más su ego presumiendo de ser un genio de la negociación. Si no, cargará sobre sus espaldas haber iniciado una guerra comercial sin precedentes que, de momento, ha hundido las bolsas de todo el mundo. La apuesta es muy arriesgada.

"Países de todo el mundo están hablando con nosotros. Se están estableciendo parámetros estrictos, pero justos. Hablé con el primer ministro japonés (Shigeru Ishiba) esta mañana. ¡Va a enviar un equipo de alto nivel a negociar!", rezaba el mensaje de Trump.

Trump anunció la semana pasada aranceles del 24 % para los bienes y servicios del país asiático, que está entre los diez del mundo con mayor déficit comercial con EE.UU.

El contraste con China es evidente. Pekín se niega de momento a negociar y, de momento, Trump ha lanzado un ultimatum a Pekín: o da marcha atrás en sus nuevos aranceles o impondrá una tarifa extra de otro 50%. Si no hay zanahoria, habrá más palo.

De lo que ocurra con Japón y con China dependerá en buena medida lo que hagan otros rivales comerciales. La Unión Europea ha optado, por boca de la presidenta Von der Leyen, por alternar una de cal y otra de arena, respondiendo con el mismo palo y la misma zanahoria a Washington.

De momento, Bruselas duda y se ofrece a negociar mientras aplaza sus represalias, una estrategia arriesgada cuando al otro lado de la mesa está Trump.

Algo similar han hecho otras grandes economías, como los dos vecinos de Estados Unidos. Tanto Canadá como México han abierto un canal de diálogo pero los tiempos, los mensajes y las amenazas siguen partiendo de Washington. La partida está aún por jugar.